Durante los años sesentas y setentas México era un verdadero bote de dinamita. Estudiantes, protagonistas del movimiento de 1968, maestros y trabajadores comenzaron a irrumpir en movimientos contra el PRI.
En Guerrero, estado muy pobre de la república, surgieron diversos movimientos campesinos y cafetaleros en exigencia de tierras y en denuncia de la marginación.
Ser maestro rural implica adentrarse al México de abajo, el México profundo. De ahí que los maestros rurales del estado de Guerrero hayan sido líderes naturales de diversos movimientos sociales. El maestro cumple un papel importante en la historia de la protesta en México.
Genaro Vázquez fue primero líder sindical. En Tixtla encabezó al magisterio democrático y ayudó a la recuperación de la vida sindical. Encabezó protestas contra el gobierno de Raúl Caballero Aburto.
Estuvo en prisión dos veces. Primero en 1960 y después en abril de 1968. La segunda ocasión fue definitoria. Su organización, la Asociación Cívica Guerrerense, se convirtió en Nacional Revolucionaria. Entonces, un comando armado lo liberó de la cárcel de Lecumberri. Desde ese momento pasó a la clandestinidad.
Recordemos que en Guerrero surgió también el movimiento armado de Lucio Cabañas, que con su Brigada de Ajusticiamiento organizaron grupos armados para luchar contra los caciques del PRI.
La respuesta del gobierno de Luis Echeverría contra el movimiento de Genaro y Lucio fue la llamada Guerra Sucia. Si bien en México no existió una dictadura como en el caso del Cono Sur, la realidad es que el gobierno del PRI protagonizó una verdadera contrainsurgencia apoyada por Estados Unidos para destruir a los movimientos armados, al sindicalismo combativo y a los estudiantes. En los hechos la Guerra Sucia fue nuestra dictadura. Miles de desparecidos, ejecutados y torturados y los responsables siguen impunes.
2 de febrero de 1972: Genaro viajaba en un auto y chocó. La versión oficial dice que un choque generó su muerte. Sin embargo, aún existe una polémica. Es posible que un comando militar haya descubierto a Genaro y lo haya asesinado.
La Dirección Federal Nacional de Seguridad (DFNS) cumplió un papel de policía secreta, especializada en contrainsurgencia con financiamiento y control del gobierno mexicano.
Está ampliamente documentado que su política de desaparición forzada, vuelos de la muerte, ejecuciones extrajudiciales fue preparada por Nazar Haro, uno de los personajes más siniestros de esos tiempos, ya que hay documentos que informan que él mismo torturaba.
La estrategia de Genaro era la de lucha con violencia armada separada de las grandes mayorías, que de conjunto expresaba una concepción pequeñoburguesa que reemplazaba al sujeto político y social de la revolución, la clase obrera y su partido revolucionario, por el partido y el ejército guerrillero de tipo campesino.
Eso no quiere decir que no se deba reconocer su valentía, o la importancia del campesinado para la revolución. Pero para lecciones futuras es clave comprender que la estrategia de la guerrilla campesina tiene un límite como hipótesis para la transformación revolucionaria de la sociedad, pues prescinde de la autoorganización de las masas y de la alianza revolucionaria de los campesinos con la clase obrera.
Las lecciones de batalla de la generación de los años setenta fueron trágicas. La mejor forma de reivindicar a los caídos de aquellas gestas es el triunfo de las generaciones del presente por medio de una segunda Revolución Mexicana: esta vez socialista y obrera.
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