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lunes, 18 de abril de 2022

El doctor Jacobo Grinberg dedicó su vida a estudiar el cerebro y sus capacidades espirituales. Desapareció sin dejar rastro en 1994.

 







La realidad es un misterio y cualquier esfuerzo por comprenderla zanja en el fracaso, sin embargo, dicho intento es loable y a lo largo de la historia humana ha dado como resultado una gran cantidad de filósofos, místicos, científicos, poetas y artistas. Este es el caso de Jacobo Grinberg-Zylberbaum, quien nació en la Ciudad de México en 1946. Cuando Grinber tenía 12 años, atestiguó el sufrimiento de su madre tras un accidente cardiovascular, fue entonces cuando sintió el llamado para estudiar la mente.

Jacobo Grinberg estudió la licenciatura en psicología en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y psicofisiología en el Instituto de Investigación Cerebral de Nueva York. Posteriormente, obtuvo un doctorado por sus estudios de los efectos electrofisiológicos de los estímulos geométricos en el cerebro.

El reconocimiento por parte de la academia le permitió fundar un laboratorio de psicofisiología en la Universidad Anáhuac. Cerca de 1980 sus estudios fueron acogidos por la UNAM, donde abrió un segundo laboratorio. Posteriormente, en 1987, inauguró el Instituto Nacional para el Estudio de la Conciencia, mismo que contó con apoyo económico de la UNAM y el Conacyt.

Sin embargo, Jacobo Grinberg trascendió y saltó a la fama por sus estudios vinculados de las ciencias esotéricas, lo cual puso en duda su reconocimiento como un científico serio. Su trabajo se centró principalmente en el estudio de los chamanes de los pueblos originarios de México, algunos de los cuales eran capaces de realizar obras milagrosas. Entre los chamanes que conoció destacó Pachita, una mujer que realizaba cirugías espirituales, procesos quirúrgicos prescindiendo de materiales. De acuerdo con lo declarado por Pachita, su cuerpo servía como caja de recepción del espíritu del tlatoani Cuauhtémoc, quien le ayudaba a obrar sus milagros.

Siguiendo el método científico, Grinberg intentó explicar los fenómenos paranormales a través de la teoría sintérgica, la cual proponía que “no hay objetos separados unos de los otros sino que es un campo informacional de una complejidad extraordinaria y que nuestro cerebro interactúa con este campo”. Sin obsesiones conceptuales, Grinberg mencionaba que dicho campo es el mismo que algunos físicos nombran “campo preespacial” y que cuando el cerebro interactúa con el campo se genera la percepción espacio-temporal que conocemos (objetos con forma y figura).

Pachita

Vivimos en una matriz

De acuerdo con la teoría, lo que percibimos es el resultado final de una interacción entre la matriz de información y nuestro cerebro, pero no tenemos acceso a saber cómo se creó esta percepción, por lo cual llegamos a pensar que la realidad es independiente de nosotros.

“Ni siquiera alcanzamos a entender cómo hace el cerebro para lograr este portento, este milagro, de la realidad común y corriente; de lo que vemos como una imagen visual, de lo que oímos como un sonido. Son tantas las operaciones cerebrales que se requieren para lograr este milagro que es la realidad cotidiana que me atrevería decir que estamos ante un mecanismo –el cerebro humano– con capacidades ilimitadas. No se requiere ir más allá, simplemente considerar que esta matriz informacional que el cerebro decofica es tan compleja y es más compleja la realidad perceptual para quedar asombrados de la capacidad que tiene el cerebro para realizar lo más común y corriente, que es nuestra percepción visual, auditiva, etcétera.”

Mencionaba Grinberg

La teoría sintérgica: todo es uno

Pese a que sus pensamiento con respecto al cerebro ya era en sí misma compleja, Grinberg no vaciló en postular que el cerebro tenía habilidades extraordinarias, muy poco desarrolladas por los seres humanos. Con base en dicha idea explicó que los chamanes interactuaban en una “realidad que no tiene pasos intermedios, donde no hay procesos”. De acuerdo con Grinberg, Pachita interactuaba con la matriz sin intermediarios, lo que permitía realizar portentos.

“Por ejemplo, Panchito, el chamán maya, tenía esta misma característica, de estar localizado en un nivel de conciencia directo que se manifestaba en su sensibilidad portentosa”.

Explica el científico en una entrevista

Sobre los portentos de los chamanes, Jacobo Grinberg pensaba que cuando la realidad se crea como resultado del proceso cerebral, ésta tiene realidad pero como conciencia y no material. Debido a que Pachita estaba en un lugar directo de conciencia, podía actuar desde las leyes de ese nivel, en el que la persona rompe la ilusión de su individualidad y se da cuenta de que en realidad todo es conciencia.

De acuerdo con su testimonio, estas ideas místicas explicadas con lenguaje científico no se limitaban a un conocimiento meramente intelectual por parte de Grinberg, por el contrario estaba totalmente comprometido con ellas y las vivía en su cotidianidad, pues pensaba que el tenerlas presentes generaba un constante cambio de conciencia.

Uno acepta esta realidad como un milagro, como creación, como parte de la conciencia. Se santifica lo cotidiano, hay una serie de efectos muy bellos. Todo se llena de amor, hay una hermandad enorme entre todo porque uno entiende que en ese nivel todo está unificado.”

Mencionaba Grinberg conmovido.

Sin embargo, la novedad de la mística de Grinberg con respecto a la de otros autores yacía en su pretensión científica basada en sus estudios del cerebro.

La teoría sintérgica afirma que dentro del procesamiento que el cerebro hace para construir la realidad perceptual, uno de los últimos procesos es la construcción del campo neuronal que también es una matriz[…] Dependiendo de las características del campo neuronal –su sintergia– será el nivel de interacción congruente con el campo cuántico. Se puede hipotetizar que una persona con un gran desarrollo debería poseer un campo neuronal de alta sintergia […] y que esto le permitiría interactuar en un nivel más básico.”

Con un marcado esoterismo, Jacobo Grinberg afirmaba que en el nivel de la unidad de la conciencia las leyes eran particulares. Pese a la dificultad de su empresa, Grinberg era un científico comprometido y tenía proyectos ambiciosos que incluían el estudio del cerebro animal para comprender mejor los procesos de la conciencia.

Desaparición y legado

Sin embargo, el destino que le deparaba a Grinberg era otro, uno lleno de misterio y con un aura mitológica. El 8 de diciembre de 1994 el Dr. Jacobo Grinberg desapareció sin dejar rastro alguno. Su desaparición ha dado origen a todo tipo de especulaciones y teorías de conspiración, desde que trascendió del mundo de la materia, hasta que fue secuestrado por la CIA o la NASA.

La ausencia de Grinberg no fue notada sino hasta el 12 de diciembre, cuando debía llegar a la celebración de su cumpleaños. La investigación sobre su desaparición quedó en las manos de Antonio Fernández González, entonces procurador General de Justicia del Distrito Federal, quien formó una fiscalía para buscar al científico chamán. Sin embargo, un año más tarde el fiscal Clemente Padilla quedó removido del caso, pues había tocado algunos temas sensibles. El fiscal nunca más volvió a ejercer en la procuración de justica.

Sin cuerpo y sin pistas, jamás se supo qué pasó con el Dr. Grinberg. Tampoco se sabe si pudo realizar algún viaje a algún país oriental con el objeto de afianzar su búsqueda espiritual. Ari Telch, hermano del científico, ha sugerido que la investigación debió seguir la línea del crimen pasional.

Jacobo Grinberg dejó un gran legado escrito sobre estudios del cerebro y la conciencia, mismos que han sido eclipsados por textos sobre su desaparición. Entre sus libros destacan Pachita, La expansión del presente y Curaciones chamánicas.

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