Apuntó que 60 por ciento de las mujeres ha sufrido algún daño psicológico, físico o incluso económico, en este último, los agresores pueden ser tanto las parejas sentimentales como los padres o los hijos, quienes se resisten a dar dinero para el sostenimiento de la familia, ocasionando que sus esposas, descendientes o madres sean agredidas física o psicológicamente.
"Puede que no den un solo peso o, bien, lo dan condicionado. Su salario no lo pueden proveer para los gastos de la semana, o si lo dan, por cada peso (quién lo recibe) debe dar una explicación, (la víctima) no es libre de ejercerlo en un antojo o necesidad particular", aclaró.
Indicó que 75 por ciento de los casos de violencia son psicológicos, seguidos por los físicos y después los económicos, por lo que cada vez son más las víctimas que llegan a pedir apoyo a su fundación.
Lamentó que seis por ciento del total de la población tiene más de 60 años, aunque en años anteriores este sector no sobrepasaba el cuatro por ciento, esto "habla de que quieren hacer un cambio por su vida".
"De 350 mujeres atendidas el año pasado, como 20 son de la tercera edad y han estado en esta situación, normalmente han sufrido violencia desde antes y apenas se deciden hacer un cambio. Por cuestiones de tradición, son ellas las que principalmente pueden sufrir violencia desde su infancia, pero se acostumbran", mencionó.
En este sentido, argumentó que el grupo de ayuda que representa trabaja mucho en la identidad de la mujer y en el establecimiento de límites, ya que si estos elementos no se aprenden, la afectada no se conocerá jamás: "Si estamos acostumbrados a decir a todo que sí y permitir que todo el mundo puede venir a decirte lo que se le antoje, entonces no puedes conocerte a ti mismo con una nueva identidad", expresó.
Destacó que las mujeres cambian su forma de pensar luego de recibir terapias, por lo que, informó, solamente 20 y 25 por ciento de las agredidas regresa con sus parejas.
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