En la calle se organizan los que físicamente quieren echar a los ministros de la Corte por la fuerza, bajo el nombre de #EscudoAMLO. La confrontación callejera parece inevitable.
Uso de Razón
Los porros que están afuera de la Corte, con
insultos y amenazas a los ministros, tendrán visitantes este domingo: personas
que defienden al máximo tribunal marcharán hacia el edificio que es objeto de
la ira obradorista.
Posiblemente esta vez no ocurra nada grave,
pero ya está el embrión de la confrontación física, auspiciado por el presidente
López Obrador y quienes manejan grupos porriles.
También en la vida social y política aplica la
ley de Newton que nos dice que a cada acción corresponde una reacción en
sentido contrario y con la misma intensidad.
Si hay grupos de choque que buscan echar a los
ministros de la Corte “no por la vía legal, sino a la fuerza”, pronto habrá
quienes se organicen para defenderlos, porque son un pilar de la vida en
democracia.
De manera irresponsable, el presidente López
Obrador dice que él no polariza, que él politiza.
Para él politizar es insultar, calumniar y azuzar
el odio hacia los que se atreven a tener una opinión diferente a la suya, la
dicen y actúan en consecuencia.
El reportero de El Financiero que cubre la
fuente de la Corte apuntó que el organizador visible de los que se encuentran
en plantón es Miguel Alberto Buenfil Cabrera, alias Conejo Político.
Visitado y felicitado por el gobernador de
Veracruz y con el respaldo del presidente de la República, el organizador
material del plantón, dijo, de acuerdo con la nota de este diario: “¿Hasta
cuándo vamos a entender que el pueblo es el único que puede sacar a estos
jueces y magistrados corruptos de la SCJN? Y no me refiero a la vía legal, sino
a la fuerza ciudadana”.
Ya sabemos de qué se trata eso de sacarlos “no
por la vía legal, sino por la fuerza ciudadana”.
A esa acción golpista le seguirá una reacción
de parte de quienes no quieren que se destruya la Corte y amedrente a los
ministros.
Lo del grupo en plantón sería anecdótico si no
contara con la bendición presidencial, que todos los días echa leña a la hoguera
donde sus golpeadores quieren incinerar a los ministros que cumplen su tarea.
La reportera Diana Benítez, que cubre la
fuente presidencial por este diario, ha señalado con puntualidad los ataques
virulentos del Presidente a los ministros: “De manera descarada están al
servicio de los potentados, de la minoría, de lo que conceptualmente se conoce
como oligarquía”.
Se dirige “en particular la Suprema Corte, que
está completamente en contra de nosotros y de la transformación del país, que
forma parte también del mismo grupo conservador y corrupto”.
Otro día: “Es un hecho, se puede probar que el
Poder Judicial casi en su totalidad, de arriba a abajo, está podrido, que
solamente le sirve a los potentados y a los delincuentes, que no imparte
justicia en beneficio del pueblo; entonces, sí hay que renovarlo”.
Y ayer acusó que la ministra presidenta de la
Suprema Corte de haberles dado “manga ancha” y empoderar a los jueces para
poder liberar a narcotraficantes y violadores.
Ahí, en Palacio Nacional y en voz del
presidente de la República, nace el embrión del choque violento entre
mexicanos. Hacia abajo de la pirámide el lenguaje de odio sube de tono: un
subsecretario llamó “marrana” a la presidenta de la Corte... y sigue en el
cargo.
En la calle se organizan los que físicamente
quieren echar a los ministros por la fuerza, bajo el nombre de #EscudoAMLO, que
se define como un grupo de ciudadanos “comprometidos con la cuarta
transformación, con el presidente López Obrador y Morena”.
De seguir a este paso, los ataques físicos y
la confrontación callejera parecen inevitables.
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