El mar creció como nunca antes lo había hecho y derrumbó
decenas de viviendas en la comunidad de Boca del Río, del municipio de
Florencio Villarreal, en la zona de la Costa Chica de Guerrero.
Donde ahora se ve arena y agua, hace apenas 3 semanas había
casas y negocios.
"Yo soy la dueña de esta casa que se la llevó el mar,
el agua subió mucho del mar, las olas, y le fue escarbando, y fue escarbando y
le enhuecó", dijo Rosivel Vázquez, quien resultó damnificada luego de que
la crecida de mar se llevó su vivienda.
"Perdimos muchas cosas, que refri, que congeladores, a
mi casi ya no me dio temo de sacar otras cosas, el mar se alzó más",
manifestó Gerardo Pérez, otro de los daminificcados.
El mar creció como nunca antes lo había hecho y derrumbó
decenas de viviendas en la comunidad de Boca del Río, del municipio de
Florencio Villarreal, en la zona de la Costa Chica de Guerrero.
Los pobladores aseguran que ni el huracán Max, que
azotó a esta zona en septiembre de 2017, causó tantos daños como el fenómeno de
este año.
La señora Eneida perdió dos casas que construyó a lo largo
de los años.
"Pero que aquí he vivido, tengo más de 45 años viviendo
aquí, y nunca habíamos visto esto como que lo que está pasando ahorita… pues no
alcanzamos a saber a qué se debe, que dicen que el hielo se está derritiendo,
que por todos lados está llegando, no nada más aquí, pero aquí hizo algo que
nunca esperábamos esto".
El mar avanzó más de 100 metros según los pobladores. Donde
ahora se ve arena y agua, hace apenas 3 semanas había casas y negocios de
enramadas cuyos bloques de cemento aún se asoman a orilla de playa.
Es una comunidad dedicada a la pesca, ganadería,
agricultura y turismo local. Desde mayo comenzaron a sufrir los estragos
del incremento de nivel del mar, y a la fecha, no saben a ciencia cierta a
qué se debe.
"Ahora sí salió muy hasta afuera, casi hasta la mera
calle, hasta la rompió la calle. El mar tiene muchas cosas, él nos da y nos
quita, y así es, cuando hay pescado lo sacamos y ya ve, ahora se enojó más feo
el mar", expresó Gerardo Pérez.
Al pueblo no ha acudido ninguna autoridad, son personas
de la sociedad civil quienes llegan con algunas despensas para ayudar a quienes
perdieron casas y negocios.
"Tristeza más que nada, mucha tristeza de ver, de hecho,
mis niños me dicen, mamá nuestra casa, estos niños me dicen, la casa, mamá, y
les digo luego vamos a hacer otra, y me dicen: se la llevó el mar, y digo sí mi
amor, se la llevó el mar", manifestó Dora Luz Olivar, otra de las
damnificadas
Los pobladores temen que el nivel del mar siga creciendo y
derribe la calle principal y la fila de casas que siguen en la comunidad.
No hay comentarios :
Publicar un comentario