Comentario y Debate
Más allá de la absurda “gabinetitis” típica del folklore
mexicano que surge cuando va a cambiar un gobernante, prefiero reflexionar en
una indispensable Reforma Administrativa Mexiquense. Sugiero partir de la
Iniciativa de Reforma Constitucional que se encuentra en la cancha de los
diputados locales y luego derivar una serie de propuestas para mejorar la
administración pública estatal.
La relación del gobierno mexiquense con los ciudadanos debe
cambiar para ponerla a nuestro servicio con eficacia, eficiencia y honestidad,
a través de la descentralización y desconcentración de funciones y dependencias
en el territorio del Estado, limitando la discrecionalidad y mejorando
sustancialmente las capacidades de la administración para atender y resolver
los muchísimos problemas de la población. Se requiere revisar la complicada
cantidad de oficinas a partir del principio de austeridad y racionalidad del
gasto público, al menos en dos etapas. La primera para establecer, por primera
vez la Ley del Poder Ejecutivo, y simultáneamente adecuar la Ley Orgánica de la
Administración Pública, en los términos macro. Y continuar en una segunda
etapa, con la revisión de oficina por oficina, para certificar el valor que
adiciona o absorbe cada una al presupuesto gubernamental, lo que se conoce como
“Escrutinio Presupuestal”; avanzar en la construcción de la administración
digital, abierta y transparente; y en la lucha para erradicar la corrupción y
la ineficiencia, como lo expresaba nuestra próxima Gobernadora Maestra Delfina
Gómez Álvarez desde su campaña.
La premisa es que la administración pública tiene la misión
de dar coherencia a la realización de las políticas gubernamentales. En
consecuencia, la reforma administrativa incluye mejorar la alineación de toda
la administración pública con sus atribuciones constitucionales, y en su
momento, conforme al Plan Estatal de Desarrollo.
Si conseguimos observar el panorama integral de las posibles
reformas, lograremos una visión más clara del modelo de administración pública
que la Gobernadora podría ofrecer a los más de 17 millones de habitantes, que
seguiremos creciendo en el período constitucional a su cargo. La transformación
de las estructuras y procesos gubernamentales tienen necesariamente
implicaciones para nuestra vida, por lo que requieren pensarse cuidadosamente,
ya que van más allá de recortes burocráticos, cambio de reglas, procedimientos
o trámites, y desde luego de funcionarios. Evaluar la capacidad para
transformar la forma en que el gobierno estatal ha fallado en la mayoría de las
áreas a su cargo y su relación corrupta con organizaciones y concesionarios.
Así como la transversalidad de las funciones de la administración estatal con
las funciones municipales para una coordinación suficiente y oportuna. El
impulso armónico de la fuerza del gobierno es una demanda estructural. La
Reforma Administrativa Mexiquense puede mejorar sustancialmente, el
cumplimiento de las atribuciones constitucionales. Que triunfe la esperanza
sobre la experiencia.
No hay comentarios :
Publicar un comentario