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lunes, 29 de febrero de 2016

IO MIEDO Y NO SE TIRO DE LA TORRE


Des­de las al­tu­ras, co­mo si fue­ra un vi­gía de bar­co pi­ra­ta, una per­so­na quien al pa­re­cer se en­con­tra­ba ba­jo los in­flu­jos del al­co­hol, man­tu­vo en ja­que por un par de ho­ras a bom­be­ros y so­co­rris­tas, que te­mían que se lan­za­ra des­de don­de se en­con­tra­ba o que por ac­ci­den­te to­ca­ra los ca­bles de al­ta ten­sión; pe­ro el su­je­to se di­ver­tía, a gra­do tal que va­rias ve­ces se pu­so de pie.

En cues­tión de mi­nu­tos, los al­re­de­do­res de la to­rre de al­ta ten­sión que se lo­ca­li­za en Ca­nal de Chal­co y Ave­ni­da Las To­rres, De­le­ga­ción Tlá­huac, se con­vir­tió en el pun­to de en­cuen­tro de cu­rio­sos ve­ci­nos; po­co a po­co se fue­ron apo­de­ran­do de ca­da cen­tí­me­tro que les que­dó li­bre al ser co­lo­ca­da una cin­ta por par­te de ele­men­tos de la po­li­cía ci­ta­di­na, es­to con el fin de que no en­tor­pe­cie­ran las la­bo­res de res­ca­te.

Des­de la par­te ba­ja se le ex­hor­ta­ba pa­ra que no hi­cie­ra nin­gún mo­vi­mien­to ex­tra­ño, so­bre to­do por­que si to­ca­ba los ca­bles de al­ta ten­sión po­dría su­frir una des­car­ga eléc­tri­ca y cae­ría des­de lo al­to de la to­rre; pe­ro el su­je­to se se­guía di­vir­tien­do, y las mu­je­res y hom­bres que veían el "show" aho­ga­ban en sus gar­gan­tas los gri­tos de de­ses­pe­ra­ción, por­que en va­rias oca­sio­nes se la­deó el su­je­to.

Sin em­bar­go, él se­guía me­ti­do en su "ro­llo" y no ha­cía ca­so a lo que se le or­de­na­ba en la par­te de aba­jo, por lo que un ele­men­to del Cuer­po de Bom­be­ros co­men­zó a es­ca­lar la es­truc­tu­ra me­tá­li­ca, pe­ro pa­ra evi­tar que el su­je­to se lan­za­ra al va­cío no se acer­có mu­cho, so­la­men­te in­ten­tó con­mi­nar­lo a que des­cen­die­ra pa­ra que no se le­sio­na­ra o mu­rie­ra al re­ci­bir una fuer­te des­car­ga eléc­tri­ca.

Fue ti­tá­ni­ca la la­bor de con­ven­ci­mien­to por par­te de los res­ca­tis­tas y lue­go de va­rios so­bre­sal­tos en los mo­men­tos en que pa­re­cía iba a caer, el in­di­vi­duo se ba­jó y ele­men­tos de la po­li­cía lo pre­sen­ta­ron an­te la au­to­ri­dad pa­ra que le apli­ca­ra la san­ción co­rres­pon­dien­te por es­te he­cho, pe­ro lo más im­por­tan­te es que sa­lió de la agen­cia por su pro­pio pie y no den­tro de un ataúd.

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