El documento apunta que esto se debe a tres factores: la división del voto opositor, al ausentismo de los legisladores de esos partidos y a la negociación.
Gracias a la división del voto opositor, al ausentismo de
los opositores y a la negociación, Morena logró en el Congreso de la
Unión la aprobación de al menos 18 reformas constitucionales, en los
primeros cuatro años del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Además, de acuerdo con el estudio Balance legislativo:
México, un análisis del trabajo del Congreso de México entre 2018 y 2022
realizado por la organización Directorio Legislativo, en el Congreso mexicano
la “polarización legislativa”, entendida como la oposición votando en sentido
contrario al oficialismo, en términos generales, “es baja” y queda circunscrita
a votaciones específicas.
“El análisis de votaciones nominales muestra que los bloques
se comportaron de manera cohesionada durante todo el periodo estudiado.
Adicionalmente, el grado de polarización legislativa fue más bien bajo y se
detectó únicamente en algunas votaciones particulares. Esto muestra el alto
grado de consenso con el que llegaron los proyectos a ser debatidos en
ambos recintos legislativos”, se concluye en el análisis.
El estudio refiere que lo anterior ayuda a explicar “el
elevado éxito legislativo” del oficialismo, más allá de su “supremacía
numérica”, ya que no sólo 50 por ciento de las leyes aprobadas surgió de iniciativas
presentadas e impulsadas desde el oficialismo, sino además 80 por ciento de los
proyectos presentados por el Poder Ejecutivo fue aprobado.
De acuerdo con el balance, este porcentaje podría no decir
nada en sí mismo, sin embargo, toma dimensión cuando se lo compara con la tasa
de éxito legislativo del Poder Ejecutivo en otros países.
Por ejemplo, en Colombia fue de aproximadamente 45 por
ciento durante el gobierno de Iván Duque y, en Argentina, de 32 por ciento en
lo que va del mandato de Alberto Fernández.
“Si a esto le sumamos los proyectos presentados o impulsados conjuntamente
con sectores de la oposición, se puede concluir que durante los primeros cuatro
años de gobierno de AMLO, tres de cada cuatro proyectos aprobados tuvieron el
aval de al menos un sector del oficialismo”, se refiere.
Por otra parte, la duración del trámite legislativo se
redujo en los casos de proyectos presentados por el Poder Ejecutivo (58
contra 547 días) o por un legislador o legisladora oficialista (360 contra 815
días).
“Es decir, se aprueban nueve veces más rápido cuando son
firmados por el Presidente o dos veces más rápido cuando son impulsados por el
oficialismo en el Congreso”.
El análisis realizado por el Directorio Legislativo refiere
que los tres partidos que conforman la coalición Va por México, PAN, PRI y PRD,
habían anunciado una “moratoria constitucional”, es decir, que ya no
respaldarían las reformas a la Constitución promovidas por el oficialismo,
estrategia que apuntaba centralmente a dos proyectos: la reforma electoral y la reforma de la Guardia
Nacional.
Y resalta “el controvertido cambio de estrategia legislativa
que el gobierno implementó en los meses siguientes para impulsar el tratamiento
de esos puntos claves de su agenda: reconvertirlos en una serie de reformas a
leyes ordinarias”.
Así, “en los cuatro años analizados, Morena logró o
facilitó la aprobación de 18 reformas constitucionales –incluyendo cinco
presentadas por el Poder Ejecutivo– gracias a la división del voto opositor, al
ausentismo de los opositores y también, por qué no, a la negociación. En
efecto, ocho de ellas tuvieron origen en proyectos de iniciativa mixta y dos,
en propuestas de la oposición”.
“Los bloques (legislativos) se comportaron de forma
cohesionada”
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