Seguro eres de los que mes a mes estás en uno de los sillones de las barberías para como dicen popularmente “sacarte punta”; es decir, cortarte el cabello. Revistas, gel, navaja, tijeras y grandes espejos son algunos de los objetos que no pueden faltar en estos negocios, es más, hasta las escobas y los recogedores ocupan un lugar especial, pero hay algo que es más común y quizá aún no lo tomas en cuenta y estos son los populares colores rojo, blanco y azul que iluminan el lugar.
Las peluquerías o barberías pueden ser atendidas por
peluqueros adultos mayores, aquellos que ahora son abuelitos, pero quienes
conocen desde niños a cada uno de sus clientes; aunque en los últimos años
también es muy común ver a peluqueros muy jóvenes, incluso adolescentes,
quienes se perfeccionan en el corte de cabello para ganarse la vida e incluso
armar su propio local. ¿Pero qué tienen en común estas peluquerías, si
pareciera que en realidad son un choque generacional? Lo que une a estos
negocios y además los identifica son los colores rojo, blanco y azul.
No importa que en una barbería “moderna”, atendida por
jóvenes, se escuche todo el día reggaetón, peso plumo y sus corridos tumbados,
además de hip hop. Ni que en una barbería clásica las canciones de Agustín
Lara, Roberto Carlos, Leo Dan, Pedro Infante; entre otros, sean las favoritas
de los peluqueros; ya que en ambos casos hay algo común: los colores rojo
verde y azul.
Estos colores que pueden aparecer en paredes, sillones y
comente en los llamados postes de barberos, tienen un origen sangriento, algo
que va más allá de un simple corte de cabello.
De acuerdo con información de BARBERAPP- La APP de tu
Barbería y Pivot Point, sitios especializados en belleza, moda y cortes de
cabello, el tradicional poste de barbero empezó a utilizarse desde la Edad
Media, cuando los peluqueros, quienes no sólo ejercían ese oficio, sino que
también se encargaban de cirugías menores como extracción de dientes,
utilizaban esta barra para poner a secar los trapos que quedaban ensangrentados
tras la operación.
Y es que no sólo sacaban muelas y cortaban el cabello;
además eran los encargados de tratar diversas enfermedades en las que usaban
sanguijuelas como terapia medicinal. De hecho, el llamado padre de la cirugía
moderna, Ambroise Paré, inició su carrera en una barbería.
Los llamados barberos o peluqueros no se establecían en un
solo lugar, sino que iban de pueblo en pueblo ofreciendo sus servicios y era
con estos postes, en los que se colocaban las toallas ensangrentadas, con los
que los clientes los identificaban.
De acuerdo con lo publicado en sitios especializados en
belleza, el poste de la barbería representa el palo que los clientes debían
apretar para poder extraer la sangre de sus venas antes de las cirugías.
Mientras que el color rojo simbolizaba la sangre derramada por los
pacientes, el blanco las vendas que se utilizaban para detener la
hemorragia y el azul las venas cortadas. Aunque se dice que este
último color, el azul, se agregó en las barberías de Estados Unidos, Reino
Unido y Francia, como muestra de patriotismo, en una clara referencia a los
colores de la bandera de esos países.
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