El doctor del IMSS delegación Estado de México poniente, describió la fobia como un miedo inexistente, ocasionado por situaciones que propician inseguridad, en donde está en juego el instinto de conservación.
Ponce Guadarrama comentó como ejemplos la claustrofobia, miedo a lugares cerrados; a los espacios abiertos; a los animales, es el caso de los perros; al primer día de clases y, últimamente, a los asaltos y demás hechos delictivos propiciados por la inseguridad que se vive en el transporte público, así como en las avenidas.
"Muchas personas tienen miedo de salir a la calle por el temor de ser asaltadas, ya sea porque fueron víctimas de esos ilícitos o porque no quieren padecerlo, no obstante, deberán aprender a evitar transitar por ciertos lugares, no tomar determinadas rutas, no llevar objetos de valor y no poner resistencia ante los ladrones".
Mencionó que en el Área de Psiquiatría de ese hospital, son pocos los casos atendidos, representan uno por ciento del total de pacientes que presentan miedo a lo antes descrito, además de la lluvia, al primer día de clases cuando se es de nuevo ingreso.
El doctor indicó que algunos de los síntomas de ese trastorno son ansiedad, experimentan cambios somáticos, los músculos se les tensan, se marean, sienten la "cabeza vacía", tiemblan, el corazón les late rápido y se les entumen las manos.
A ello agregó molestias digestivas, diarreas, inquietud, nerviosismo, preocupación porque el miedo es irracional, por algo que no existe, es común que piensen "si salgo me puede caer un rayo, cuando el día es soleado o me van asaltar".
El especialista recalcó que los pacientes con ese trastorno tienden a distorsionar la realidad, lo cual interfiere con el análisis objetivo de las cosas o situaciones que los rodean.
El tratamiento para la fobia depende del problema, puede atenderse con terapia conductivo-conductual o psicoterapia, y en ocasiones se indican fármacos por determinado periodo
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