Que pasa cuando una organización política que históricamente se ha conducido con la cultura de ser y hacer
Fernando
Alberto García Cuevas
Para el caso del estado de México, tal parece que la
militancia se encuentra en medio de un evidente vacío ideológico, sin narrativa
y con un liderazgo ausente.
Actualmente la dirigencia nacional del PRI está más
desacreditada que nunca, su autoridad moral lastimada, su credibilidad es
mínima, y la desconfianza de importantes sectores de su militancia y de la
sociedad, no confían en ella.
Por su parte, en el estado de México, el priismo resiente
las consecuencias de tener una dirigencia estatal, con ausencia total de
convicción reflejada en sus mensajes, con los que apenas, alcanza a comunicar
desánimo. Dice que nada pasa, que todo está bien, pero que si pasa.
Es una dirigencia que parece que está, pero que al mismo
tiempo no está, que dice, pero que no cree lo que dice, y lo que hace,
parece que no se nota, más allá de los espectaculares personales, que fueron
instalados. Esos anuncios si se notaron, sin comprender nunca, que beneficios
obtuvo el partido con dicha instalación, que justificaran, tan notable
inversión, en tiempos de crisis política y económica.
Las dirigencia nacional y estatal están en serias
dificultades de autoridad, y credibilidad entre sus militantes. Por si fuera
poco, esa misma militancia, resiente en silencio, lo que parece ser, una “sana
distancia” con el poder político de la entidad, hecho que aumenta el
sentimiento de orfandad.
El deterioro de la imagen del partido en términos generales,
la avasallante narrativa de morena en contra del PRI, el «entusiasmo
relativo» de los leales y comprometidos priistas que no se rinde, que no
claudican, pero que resienten la falta de liderazgo, son solamente algunos de
los ingredientes, que no ayudan al revolucionario institucional en tiempos,
donde ya suenan los tambores de guerra, y que para entonces deberían estar
listos, con la unidad política y el más alto entusiasmo de sus militantes, para
enfrentar el compromiso electoral del 2023.
En medio de estos eventos, la dirigencia estatal dio a
conocer que la Maestra Alejandra del Moral dejó su cargo como
Secretaria de Desarrollo Social para reincorporarse al CDE ahora en calidad de
coordinadora estatal de la defensa del estado de México, tarea que asumió de
inmediato, de cara a las elecciones.
Ciertamente con el nombramiento de Alejandra del Moral, de
inmediato se despejaron las dudas acerca de quién será la abanderada de la
alianza opositora en el estado. Inmensa responsabilidad recae sobre Alejandra,
quien por si fuera poco, tendrá que lidiar con la falta de liderazgos
institucionales, que la respalden en los hechos, y que contribuyan eficazmente
a sumar al proyecto de la alianza, a todos los militantes y dirigentes de los
tres partidos, considerados originalmente en la coalición opositora.
Cuando un pueblo y un partido carecen de liderazgo, están
obligados a superar las carencias que los pueden condenar al fracaso, con
inteligencia y operación política oportuna, con liderazgo, autoridad moral y
compromiso, para definir con certeza el rumbo a seguir.
Ganar si, pero como. En medio de estos avatares, me consta,
son miles de priistas que tienen el entusiasmo y voluntad de no rendirse, y dar
la pelea contundentemente en defensa del estado, pero es imprescindible
atenderlos.
Los responsables del partido deberán cuidar, la dignidad de
las personas, procurar y sumar a quienes legitimamente aspiraron; Ana Lilia,
Laura, Enrique, pero también, a toda la gente que los apoyo desde un principio.
Todos suman, todos contribuyen, todos son los imprescindibles, para construir
piedra por piedra, los cimientos indispensables, para levantar la victoria que
por el bien del estado de México y de México, necesitan alcanzar.
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