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jueves, 26 de enero de 2023

AMLO sí podría acabar con las importaciones

Expertos no prevén un escenario en el que México deje de importar gasolina hacia el final del sexenio, que es la intención presidencial, pero podría suceder... hacia 2050.

 


Jonathan Ruiz Torre

 

Un documento relevante que quizás pocos vieron sí pinta un escenario en el que México deja de importar derivados de petróleo como la gasolina.

No es exactamente de la manera en la que busca hacerlo el presidente y es posible que no le toque ver ese resultado a Andrés Manuel López Obrador. Pero definitivamente, las decisiones que él tomó pueden influir.

Lo primero: la vuelta de la aguja no ocurrirá en 2024, con todo y nueva refinería tabasqueña.

Quienes lo advierten son expertos consultados por el Foro Económico Asia Pacífico (APEC), una institución a la que pertenece México y que irónicamente ha sido desdeñada por las administraciones federales más recientes, pese a que está conformada por naciones de continentes que hoy mueven la economía del mundo: Asia y América.

Al final del año pasado, APEC difundió la Octava Edición de su Panorama de Oferta y Demanda de Energía, que textualmente dice esto en una de sus páginas:

“El aumento de la electrificación en el sector del transporte reduce (en el horizonte) significativamente la demanda de productos refinados”, vaticina la investigación que tiene como meta la mitad de siglo y añade: “El consumo de productos refinados del sector transporte se reduce a la mitad hacia 2050″.

“La caída de la demanda significa que casi todas las compras de productos refinados de México son satisfechas por sus refinerías nacionales. Las importaciones de productos refinados caen un 95 por ciento durante el periodo de proyección”, advierte el estudio elaborado por decenas de especialistas en energía, entre ellos, los mexicanos Emily Medina, Diego Rivera Rivota y Manuel Antonio Heredia Muñoz.

Hasta ahí, salvo por el plazo, todo parece basado en el guion oficial del gobierno de México.

Pero para llegar a ese escenario, los autores consideraron un giro en la estrategia nacional. Uno hacia el “Escenario de Neutralidad en Carbono”.

Eso implica que los mexicanos recuperen de la atmósfera el mismo volumen de carbono que emiten.

“Este (escenario hipotético) ilustra las formas en que las economías de APEC pueden cumplir simultáneamente sus objetivos de desarrollo y descarbonización, al tiempo que identifican los desafíos en el camino”, expone en el prefacio del documento Kazutomo IRIE, presidente del Centro de Investigación de la APEC (APERC).

Dicho de otro modo. Expertos no prevén un escenario en el que México pueda dejar de importar gasolina hacia el final del sexenio, que es la intención presidencial. Eso está descartado.

Pero bajo ciertas condiciones, sí resulta un escenario factible más o menos en el tiempo que tomará que la generación millennial empiece a cobrar su jubilación (a manera de referencia). ¿Cuáles son los requisitos?

Uno: un constante aumento de métodos de transporte eléctrico como el Sistema de Tren Eléctrico Urbano de Guadalajara, el Metrorrey en la capital de Nuevo León o Ie-Tram, que es una suerte de tranvía sin rieles que se moverá con energía fotovoltáica, en Mérida.

Dos: más coches particulares eléctricos ayudarán en la tarea. Buena parte de la culpa de las emisiones nacionales está en quien pisa el acelerador, taxis y Uber incluidos: “El uso continuo de productos refinados se debe a altos niveles de propiedad de vehículos con motor de combustión y dependencia de los sistemas de transporte de automóviles”.

Tres: que la CFE reduzca su dependencia del combustóleo y diésel mediante el uso de gas natural y energías renovables.

Cuatro: una creciente participación del hidrógeno en el transporte y en la industria.

Las tres primeras son tareas que están encaminadas hacia cierto punto. Su éxito combinado con las inversiones nacionales en refinación deberá tener algún resultado eventualmente y sí puede conducir a una eliminación de las importaciones de gasolina y diésel. Pero, mala tarde, no para 2024, sino hacia 2050.

 

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