La Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM) celebra la realización de foros no sólo como una herramienta obligada para apoyar y contribuir al fortalecimiento de la seguridad de los periodistas, labor que se ha constituido como una de las más peligrosas del mundo y que atañe no sólo a México sino a toda América Latina y a muchos países del mundo, reconoció el comunicador universitario Juan Portilla Estrada.
Al inaugurar, con la representación del rector Jorge Olvera García, el taller "Libertad de Expresión y Seguridad de los Periodistas", Portilla Estrada señaló que la sociedad mexicana tiene que hacerse más consciente y más humana sobre el papel que hoy desempeñan los periodistas al asumir un compromiso que conlleva el informar todos los días y generar una conciencia que permita generar un mejor desarrollo para el país.
La universidad reconoce que ejercer el periodismo no sólo lleva peligro de causa profesional, sino el riesgo implícito de no regresar a sus hogares como lo demuestran los hechos recientes en contra de periodistas, obliga a recordar las cifras que ofrece Reporteros sin Fronteras, en donde México ocupa 148 de 180 países y a compararnos con Finlandia en donde no se registró un solo atentado o muerte de un periodista en 2014; además 37 han sido asesinados alrededor del mundo y 137 han sido encarcelados en este 2015.
En México han sido asesinados más de 80 periodistas y 17 han desaparecido en la última década, dijo el comunicador universitario al recordar que Filadelfo Sánchez Sarmiento, Armando Saldaña Morales, José Moisés Sánchez Cerezo y Rubén Espinosa Becerril, son los periodistas mexicanos asesinados en 2015.
De acuerdo con el Comité para la Protección de los Periodistas, dijo, a partir de julio de 1994, el 74 por ciento de los periodistas asesinados cubrían temas relacionados con crimen, el 29 por ciento reporteaba sobre temas de corrupción y 21 por ciento sobre política. Sólo en Yemen, Sudán del Sur y Siria, registran más periodistas asesinados que México, pero atraviesan por guerras civiles.
José Elías Nader, abogado y periodista, se refirió al marco jurídico que rige el periodismo escrito, cuya Ley de Imprenta data de 1917 y habló de la necesidad de anteponer la ética, el respeto a los valores y a la vida privada de las personas como elementos fundamentales para garantizar el acceso a la libertad de expresión.
Reconoció el pobre respaldo que el periodista recibe de su medio de comunicación ante hechos de agresión, pues reconoció que antes de ser medio de comunicación es una empresa, de ahí que éste sea uno de los gremios más castigados económicamente.
Por su parte, Luciano Pelcastre Martínez se pronunció por la necesidad de unificar protocolos de protección a los periodistas, pero censuró la indiferencia de las autoridades al no agilizar las leyes, normas y reglamentos en la materia, como sucede con la iniciativa presentada a la Legislatura mexiquense en el año 2005, la cual no ha tenido suerte de pasar siquiera por comisiones.
Refirió la necesidad de que autoridades y periodistas se sienten juntos a diseñar el marco jurídico que dé protección a unos para cumplir la obligación constitucional de informar y a los otros para ejercer la libertad de expresión y comunicación en beneficio de una sociedad que demanda información veraz, oportuna y completa, al tiempo de censurar que siempre envían representantes de mandos medios sin poder para la toma de decisiones y acuerdos.
Daniel Adame Osorio, politólogo y editor de un medio de comunicación digital, habló sobre los derechos laborales de los periodistas, los cuales cada vez se alejan más de los consagrados en la Constitución de 1917, pues igual que en el ámbito nacional existe una tendencia de ir eliminando los beneficios que se traducen en prestaciones.
Planteó experiencias derivados del ejercicio laboral como los que repercuten en la salud física, el estrés, y la falta de protección de los derechos humanos y profesionales de los periodistas como la falta de investigación y la impunidad en torno a los asesinatos y desapariciones de quienes se dedican a esta profesión que ni siquiera está reconocida como otras en el país.
El propósito es, dijo, generar alternativas de solución a las problemáticas múltiples que enfrentan los periodistas en materia de seguridad social, de asegurar una paternidad y una maternidad responsable luego de un accidente de trabajo, la falta de seguros de vida y de gastos médicos mayores como sí se tienen en otras profesiones y empresas, concluyó.(S)
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