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lunes, 14 de febrero de 2022

En Edoméx bosques, ríos, cuencas hidráulicas y terrenos de siembra, han sido invadidos para construir viviendas

 



En el Estado de México un millón 243 mil 237 hogares se encuentran dentro de zonas con algún grado de informalidad, ya sea por la falta de escrituras o porque carecen de servicios públicos básicos, de acuerdo con datos del INEGI. De este universo, 16.1% se ubican en entornos urbanos y 83.9 en rurales.

La dependencia federal señala que los asentamientos irregulares se encuentran en 91 mil 370 hectáreas del suelo mexiquense, situación que ha derivado en pérdida de ecosistemas y por ende el cambio de uso de suelo.

El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) detalla que existen 6.3 millones de lotes irregulares en México y cada año se suman aproximadamente 90 mil familias a esta condición. De ahí que la entidad mexiquense es la entidad con mayor irregularidad en el país.

Las personas se han establecido en lugares prohibidos para uso habitacional como áreas de conservación o naturales protegidas como bosques, ríos, cuencas hidráulicas y terrenos de siembra, lo que genera deterioro ambiental, asegura Jorge Iracheta, maestro en urbanismo de la FES Acatlán.

El académico destaca que el 79% de la población mexiquense vive en localidades urbanas y el 21% en rurales, por lo que se registran 4 mil 215 comunidades rurales y 679 urbanas en el estado.

De los domicilios identificados como irregulares, 800 mil 449 están en la zona del Valle Cuautitlán-Texcoco; 264 mil 742 en la región de Toluca, 113 mil 435 en el municipio de Atlacomulco; 11 mil 522 en Valle de Bravo; 210 mil en Tejupilco y 31 mil 969 en Ixtapan de la Sal.

Asegura que el mayor problema de los municipios urbanos y rurales mexiquenses es hacer compatible su crecimiento con la sustentabilidad ambiental.

Crecimiento irregular

En los últimos años el 50% del crecimiento urbano en la entidad mexiquense se dio en forma irregular y fuera de los planes municipales, señala Nina Carolina Izabal Martínez, directora general de Planeación Urbana de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Obra del gobierno estatal, situación que, agrega, se analiza.

“Los asentamientos humanos informales son preocupación de nuestra parte, la forma de abordarlo como secretaría principalmente de planeación urbana, era identificarlos y qué implican para el estado”, dijo.

Afirma que las manchas urbanas han crecido por criterios económicos-sociales y no por climáticos, ambientales o de suelo y señala que la región de Atlacomulco concentra buena proporción de asentamientos humanos informales, lo que requiere de un esfuerzo importante de construcción de vivienda.

Los valles de Toluca y el Cuautitlán-Texcoco, añade, reúnen también importantes núcleos de asentamientos irregulares y, además, la capital mexiquense es considerada la ciudad más expansiva del país, destaca la funcionaria estatal, pues en los últimos 20 años ha pasado de tener 117 a 212 kilómetros cuadrados urbanizados, donde el mayor ritmo de crecimiento se registró en el periodo de 2000 a 2010.

Negocio tolerado

Para el delegado del Instituto Nacional del Suelo Sustentable (INSUS), Alejandro Hernández Gutiérrez, la invasión de terrenos en zonas de conservación y la falta de vigilancia por las autoridades municipales han creado una cultura de la afectación, pues detrás de ella hay un negocio tolerado.

“Por cada metro que se incorpora al desarrollo de los municipios de manera informal o formal, se pierde un metro cuadrado de área de conservación”, asegura.

Las principales autoridades en materia de desarrollo urbano son los municipios, pero no aplican la ley por falta de capacidad técnica, recursos humanos, materiales, entre otras cuestiones, advierte.

“Hacen caso omiso, son tolerantes y convierten los asentamientos humanos irregulares en problemas sociales irreversibles”, dice.

De ahí que considera un tanto compleja la invasión de áreas de conservación ante la incapacidad y falta de recursos económicos para reubicar a miles de personas.

Menciona que la gente opta por vivir en zonas de alto riesgo y con malos servicios públicos al no tener otra opción, pues los desarrolladores de vivienda han dado atención al 40% de la población, cantidad que puede acceder a créditos formales.

Zonas con factores de riesgo

De acuerdo al Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) en la entidad, más de 150 mil personas habitan zonas vulnerables, como márgenes de ríos, cerros o en costados de ductos de Pemex, lo que hace necesario un monitoreo constante, pues están expuestas a inundaciones, explosiones o derrumbes de tierra.

Un ejemplo es la zona del volcán Popocatépetl que involucra a 6 municipios, pues se estima un elevado número de personas que viven en zonas ejidales irregulares.

“No tenemos a dónde ir, compramos aquí porque es barato", relata don Lauro, quien habita en la parte baja de la Sierra de Guadalupe, en Coacalco.

Otro caso es el de Marian. Ella vive con sus pequeños en una casa de madera junto a las vías del tren, en Tultitlán.

 

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