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domingo, 10 de abril de 2016

Esquizofrenia en los mexicanos

1 de cada 100 mexicanos padece esquizofrenia y solo el 10% reciben tratamiento adecuado.

• Por la licenciada Rosalba Islas Bracho
• Investigadora de asuntos sociales

La esquizofrenia es el nombre que recibe un grupo de enfermedades mentales que se caracterizan por alteraciones de la personalidad, alucinaciones y pérdida del contacto con la realidad.

La Psiquiatría define a la esquizofrenia como un tipo de psicosis, es decir, trastorno mental en el cual se presentan alteraciones profundas de la realidad. Es así que el enfermo manifiesta problemas para comunicarse, es ilógico en su pensamiento, titubea y da respuestas complejas a preguntas muy simples.
La mayoría de nosotros conocemos poco o nada de la enfermedad y su tratamiento y casi siempre la tenemos como referencia porque alguien cercano a nosotros la ha padecido e incluso es co fundida con otros padecimientos provocando la falta de atención oportuna y con un tratamiento adecuado.
Entre sus características pueden aparecer prolongadas sensación de tensión, falta de sueño y concentración, aislamiento social y cambios en la personalidad. Poco a poco el afectado presentará la idea de escuchar voces que dan órdenes, sensación de que hay personas que le persiguen constantemente, visión de seres o cosas que no están presentes, así como el pensamiento de que cada una de sus acciones es controlada por alguien más también, delirios de grandeza, somáticos, prejuicios, erotomaniacos, persecución o de perjuicio, entre otras, como las alucinaciones auditivas, táctiles, olfativas, visuales o gustativas.
La falta de emoción ante los acontecimientos propios o ajenos, voz monótona y rostro inexpresivo, descuido del arreglo personal, pérdida de la motivación, aislamiento social, negación ante el problema por parte del paciente, quien además considera normal acciones y temas embarazosos, como pensamientos homicidas o incestuosos (sexo con los integrantes de la propia familia); incluso, puede actuar con indiferencia al realizar sus necesidades fisiológicas con poca discreción, en lugares o momentos inadecuados.
La esquizofrenia puede variar en su intensidad, gravedad y frecuencia en cuanto a sus síntomas psicóticos según las personas. Por ello, los científicos al referirse a ella aducen un conjunto de enfermedades, de leves a graves.
El origen de la esquizofrenia no se conoce con certeza. No obstante, en los últimos años se han logrado algunos avances que permiten señalar diversos factores responsables del trastorno, como por ejemplo alteraciones precoces del desarrollo del cerebro, predisposición genética, alteraciones en moléculas del cerebro, infecciones del embarazo y complicaciones del parto.
La esquizofrenia no se puede prevenir. Sin embargo, si el paciente sigue el tratamiento prescrito por los especialistas, los síntomas sí pueden prevenirse y evitarse. De hecho, si el paciente abandona el tratamiento es probable que muchos síntomas reaparezcan.
Tanto hombres como mujeres corren riesgo de desarrollar esquizofrenia. La diferencia es que los síntomas tienden a aparecer a una edad más temprana en los hombres que en las mujeres.
Se inicia en la mayor parte de los casos entre los 15 y los 30 años en los hombres y entre los 25 y los 35 años en las mujeres y suele aparecer con más frecuencia en los hombres.
El abordaje terapéutico de la esquizofrenia es integral, es decir, se realiza de manera global, combinando diferentes tipos de tratamientos: el médico y las terapias psicosociales.
Es importante recibir ayuda lo antes posible y que el equipo asistencial realice un plan de tratamiento, donde el individuo afectado, su familia y las personas con las que se relaciona formen parte activa. En el plan de tratamiento, habrá que tener en cuenta el tipo y el lugar donde se realiza, así como las preferencias de la persona que padece el trastorno y su familia.
Aunado al tratamiento farmacológico, una parte muy importante para el tratamiento de las personas que padecen un trastorno esquizofrénico, tanto como la neuroplasticidad cerebral y terapia ocupacional pueden hacer que el paciente esquizofrénico tenga una calidad de vida más satisfactoria para él y su familia.

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