Por Carlos Mota
DAVOS.– No hay duda de que ésta ha sido una de las reuniones más productivas para una delegación mexicana en el WEF. El equipo económico del Presidente Peña Nieto tuvo encuentros de primer orden que colocaron al país en una posición de privilegio. El alcance fue tal, que incluso en una sesión clave de la crisis de migración en Europa –donde no había mexicanos en la audiencia; excepto yo– un alemán mencionó on the record que el flujo migratorio de México hacia Estados Unidos empezó a revertirse gracias al despunte de la economía mexicana.
El equipo económico mexicano tuvo acceso a información clave. De esos encuentros se desprende, por ejemplo, que varios banqueros centrales y ministros de finanzas dan por hecho que el Banco de la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos no subirá la tasa de interés en marzo. ¿La razón? El shock de volatilidad de inicios de año, el cual no cesará, al menos durante los siguientes tres meses, cuando se conocerán datos duros del desempeño de China. Más aún: hay quien ya prevé que el Fed inicie otra ronda de estímulo monetario, lo que revertiría el proceso iniciado en diciembre. México se está preparando para cualquier escenario.
A muchos empresarios mexicanos les inquieta el comportamiento que seguirá la tasa de interés de Banxico; pero en Hacienda se tiene la convicción de que el banco central no tiene ningún incentivo para elevar la tasa si el Fed no hace lo mismo. Es un hecho: México mantendrá el diferencial existente de nuestra tasa de interés Vs. la del Fed.
Otro tema que vibró con fuerza en la visita fue el encuentro de los presidentes Peña y el argentino Mauricio Macri. Tan pronto se abrió la puerta de la pequeña sala bilateral donde se reunieron, emergió feliz y eufórico Ildefonso Guajardo, el Secretario de Economía, quien aseguró tener certeza de la reconstitución de la relación comercial con ese país austral. A esa bilateral también entraron Luis Videgaray y el ministro de finanzas argentino, Alfonso Prat-Gay (por cierto que la designación del nuevo embajador de Argentina en México se decidirá en cosa de semanas). Se supo, además, que Peña dejó boquiabierto a Macri cuando le alertó sobre el escaso intercambio comercial entre ambos países: equivalen únicamente a un día y medio del comercio bilateral que tenemos con Estados Unidos.
No hay duda que el viernes fue un día dorado para el Presidente Peña y su equipo económico. Un Golden Friday. Yo pude ver al Presidente en privado, en una reunión cerrada con doce periodistas internacionales después de su discurso en la plenaria. Se veía con gran confianza y muy arropado, más que por su equipo, por los resultados obtenidos en la gira, sin duda una de las más exitosas.
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