El Papa entiende que la Iglesia ya pidió perdón al menos en tres ocasiones. Una carta del secretario Parolín. Tampoco se entregarán documentos.
La incursión de la primera dama al Vaticano deja poco y
nada para el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Según pudo conocer LPO,
el Papa Francisco no considera ni quiera abrir un debate interno sobre el rol
de la iglesia católica en la Conquista, tampoco habrá visita de Francisco a
México y el préstamo de documentos de la curia que reclama el presidente no
tendrá respuesta por un tiempo.
Por el contrario, este martes el titular del Episcopado
mexicano, Rogelio Cabrera, se prepara para emitir un mensaje contundente sobre
el rumbo del país. Será en el marco de una conferencia sobre la última
encíclica firmada por el Papa, conocida como Fratelli Tutti.
López Obrador se empeña en señalar que hay una diferencia
entre los obispos mexicanos y Francisco. "La jerarquía local no critica al
neoliberalismo", alega al presidente. La realidad es que cada movimiento
de Cabrera en la arena pública tiene el aval del Vaticano.
Cabrera es un hombre de sintonía absoluta con el Papa que lo
suele reconocer en privado como uno de los grandes artífices del apoyo que su
programa "Scholas Ocurrentes" recibe del empresariado mexicano,
comenzando por Carlos Slim.
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