En el segmento de ingreso medio y medio alto, la felicidad alcanza 40 por ciento; con bajos ingresos, apenas el 14 por ciento.
La felicidad parecía repuntar en febrero, pero volvió a bajar, y hoy en día solamente el 32 por ciento de los mexicanos dice ser muy feliz. Hace un año, en marzo, cuando empezaba el confinamiento por la pandemia, el 57 por ciento decía ser muy feliz.
Así lo revela la serie de encuestas nacionales de EL
FINANCIERO, la más reciente de las cuales se realizó en este mes de marzo.
Según el estudio, la brecha en felicidad es muy notable entre el grupo de
ingreso medio y medio alto, el cual llega a 40 por ciento, y el grupo de
ingreso medio bajo y bajo, que llega apenas a 14 por ciento. Esta es la
diferencia más alta entre esos dos subgrupos poblacionales, con 26 puntos de
brecha. También se trata del punto más bajo de felicidad expresado por el
estrato socioeconómico bajo, que había registrado 15 por ciento anteriormente,
pero es la primera vez que baja a 14 por ciento.
Si se considera el nivel de escolaridad, la brecha también
se va abriendo, ya que los que tienen escolaridad universitaria se mantuvieron en
su nivel de felicidad del mes anterior, con 54 por ciento, comparado con 53 por
ciento en febrero, mientras que los estratos de educación media y básica
bajaron en su nivel de felicidad, los primeros de 38 a 28 por ciento en el
último mes, y los segundos, de 33 a 25 por ciento en ese mismo lapso.
La encuesta revela que la diferencia en felicidad entre
hombres y mujeres es muy pequeña, de cuatro puntos en la última encuesta, con
las mujeres en 34 por ciento que dice ser muy feliz, y los hombres en 30 por
ciento.
Por grupo de edad, los que menos felicidad expresaron son
los mexicanos de entre 30 y 49 años, con 27 por ciento, mientras que los que
tienen de 18 a 29, así como los mayores de 50, empatan en su nivel de
felicidad, con 35 por ciento en cada grupo.
Según la encuesta, entre quienes dicen ya haberse puesto la
vacuna contra COVID-19 o desean ponérsela lo más pronto posible, el nivel de
felicidad es más alto (38 por ciento); entre quienes no desean ponerse la
vacuna de inmediato o la rechazan completamente (23 por ciento). Si esta
relación se mantiene conforme avance el proceso de vacunación, lo más probable
es que los niveles de felicidad pudieran rebotar.
Aunque no hay que olvidar el factor económico: según la
encuesta, quienes han tenido mayores dificultades económicas en estos meses de
pandemia son quienes menores niveles de felicidad reportan. Por ejemplo, entre
quienes dicen que su situación y perspectivas laborales son hoy buenas o muy
buenas, el 50 por ciento dice ser muy feliz. Por el contrario, entre quienes
reportan que su situación y perspectivas laborales son malas o muy malas, la respuesta
de que son muy felices baja a 19 por ciento. Al parecer, es la economía.
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