El delito de fraude se ha hecho más común en el Estado de
México, reportado a la Policía Cibernética de la Secretaría de Seguridad del
Estado.
De acuerdo con los datos de la dependencia estatal, el
registro por mes de denuncias ciudadanas recibidas por este ilícito supera las
450 llamadas.
En diciembre esta cifra se incrementa al doble, sobre todo
bajo el modus de créditos bancarios o compras virtuales.
Con este número, el fraude absorbe el 70 por ciento de los
registros de la Policía Cibernética, siendo el más elevado.
En tanto en el otro 30 por ciento de las denuncias
mensuales, tienen que ver con el robo de identidad, la extorsión y la pérdida de
contraseñas de las cuentas de Facebook.
De acuerdo con la corporación, en algunos de los casos las
denuncian resultan en alertas falsas, pues son bromas o quedan sólo en el
intento de amedrentar.
Por lo que recomendó que, en un caso de intento de fraude,
se necesita hacer la denuncia de inmediato y no alertarse, ni intentar negociar
con los supuestos delincuentes.
La Policía Cibernética actualmente está capacitada
para identificar las modalidades de fraudes y extorsiones, pues el uso de las
redes sociales y de la tecnología son los móviles más comunes.
Este delito generó tan sólo en el mes de enero de este año
generó 854 denuncias.
Otros delitos similares como la extorsión sólo 219
querellas y el abuso de confianza 270 carpetas de investigación, según el
informe mensual del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
En todo el 2020, el delito de fraude acumuló 11 mil 406
denuncias ante el Ministerio Público y la extorsión 2 mil 995 querellas.
Una de las modalidades más comunes para realizar fraudes, es
mediante préstamos exprés bancarios o robo de identidad vía telefónica.
Los delincuentes pueden tener acceso a datos bancarios como
los primeros números de las tarjetas, con los cuales enganchan a las víctimas,
haciéndose pasar por empleados de bancos.
En algunos casos, los defraudadores otorgan números de
empleados para generar mayor confianza en las futuras víctimas.
Por lo general, la forma de operar es realizar algún tipo de
reembolso a los clientes de bancos sobre supuestas compras que se cargan a las
cuentas de las víctimas.
De esa forma, los clientes del banco facilitan sus números
clave o nip, con lo cual, en cuestión de minutos, los delincuentes cibernéticos
realizan compras y vacían las cuentas de sus víctimas.
En otros casos, se hacen pasar financieras, otorgando
créditos sin avales y a bajos intereses.
Sin embargo, piden a sus víctimas que hagan depósitos por
cantidades mínimas para realizar el supuesto trámite, pero sus víctimas no
vuelven a saber de su crédito.
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