En Corto Análisis y comentarios políticos por Juan Manuel Padrón

México muy mal en materia educativa

Informes de la OCDE vienen y van, pero en general los resultados para México en materia educativa no mejoran ni un ápice. El más reciente trabajo de este organismo internacional, dado a conocer hace unos días, es realmente preocupante, pues revela que nuestro país tiene la tasa de deserción escolar más alta entre secundaria y educación media superior dentro de las naciones integrantes de la organización.

Es decir, en México mientras la tasa de matriculación en primaria y secundaria es de casi 100%, a nivel medio superior cae a 56% y hasta a 12% en el caso de la educación universitaria.

El informe titulado Panorama de la Educación 2013 (Education at a Glance 2013) destaca que nuestro país tiene las tasas más bajas de matrícula entre los jóvenes de 15 a 19 años de edad, y pierde a la mayor cantidad de estudiantes entre la educación básica y la media superior, que ningún otro país miembro. Y agrega que durante los cuatro años posteriores a la escolaridad obligatoria, más de dos terceras partes de los jóvenes han abandonado el sistema educativo por completo.

Se trata de datos muy reveladores que advierten del riesgo estratégico en el que se encuentran los jóvenes mexicanos que están en ese rango de edad, y que explica claramente por qué México, como la propia OCDE lo ha venido advirtiendo desde hace varios años está a la cabeza en número de jóvenes ninis (ni estudian ni trabajan), sólo superado por Israel y Turquia.

Sin duda detrás de estos hechos hay una serie de cuestiones socioeconómicas, culturales y educativas que las autoridades (no sólo educativas) deben analizar y poner en marcha acciones, para tratar de cerrar esa brecha brutal que se da en la educación mexicana, y que tiene que ver con la necesidad temprana de incursionar en el mercado de trabajo, pero también en las ineficiencias propias del sistema educativo, en las que es necesario destacar las fallas estructurales.

De entrada, aunque la matrícula en educación básica se encuentre en promedio alrededor de 100%, también es cierto que desde la secundaria se comienza a perder un porcentaje importante de jóvenes. Las primeras deserciones tienen lugar en ese nivel educativo.

Por otra parte, ni siquiera se cumple con el mandato constitucional para garantizar que todos tengan educación básica obligatoria, ni con la formación adecuada de los docentes tanto en su educación inicial como en la adquisición de nuevos conocimientos e innovaciones.

Un punto a destacar que explica en gran medida el desastre educativo es que en términos financieros, el gasto por estudiante es bajo y la mayoría de los recursos se gastan en remuneración de personal. Mientras que México destina el 83.1% de su presupuesto para educación a los sueldos del profesorado y el 93.3% a la remuneración del personal en su conjunto, el gasto anual promedio por estudiante desde la primaria hasta la educación superior es de 20% del PIB per cápita, porcentaje inferior a la media de la OCDE que se registra en 28% del PIB per cápita.

El informe también enfatiza otro dato importante: el mercado laboral mexicano premia la baja preparación, pues los salarios no suelen ser más altos para los más preparados. De hecho mientras para la mayoría de los países miembros de la OCDE, las perspectivas de crecimiento y remuneración suelen ser mayores a los 40 puntos porcentuales para quienes tienen una preparación universitaria, en México esta diferencia es de apenas 10 por ciento.

Más aún, las tasas de desempleo suelen ser mayores para los universitarios, quienes alcanzan 4.8%, comparado con cuatro por ciento de quienes tienen sólo educación básica y de 4.4% para los que cursaron la media superior.

Algo totalmente inadmisible publicó la más reciente encuesta sobre consumo de drogas entre los estudiantes mexicanos, donde se señala que el consumo de mariguana y cocaína ha aumentado entre los jóvenes de primaria y secundaria. El dato confirma, sin duda, que el descuido de la educación por parte de las autoridades ha tenido un efecto directo en el rompimiento del tejido social es todo, soy Padrón…sí Padrón.