Posteriormente, hace apenas un mes el titular de la Unidad
de Inteligencia Financiera, Pablo Gómez, anunció la presentación de una
denuncia en la Fiscalía General de la República en contra del expresidente Peña
Nieto, que significa ya un acontecimiento no solo jurídico sino de una
relevancia política.
Después del anuncio público en el foro político de la
mañanera, vinieron los rumores de una posible respuesta del expresidente Peña
Nieto, señalando que existen una serie de videos que están dispuestos a hacerse
públicos; sobre personajes importantes de la 4T, incluso de haberse grabado al
Presidente Electo AMLO cuando visitó en Palacio Nacional al entonces
presidente Peña, algunos columnistas manejaron las posibles fechas de
divulgación de estos.
Ante ello vino lo que podría considerarse el segundo aviso,
ya no de Pablo Gómez sino de la Fiscalía General de la República anunciando las
tres investigaciones: delitos electorales, enriquecimiento ilícito y lavado de
dinero contra Enrique Peña Nieto, mismas que llenaron el pasado miércoles las
primeras planas de los diversos medios de comunicación.
Puede interpretarse así la contención a las indirectas
amenazas de la divulgación de un video. Por lo que el expresidente priista
deberá analizar nuevamente su estrategia política y jurídica porque él mismo
sabe que al águila no se le puede retar. Algunos ejemplos que entendieron esta
fórmula están en los subterrenos de la política, calladitos y menos asomando la
cabeza.
Ahora bien, si la existencia de dichos videos alcanza al
actual Presidente en su visita en ese entonces a Palacio Nacional, deberá de
recordar otra regla Peña Nieto, el actual presidente no perdona traiciones
y menos ligadas con temas de corrupción.
Entre estos escenarios aparece el del Estado de México,
donde se avecinan las próximas elecciones en el que todo parece indicar que el
nieto del fundador del Grupo Atlacomulco, el actual gobernador Alfredo del
Mazo, será el enterrador de dicho bastión. Es así que la situación jurídica de
Peña Nieto vale más que una elección estatal como el Estado de México, amén de
estar ya enfilándose el tablero político para la sucesión presidencial del
2024, que está última será la más importante y llevar a Peña ante la justicia
tendría un efecto político electoral.
Tal y como se mencionó anteriormente, el asunto ya se
encuentra ante la Fiscalía General de la República, lo que se traduce como una
contingencia más peligrosa.
El expresidente priista deberá recordar cuando estuvo en la
silla del águila y evaluar su estrategia, porque las garras de la justicia lo
vayan a alcanzar y sea después de Echeverría el siguiente expresidente que sea
llevado ante tribunales. Así es que la mejor defensa del expresidente Peña
Nieto será: no retar al águila.
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