En estos tiempos de pandemia, resulta importante poner en orden tus posesiones para evitar problemas a tus descendientes.
El testamento es uno de los documentos básicos de la
previsión en las finanzas personales y es una muestra de madurez para proteger
a la familia ante la eventual pérdida de quienes poseen el patrimonio. Más aún
en épocas tan turbulentas como las actuales en donde la mortalidad se ha
elevado como efecto de la pandemia y también porque en septiembre de cada año
se facilita hacerlo.
En el mes que está por iniciar, el gobierno federal y los
estatales, lanzan una campaña con la colaboración de las notarías de todo el
país con asesoría jurídica gratuita y reducen los costos. Aquí algunas de las
razones para convencerte.
1.- Al morir “intestado”, los familiares deberán hacer un
juicio en donde la ley marca porcentajes específicos de distribución y se corre
el riesgo de que surjan pleitos. Es un mito cuando uno dice: “Ellos se pondrán
de acuerdo cuando muera”; esta es una de las desavenencias más frecuentes.
2.- Es una forma de ser conscientes del patrimonio y debe
hacerse con la corresponsabilidad de la pareja, con el fin de vislumbrar
escenarios en caso de la partida de cualquiera de los dos. Las disposiciones
variarían dependiendo de las características, como el número de miembros, la
riqueza acumulada, la “relación” entre ellos, las edades, etc.
3.- De haber dentro de la familia una persona con cierta
problemática de salud o condición especial se podrían estipular cláusulas para
protegerl@.
4.- Evita sorpresas, como la aparición de otros herederos.
En caso de un reconocimiento expreso, también es un camino de resguardar sus
derechos. Por ejemplo, si vives con alguien sin haberte casado, podría quedar
desprotegid@.
5.- Si se tiene una empresa es una responsabilidad
corporativa y de viabilidad financiera para la familia que se tenga un plan de
sucesión amarrado con el testamento. Es un grave error dejar de hacerlo y
muchas compañías han quebrado por no cubrir la eventualidad de la muerte del
dueño.
6.- Es una manera de forzarte a poner en orden tus
posesiones para evitar problemas a tus descendientes. Por ejemplo, alinear las
inversiones financieras con el testamento; revisar escrituras de que los datos
sean correctos; finiquitar arreglos verbales, etc.
7.- Al explicarle a tus seres queridos el testamento, estás
generando un gran aprendizaje para que ellos hagan lo propio cuando así
corresponda.
Hay quienes dicen “ya me estás matando” si se les invita a
llevar a cabo el testamento; sin embargo, la respuesta sería ¿lo vas a hacer
cuando te mueras? Es decir, se trata precisamente de adelantarte a un hecho que
tarde o temprano sucederá y que podría ser sorpresivo.
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