Tras señalar lo anterior, el líder de la Unión Ganadera Regional Centro-Norte, Ezequiel Contreras, subrayó que sería conveniente que todo ello fuera revisado para prevenir posibles complicaciones de salud.
Precisó que en la entidad mexiquense más del 50 por ciento de los granos utilizados para alimentar al ganado bovino, son de maíz importado y por ello, se sabe que ha sido alterado con los transgénicos.
Manifestó que de acuerdo con estudios especializados, los alimentos genéticamente modificados no deben consumirse de manera directa porque pueden casar daños, y concretamente lo que puede ser peligroso es el clembuterol que se ocupa para nutrir de más a los animales.
Indicó el dirigente que 70 por ciento de la carne se compra de entidades como Jalisco y Querétaro, donde acostumbran utilizar anabólicos para mejorar la presentación de los animales y los cárnicos en general.
Propuso la creación de una comisión que lleve a cabo revisiones sorpresa en los rastros o sitios de matanza en general, para verificar que no se usen sustancias como el mencionado clembuterol.
Lo más importante -comentó- es que los consumidores estén tranquilos y no se vean expuestos a consumir productos riesgosos.
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