Carlota de Bélgica nació un 7 de junio de 1840, y a su llegada a México, coincidió el día de su cumpleaños con su paso por Puebla, en donde fue muy bien recibida y festejada
A lo largo de la Historia de México se han
establecido en total dos Imperios, el primero se dio inmediatamente
después de que México se independizara de España en 1821, cuando
subió al poder Agustín de Iturbide. Este primer imperio duraría muy
poco tiempo, pues después se definiría que México sería una República. Por este
hecho, Iturbide tuvo que salir del país, exiliándose en Europa.
El segundo imperio que se dio en México fue el de Maximiliano
de Habsburgo, quien llegó a la Ciudad de México en 1864. El imperio de
Maximiliano se estableció luego de que Francia decidiera invadir
México, tras la declaración de la moratoria de la deuda externa por
el gobierno encabezado por Benito Juárez García, a Francia, España e
Inglaterra.
Maximiliano estuvo en el poder de 1864 a 1867, cuando fue
perseguido y finalmente capturado en Querétaro, para luego ser fusilado en
el Cerro de las Campanas, en el mismo estado céntrico. Sin embargo, Maximiliano,
en su estancia en México, no estuvo solo, pues llegó y gobernó de la mano de quien fuera su esposa, la emperatriz
Carlota. Fue por ella que Maximiliano puso el nombre de Paseo de la Emperatriz, a
la avenida que ahora se conoce como Paseo de la Reforma, una de las más
importantes de la Ciudad de México.
Carlota nació un día como hoy, 7 de junio pero de 1840, en
el Castillo Real de Laeken, en Bruselas, Bélgica. En México, Carlota
pasó varios de sus cumpleaños, sin embargo, se tiene testimonio de lo que sucedió
en su cumpleaños 25 más a detalle, en 1865, gracias a las memorias de José
Blasio y Prieto, quien fuera secretario particular de Maximiliano de Habsburgo.
José Blasio y Prieto, quien fuera secretario particular de
Maximiliano de Habsburgo, dejó escrito en sus memorias, la forma en que celebró
su cumpleaños 25 Carlota, en Puebla.
Ese 7 de junio de 1865 Carlota celebró en tres lugares la
llegada de un nuevo año en su vida: por la mañana en la catedral poblana;
por la tarde en el palacio episcopal y durante la noche en el hotel La
Alhóndiga. En sus memorias, Blasio hace énfasis en la buena recepción
que tuvo Carlota en Puebla, razón por la que decidió celebrar su cumpleaños en
esa ciudad. Un año antes, cuando la pareja imperial recién llegó al país por
Veracruz, en su camino a la Ciudad de México, coincidió el cumpleaños 24 de
Carlota con su paso por Puebla, y fue tan buena la impresión y el recibimiento
que tuvo por parte de los poblanos, que decidió celebrar en esa ciudad su
próximo aniversario.
Cabe destacar que en esa época, Puebla era una ciudad
conservadora que apoyaba al Imperio, por lo que todos los pobladores
de ahí se unieron a la celebración de la emperatriz, quien aprovechó su
cumpleaños para desplegar sus estrategias políticas para legitimar su mandato y
demeritar el gobierno de Benito Juárez. Para ello, Carlota mandó a liberar
a 235 prisioneros de guerra y 15 detenidos por delitos del orden común. Además,
hizo donativos a los pobres y a los huérfanos, sentó las bases para
la fundación de la casa de maternidad en Puebla, algo demasiado liberal
para la época: establecer un lugar en donde las mujeres embarazadas se
resguardarán para poder dar a luz y después decidir si cuidaban a su hijo o lo
daban en adopción, con tal de que no abortaran o sufrieran discriminación por
ser madres solteras.
Lo sorprendente de este festejo, fue el acercamiento que Carlota
tuvo con el pueblo, pues se tiene la idea de que era una persona déspota y
engreída, que no quería acercarse a los indígenas, pero en ese cumpleaños hizo
lo contrario y lejos de pasar de fiesta en fiesta su cumpleaños, realizó
acciones humanitarias; además, cabe mencionar que los donativos que dio eran de
su propio dinero.
En sus memorias, Blasio comenta que unos días
antes, Maximiliano y Carlota se reunieron en Puebla, porque ella
viajaba a la Ciudad de México y él venía de Veracruz,. El encuentro
marcó a la Ciudad de los Ángeles, porque toda la gente fue testigo de
reencuentro de los emperadores, para ello les pusieron arcos del triunfo, les
llevaros flores y el momento en que el emperador descendió de su carruaje para
ir por la emperatriz, fue calificado como romántico y cautivó a los
habitantes de esa ciudad.
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