Nos hemos enterado de las intimidades de una negociación que puede afectar severamente a la economía mexicana.
Si no fuera un asunto extremadamente importante para
México parecería tan solo un chisme, una conversación de enojos y
molestias de un grupo de amigas o colegas.
Pero, no, resulta que nos hemos enterado de las
intimidades de una negociación que puede afectar severamente a la economía
mexicana.
Lo que sabemos de esta historia es que, tras comenzar el
proceso de consultas entre la Representación Comercial de Estados Unidos y la
Secretaría de Economía a propósito del tema energético, los
norteamericanos formularon una serie de preguntas relativas a la política
energética del país.
Debe recordarse que el reclamo del gobierno de Estados
Unidos provino del hecho de que diversas empresas estadounidenses y canadienses
señalaron que las acciones de política energética, especialmente en materia de
electricidad y gas, así como diversos artículos de la Ley de la Industria
Eléctrica se consideraron violatorios de diversas cláusulas del
Tratado México, Estados Unidos y Canadá (TMEC).
Las respuestas a las inquietudes norteamericanas no podrían
provenir exclusivamente de la Secretaría de Economía, pues el tema no cae en su
ámbito, por lo que la dependencia debió consultar con la Secretaría de
Energía.
Hoy sabemos, por la entrevista que dio Clouthier al noticiario, Así
las Cosas, de XEW, que no tuvo respuestas de la Secretaría de Energía, al punto
de que tuvo que pedirle al presidente López Obrador que instruyera a Rocío
Nahle a que respondiera.
Por lo visto, de cualquier manera, no hubo respuestas
satisfactorias, pues sabemos por la secretaria Raquel Buenrostro que al tomar
la secretaría no contaba con la información suficiente para poder responder a
EU y la atribuyó a la administración que la precedió en esa
dependencia.
Las revelaciones de las intimidades de esta negociación, que
hemos conocido en los últimos días, confirman lo que se decía en voz baja desde
hace meses.
Hay fuertes divisiones en el gabinete del presidente
López Obrador, especialmente, los directores de CFE y Pemex, así como la
secretaria de Energía, parecen estar blindados respecto a cuestionamientos de
otros integrantes del gabinete.
Por el hecho de que Economía es la responsable de las
negociaciones comerciales internacionales le cayó la papa caliente del
reclamo energético.
Clouthier se topó con un muro tan grande que de plano
decidió retirarse antes de que el cuete le estallara en las manos.
Pareciera que Buenrostro tiene hoy la misión
imposible de conseguir cambios en la política energética, ya que la
Representante Comercial de Estados Unidos, Katherine Tai, no va a retirar la
demanda si México sigue con lo mismo.
Y si todo va como pareciera caminar, existe una gran
probabilidad de que Estados Unidos y Canadá reclamen la instalación de los
paneles de solución de controversias, en los que México lleva todas las de
perder.
La única salida que se ve en el horizonte es que
representantes del sector privado mexicano convenzan al presidente de que debe
haber un giro en la política energética, de lo contrario las consecuencias para
el país pueden ser graves en caso de perder la controversia, pues se impondrían
aranceles probablemente hacia finales del 2023 o al arrancar 2024, en un
momento políticamente muy inoportuno para el gobierno.
Puedo asegurarle que el poder que sienten en sus manos los
integrantes del gabinete de energía los hace incluso desacatar fallos de
jueces, con la certeza de que con el respaldo presidencial con el que cuentan,
no hay manera de hacer cumplir las sentencias.
Pero las cosas son diferentes cuando los litigios son en
tribunales internacionales y a ese terreno es al que nos estamos dirigiendo.
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