Por aquel entonces López Portillo ya había dejado de ser presidente hacía dos años, pero seguía casado con quien fue la primera dama, Carmen Romano, juntos tuvieron tres hijos
El fallecimiento de una de las vedettes más
imponentes de la década de los 80, Sasha Montenegro, ha sido todo un acontecimiento. A
pesar de que la actriz de origen hungaro estaba retirada de las pantallas hace
varios años, durante su carrera dejó una huella inolvidable no sólo por su
trabajo en cintas como "Bellas de noche" y "Pedro Navaja",
sino también por su imponente personalidad con la que logró cautivar a un presidente
de México.
Fue durante un viaje que Sasha realizó a España donde se
conoció con el exmandatario, en 1984. La actriz ya se había consolidado como
una de las mujeres más guapas del espectáculo, e incluso era polémica por haber
aparecido en un desnudo de 30 segundos, algo que era muy indebido para la
época. Se encontraba de gira con la obra "Nunca en domingo",
cuando durante un descanso de la temporada decidió visitar sola Sevilla.
"Estaba en las calles de Sevilla y estaban estas
procesiones que hacen, de pronto oigo que me dicen '¡Sasha!', me dice '¿qué
hace usted aquí?' y le dije 'no, ¿qué hace usted aquí señor?'", recordó
Montenegro durante una entrevista para el programa "En compañía de",
en 2013.
Por aquel entonces López Portillo ya había dejado
de ser presidente hacía dos años, pero seguía casado con quien fue la primera
dama, Carmen Romano, juntos tuvieron tres hijos.
"Yo no creo que eso haya sido amor a primera vista, lo
que pasa es que el señor era impactante", señaló la vedette.
"No era un hombre que dijeras guapo, pero era un
señorón con mucha presencia, con una gran personalidad, obviamente con una gran
cultura; era un hombre encantador", agregó.
En ese momento López Portillo tenía 62 años,
mientras que Sasha 38. La diferencia de edad entre ambos era de 24 años, pero
eso no impidió que comenzaran un romance.
"Era un hombre maduro, fuerte, que hacía mucho
ejercicio; un conquistador nato y de todo lo que yo conocía esto era algo
diferente", describió.
Tras aquel encuentro, la pareja se volvió a ver en Roma y
Montenegro aseguró que disfrutaba de las pláticas que sostenían por el nivel
cultural que el político tenía.
Un año después Sasha se embarazó, según aceptó, "por
accidente" de su primogénita Nabila. Ahí fue donde comenzó la
polémica, pues él aún no se había divorciado cuando su romance con la famosa ya
se había hecho público.
"En México el ser presidente de la República era ser un
rey, pero un rey por seis años porque después lo decapitaban. A mí me tocó
cuando (López Portillo) ya estaba decapitado y me tocaron los ladridos y esta
parte desagradable de la vida de un personaje así", reconoció.
Tuvieron una separación provocada por la controversia, pero
regresaron y poco después nació Alexander, en 1990. Y un año después,
aunque iban en contracorriente y ante la desaprobación de la familia de él,
principalmente su hermana Margarita, en 1991 se casaron por la vía civil.
"Fue una relación muy difícil porque siempre
estuvo esta familia en contra, Margarita ha sido una mujer que siempre
estuvo en contra de todas las mujeres que se acercaran a su hermano",
aceptó Sasha en el programa "Vidas al límite":
"Él no era un hombre malo, tenía una parte débil y
estuvo rodeado de gente que no lo favoreció en lo más mínimo y gente que
tampoco lo quiso, donde hay intereses los seres humanos quedan a un lado",
destacó en entrevista con Gustavo Adolfo Infante.
Finalmente, para 1995 lograron consumar su matrimonio con
una ceremonia religiosa en la que estuvieron presentes sus dos hijos. Un
momento que la actriz recordó como uno de los más emotivos de su vida, pero esa
felicidad duró poco, pues el mismo año el también abogado sufrió un infarto
cerebral que lo dejó muy debilitado y que propició los rumores de que
Montenegro lo maltrataba.
Fue tal la presión social y familiar que se interpuso un
juicio de divorcio contra ella que se creía que no había terminado cuando el
López Portillo falleció en febrero del 2004, dejando a Sasha como su
viuda, pero años después ella aclaró que la realidad fue que ganó el juicio y
los magistrados federales no la divorciaron".
Pero también señaló, que más allá de una propiedad a la que
denominan "la Colina del perro", fue todo lo que su entonces esposo
le dejó cuando aún estaba vivo, como una donación y que el juicio de divorcio
que la familia orquestó fue con la intención de quitarle ese bien inmueble.
"Empieza una lucha de intereses de todo lo que lo
rodeaba. Nunca supe cuáles eran sus bienes, nunca estuve enterada, creo que a
la fecha tampoco sé".
No nos dejó nada, lo que sí nos dejó fue una cantidad de
problemas y juicios terribles".
No hay comentarios :
Publicar un comentario