En 2021, la 4T invirtió 434 mdp en construir y remodelar estadios, cuatro veces más que lo destinado para controlar enfermedades
En los dos primeros años de la pandemia de Covid-19
(2020-2021) el Gobierno federal destinó más recursos para construir estadios de
béisbol que a vigilancia epidemiológica, esto es, a detectar y prevenir en todo
el sistema hospitalario la propagación de 114 enfermedades, así como el
incremento de hospitalizaciones y defunciones.
En 2020, la Dirección General de Epidemiología de la
Secretaría de Salud (SSa) transfirió 53 millones 800 mil pesos a las 32
entidades federativas para vigilancia epidemiológica, en tanto que para 2021 el
monto fue idéntico (si bien en términos reales significó un recorte de 7.36 por
ciento por el efecto de la inflación).
En total, la dependencia que encabeza Jorge Alcocer destinó
en dos años 107.6 millones a vigilancia epidemiológica, según el tablero de
control de transferencia de recursos a las entidades federativas publicada por
la secretaría federal.
El monto es apenas una cuarta parte de lo que la Cuatroté
destinó sólo el año pasado a la construcción y renovación de estadios de beisbol
–el deporte favorito del presidente Andrés Manuel López Obrador– en tres
entidades.
En 2021, la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y
Urbano (Sedatu) aprobó 434.8 millones de pesos para construir y rehabilitar
seis estadios o unidades deportivas donde se practica el llamado “rey de los
deportes” en Sonora, Chiapas (donde el primer mandatario tiene su casa de
retiro) y Tabasco (su tierra natal).
A pesar de que recibieron pocos recursos, los estados
tuvieron un subejercicio de casi 8.5 millones de pesos y aún deben aclarar la
forma en que gastaron 35.4 millones.
Para Roberto Gutiérrez, jefe del Departamento de Economía de
la Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco (UAM), este panorama confirma
que a pesar de la emergencia sanitaria siguió el recorte a la salud ya que no
destinaron recursos crecientes para realizar pruebas de detección oportuna y
“podría existir la posibilidad de una negligencia criminal”.
El creador del modelo evolutivo de casos de Covid-19 dijo
que el reporte preliminar del manejo de recursos en vigilancia epidemiológica
habla de la fallida estrategia del Gobierno para enfrentar la pandemia. Y es
que, cuando se aprobó el presupuesto de 2021 –idéntico al del año pasado–, ya
se veían los indicios de la tercera ola del virus que fue más letal y
comprometió el sistema de salud. Y aun así, no se hicieron pruebas de detección
oportuna.
“Fueron tantas las personas que fallecieron por la pandemia
y hubo tantos estados afectados. Pienso en Puebla, Veracruz, al principio
Jalisco y Nuevo León; la Ciudad de México y el Estado de México que siempre han
sido los primeros lugares. Si regresaron (el dinero) porque les sobró, la
verdad casi podría decir que es criminal, siendo que falleció tanta gente”.
El investigador duda que sea un subejercicio típico, pero
también podría ser que desde la Secretaría de Salud “les pusieron muchas
dificultades para ejercerlo... Si esa es la razón, es absurdo, pero nadie puede
haber subejercido viendo que la gente estaba falleciendo por la pandemia. Ahí tenemos
que conocer las razones de esa devolución”.
Ssa no explica la razón
El reporte financiero de la Secretaría de Salud no explica
la razón por la cual en 2020 los gobiernos estatales tuvieron un subejercicio
de cinco millones 155 mil 984 pesos y para 2021 de tres millones 343 mil pesos.
La suma total –de 8.5 millones en los dos años– aparecen como una “devolución”
a la Tesorería de la Federación, mientras la emergencia sanitaria cobraba la
vida de miles de mexicanos.
La Ciudad de México y Guanajuato fueron las entidades que
más recursos regresaron con montos por cercanos a dos millones de pesos en
ambos años.
Al consultar a la Secretaría de Salud sobre las razones para
estos subejercicios, informó que tendrá una postura sobre el tema en los
próximos días.
La explicación que ofrecen los encargados de epidemiología
en algunas entidades es que esperaron a la definición de los lineamientos por
parte de la SSa para ejercer esos recursos, pero nunca llegaron.
En otros casos les pidieron regresar los recursos para
reorientarlos a áreas de atención de la pandemia, sobre todo a las entidades en
las que el virus no llegó a comprometer su capacidad.
Una explicación más es que el número de usuarios del sistema
de salud disminuyó por el temor de acudir y contagiarse de coronavirus y
también porque no hubo capacidad de gestión adecuada de los recursos para, al
menos, comprar y aplicar un mayor número de pruebas para la detección del
SARS-CoV-2.
A decir de Andrés Castañeda, coordinador de las causas de
Salud y Bienestar de la organización Nosotrxs, más allá de que no hay un
incremento de presupuesto para fortalecer áreas centrales como la vigilancia
epidemiológica, no sólo para enfermedades transmisibles sino para las no
transmisibles, “el que sobre dinero es un indicador de ineficiencia, de
planeación o ejecución”.
Cuando hay subejercicio en un sistema tan sensible “revela
que no hay un plan, refleja que no hay una clara dirección, que desde la
Federación no hay buena comunicación con los estados. Hay un descuido al
sistema de vigilancia epidemiológica cuando se tendrían que fortalecer las
capacidades estatales con la rectoría de la Federación”, sobre todo ahora que
se ha anunciado la creación del Centro Nacional de Inteligencia Epidemiológica.
También refirió que durante los dos años de la pandemia hubo
menos atención a pacientes, pues en 2017 se dieron 109 millones de consultas
mientras en 2020 y 2021 no pasaron de 42 millones.
El sistema de información de la salud de los ciudadanos es
central y útil para la toma de decisiones, de manera que el dinero se tendría
que reinvertir y no regresarlo, “porque hacerlo es una señal de ineficiencia”,
concluyó Castañeda.
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