Fue en el año de 1966, precisamente el primer día del mes de mayo cuando la jovencita Juana Margarita Sánchez Mendoza, y el apuesto joven Irineo Hernández Maya, sellaron su pacto de amor al formalizar ante las leyes del hombre y de dios su unión mediante matrimonio por la vía civil y religioso.
Cincuenta años, han transcurrido de aquella memorable e inolvidable fecha para la familia, que conformaron Juana Margarita e Irineo, donde a la fecha, pese al tiempo transcurrido viven juntos muy felices y de manera muy cercana a sus siete hijos, aunque el más pequeño, dolorosamente en fechas muy cercanas falleció.
Fue en la parroquia de San Cristóbal ubicada en el centro histórico de Ecatepec, donde nuevamente como si no hubiesen transcurrido los años, la pareja ratificó su amor, cariño y afecto, que los ha mantenido siempre unidos, hecho que fue certificado por el excelentísimo obispo de la Diócesis de Ecatepec, Óscar Roberto Domínguez Couttolenc, quien también durante el oficio de la misa, hizo referencia a esta ejemplar y perenne unión de dos grandes seres humanos, antes muy jóvenes, cuando iniciaron su matrimonio, hoy personas adultas símbolos de gratitud.
Cobijados con la presencia de sus hijos, yernos y nueras asi como nietos y bisnietos, los festejados recibieron inmensas muestras de cariño, por el ejemplo que en los hechos les han demostrado a través de los años y que hoy sus descendientes son seres de bien que se han integrado a la sociedad de manera positiva.
Posteriormente en su domicilio particular ofrecieron una recepción, donde un grupo de mariachis les deleito con bellas melodías del recuerdo y posteriormente un grupo musical también les dedico aquellas melodías que tal vez en algún momento sirvieron para fortalecer su unión de pareja consolidado con una familia ejemplar.
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