Debido al costo ambiental que representa el cultivo del llamado oro verde, vinculado incluso al crimen organizado, chefs de todo el mundo dejaron de usarlo en sus menús
La estrella indiscutible del Super Bowl, que se consume
como guacamole en más de la mitad de los hogares de Estados Unidos, dejó de ser
identificado en algunas partes del mundo como el “oro verde” de México para
convertirse en el “diamante de sangre”.
Lo anterior debido al interés que despierta como negocio
entre los cárteles de la droga y su mala reputación por ser un
cultivo intensivo que arrasa con bosques, compite por el agua y atenta contra
la biodiversidad.
En 15 años, el vertiginoso aumento de la producción de
aguacate pasó en Michoacán de 200 mil toneladas en 2005 a un millón 145 mil
toneladas en 2020, lo que representa un incremento de 572 por ciento.
La superficie sembrada que al principio abarcaba cuatro
municipios del estado, ahora tiene presencia en 43 de los 113 municipios
michoacanos, con un crecimiento indiscutible de la frontera agrícola sobre
terrenos con vocación forestal.
Los 61 huertos aguacateros que existían en un inicio se
convirtieron en más de 44 mil y los cultivos se expandieron de mil 499
hectáreas a 142 mil hectáreas.
En contraste, la Secretaría de Medio Ambiente y
Recursos Naturales (Semarnat), reveló en respuesta a una solicitud de acceso a
la información pública, que en más de dos décadas, de 2000 a 2021, “no se ha
otorgado ninguna autorización de cambio de uso de suelo para establecimiento de
huertas de aguacate en Michoacán”.
La fiebre del oro verde no se limita a territorio purépecha,
ya que en los últimos 10 años, las plantaciones de aguacate incrementaron 511
por ciento en el Estado de México y más de mil por ciento en Jalisco.
De acuerdo al Servicio de Información Agroalimentaria y
Pesquera (SIAP), el aguacate se siembra en 23 de las 32 entidades federativas
del país.
Lucía Madrid, maestra en Política Ambiental e
integrante del Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible, subrayó
que el aguacate es ya un problema, al ser un cultivo industrial muy rentable,
lo que representa una seria amenaza para las zonas rurales.
Explicó que este es uno de los factores detonantes junto con
la ganadería, de la deforestación de los bosques de México, que al año alcanza
un ritmo de entre 250 mil y 300 mil hectáreas.
El año pasado, con todo y pandemia de Covid-19,
las exportaciones del aguacate mexicano ascendieron a tres mil 23 millones de
dólares, lo que confirma que la también llamada “mantequilla de Dios”, por su
alto valor nutricional, es piedra angular de la balanza comercial agropecuaria.
De acuerdo con datos abiertos de la Secretaría de
Economía (SE), Michoacán fue la entidad federativa con mayores ventas
internacionales de aguacate fresco o seco en 2020, al sumar dos mil 726
millones de dólares.
En segundo lugar se encuentra Jalisco con 237 millones de dólares;
en tercer sitio, Sinaloa con 11.6 millones de dólares; en cuarto lugar, Nuevo
León con 9.37 millones de dólares y en quinto lugar, la Ciudad de
México con 48.45 millones de dólares.
Los principales destinos comerciales para las exportaciones
de aguacate mexicano son Estados Unidos, seguido por Canadá, Japón, España y
Países Bajos.
Diciembre y enero, son los meses de mayor demanda del
aguacate mexicano en EU, ya que el guacamole con totopos es la botana por
excelencia del Super Bowl.
Las dos semanas anteriores al campeonato de la NFL, se
envían a territorio estadounidense alrededor de 74 mil toneladas de aguacate
procedente de nuestro país.
Son tan redituables las ventas, que los aguacateros
mexicanos pagan año con año alrededor de 10 millones de dólares por un
comercial de televisión de un minuto de duración en el medio tiempo del Súper
Domingo.
El gran negocio del aguacate no pasa desapercibido para los
grupos de la delincuencia organizada en estados con altos índices de violencia
como Michoacán y Jalisco, donde es común que hombres armados se apoderen de
huertos o arrasen con bosques para instalar sus propias plantaciones.
El pico de la inseguridad se dio hace años con la disputa
entre La Familia Michoacana y Los Caballeros Templarios, que con el cobro de
derecho de piso y extorsiones, querían quedarse con parte de las ganancias que
deja el aguacate en la región.
Aunque en la actualidad la situación no ha cambiado mucho
con la invasión de tierras, secuestros y asesinatos, por parte de Los Viagras y
el Cártel Jalisco Nueva Generación.
Lucía Madrid, también exjefa del Departamento de
Investigación en Política Ambiental del Instituto Nacional de Ecología,
advirtió que las comunidades dueñas de los ejidos están perdiendo el control de
sus territorios ante la amenaza de los grupos criminales.
Detalló que esta situación deja muy pocas posibilidades de
quedarse a los pobladores para proteger su tierra, cuidar sus recursos
naturales y generar opciones productivas dignas, autónomas y sustentables.
Para los ojos del mundo, estos hechos son alarmantes, al
grado que el chef irlandés con estrella Michelin desde 2012, JP McMahon,
promueve una especie de boicot contra el aguacate mexicano al que llama el
“diamante de sangre”.
En un mensaje compartido con Excélsior, el dueño del
restaurante boutique Aniar, ubicado en Galway, en la costa oeste de Irlanda,
lamentó que la gran demanda del aguacate mexicano a nivel mundial y su alto
valor económico, provoque que los agricultores tengan que armarse para proteger
sus cosechas frente a los cárteles de la droga.
Supongo que la mayor parte de occidente ignora esto, porque
todavía consumen aguacate, que es probablemente uno de los alimentos más
importantes en diferentes ciudades como Londres y Nueva York”, comentó.
McMahon señaló que desde hace varios años tomó la decisión
consciente de dejar de utilizar el aguacate mexicano en sus menús y exhortó a
los restaurantes de Europa a hacer lo mismo, ya que su producción industrial no
sólo genera violencia en México sino que ocasiona sequía y problemas de
disponibilidad del agua.
Con el boom del aguacate, la demanda hídrica también se
elevó, y prueba de ello es que, según Conagua, tan sólo 14 municipios de
Michoacán cuentan con 989 autorizaciones para la explotación de pozos de agua,
sin límite de extracción o consumo, con el fin de que puedan sacar adelante su
lucrativa actividad.
Estudios realizados por el profesor-investigador, Alberto
Gómez-Tagle de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, advierten
que una hectárea de aguacate con 156 árboles consume 1.6 veces más agua que un
bosque de pino con 677 árboles por hectárea.
Además de que hay menos recarga de los mantos acuíferos,
debido a que las raíces de los árboles de aguacate son horizontales, y cuando
se riegan, la infiltración al subsuelo es 14 veces menor en comparación con los
pinos.
Manuel Ochoa Ayala, académico mexicano de la Universidad de
California en Berkeley estima que diariamente se utilizan nueve mil 500
millones de litros de agua para producir aguacates – el equivalente a tres mil
800 albercas olímpicas -, lo que exige una extracción masiva de agua del
subsuelo de Michoacán.
La firma de consultores ambientales Carbon Footprint Ltd
calcula que un paquete con dos aguacates genera una huella de carbono de 846.36
gramos de CO2, casi el doble que un kilogramo de plátano (480 gramos de CO2) y
el triple de una taza de café capuchino con leche entera de vaca (235 gramos de
CO2).
Cuestionado al respecto, el doctor Tim Lang, profesor
emérito de Política Alimentaria de la Universidad de Londres, consideró
que el consumo del aguacate mexicano se volvió una moda para los países ricos
de occidente, que hasta hace poco ponían poca atención a los aspectos negativos
de los cultivos intensivos.
Ahora hay más conciencia y más preocupación por los impactos
ambientales sobre el suelo, el agua, la biodiversidad y el uso de la tierra.
Desde hace muchos años sostengo que debe haber transparencia sobre el impacto
oculto de los alimentos”, explicó a este diario.
Se estima que la industria del aguacate emite cantidades
importantes de gases de efecto invernadero a lo largo de su cadena de
suministro, ya que utiliza combustibles fósiles para transportar la cosecha a
los países compradores.
Además de que tiene un gran gasto de energía eléctrica y
fertilizante, así como una elevada generación de residuos, ya que se fabrican
empaques, muchas veces de plástico, para que el aguacate se mantenga en óptimas
condiciones.
Pienso que debe haber transparencia sobre el impacto de los
alimentos; los consumidores de Europa tienen derecho a saber los costos
implícitos de los alimentos en el uso del agua, la pérdida de biodiversidad y
las emisiones de CO2”, manifestó Tim Lang.
Agregó que la comida a larga distancia puede tener cargas
ocultas, “y en un mundo globalizado eventualmente podemos descubrir qué está
sucediendo en el lugar de donde provienen los alimentos y esto está pasando
ahora con el aguacate”.
Hace relativamente poco, en la popular red social TikTok
surgió una tendencia que lleva 5.7 billones de visualizaciones con el nombre de
“noavocado” (sinaguacate), que consiste en publicar videos con recetas de
guacamole que no utilicen el producto mexicano.
De acuerdo al diario británico The Guardian, en Canadá, el
chef mexicano Aldo Camarena, lanzó una alternativa al guacamole que se prepara
con calabacín y pasta de semillas de calabaza, mientras que en Londres, el
también chef mexicano Santiago Lastra, creó una opción con pistaches y grosella
fermentada.
Durante 2020 y principios de 2021, la Procuraduría
Federal de Protección al Ambiente (Profepa), instauró 25 procedimientos
administrativos en Michoacán y Jalisco por el desmonte de 400 hectáreas de
bosque de pino y encino para sembrar aguacate.
A través de la Plataforma de Transparencia, precisó que
hasta el momento sólo dos de los 25 expedientes fueron resueltos, uno que se
decidió archivar en Jalisco, sin dar mayores explicaciones y otro en Michoacán,
en el que ordenó la remediación del predio de cinco hectáreas, el retiro de la
planta de aguacate y el pago de una multa de 199 mil pesos.
De 2000 a 2020, las delegaciones de la Profepa en
Michoacán y Jalisco inspeccionaron 508 predios, donde detectaron cambios de uso
de suelo no autorizados de terreno forestal a huertos de aguacate en 15 mil 671
hectáreas y mil 745.6 hectáreas, respectivamente.
Según la Profepa, las entidades con mayor número de
infracciones en materia forestal por la siembra de árboles de aguacate son:
Michoacán (46 por ciento), Durango (25 por ciento), Morelos (10 por ciento),
Estado de México (10 por ciento) y Puebla (5 por ciento).
Por su parte, la Fiscalía General de la República (FGR), dio
a conocer que no encontró en sus archivos ninguna carpeta de investigación o
averiguación previa por el desmonte de bosque específicamente para la siembra
de aguacate.
SILENCIO
Para la realización de este reportaje, se solicitó a la Secretaría
de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), que emitiera un posicionamiento
sobre la mala reputación que tiene el aguacate mexicano en algunas partes del
mundo y el boicot que promueven chefs de reconocido prestigio, lo que pudiera
afectar eventualmente al producto estrella del sector, pero la dependencia
federal rechazó hacer comentarios.
En tanto, el Servicio de Información Agroalimentaria y
Pesquera (SIAP), descartó abrir la información geoespacial con la que cuenta
sobre el avance de la frontera agrícola del aguacate en terrenos con vocación
forestal, argumentando que estos datos son un tema de seguridad nacional.
Por su parte, la Comisión Nacional Forestal (Conafor), no
respondió hasta el cierre de esta edición a la petición de una entrevista para
conocer los índices de deforestación en los principales estados productores de
aguacate y el número de incendios provocados para obligar al cambio de uso de
suelo en terrenos forestales.
De igual forma, la Asociación de Productores y
Empacadores Exportadores de Aguacate de México (APEAM), no dio respuesta a la
solicitud de una entrevista, tras señalar que los directivos se encontraban en
Estados Unidos negociando el comercial de televisión para el próximo Super
Bowl.
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