Con las victorias que Morena obtuvo ayer en Hidalgo, Oaxaca, Quintana Roo y Tamaulipas, se consolida como la fuerza política con mayor presencia territorial.
En menos de cinco años (2018 a 2022), el partido del
presidente Andrés Manuel López Obrador se hizo, una a una, de 20 gubernaturas,
incluidas las que ganó ayer. Cuando los nuevos mandatarios tomen protesta; este
instituto político controlará dos tercios de los estados y más de la mitad de
la población nacional.
Esto equivale al número de entidades federativas que
gobernaba el otrora hegemónico Partido Revolucionario Institucional (PRI) en
2001, un año después de la alternancia.
Además, sus aliados gobiernan otros dos estados: el Partido Encuentro
Social en Morelos y el Partido Verde Ecologista de México en San Luis Potosí.
Después de 93 años al frente de Hidalgo, el PRI perdió uno
de sus últimos reductos de poder frente a la aplanadora morenista.
De acuerdo con los resultados del conteo rápido, el
candidato de la alianza Juntos Hacemos Historia (Morena-PT-Nueva Alianza),
Julio Menchaca Salazar, obtuvo entre 60.4 y 63.2 por ciento de los votos.
Mientras que la candidata de la coalición Va por Hidalgo (PAN-PRI-PRD), la
priista Carolina Viggiano Austria, apenas logró de 30 a 32.7 por ciento.
Oaxaca también pasará de manos priistas a morenistas.
Salomón Jara Cruz, de la coalición Juntos Hacemos Historia (Morena-PT-PVEM), se
alzó con la victoria al conseguir entre 58 y 61.4 por ciento de los sufragios,
dejando en un lejano segundo lugar a Alejandro Áviles, candidato de la alianza
PRI-PRD, quien sólo obtuvo de 24.3 a 27.2 por ciento de la votación.
En Quintana Roo, el PRD también perdió el último bastión que
gobernaba uno de los suyos. El actual mandatario, Carlos Joaquín González, será
sucedido en el cargo por Mara Lezama Espinosa, de la coalición morenista, quien
obtuvo entre 55.3 y 58.2 por ciento de los votos. En segundo sitio quedó la
candidata de la alianza PAN-PRD, Laura Fernández, al lograr entre 15.1 y 17.7
de los sufragios.
En Tamaulipas también fue contundente el triunfo del
morenista Américo Villarreal Anaya por sobre su más cercano competidor, el
panista César Augusto Verástegui Ostos. El primero obtuvo entre 49.5 y 52.7 por
ciento de la votación mientras que el segundo consiguió entre 41.7 y 44.8 por
ciento. La entidad norteña pasará así del control del PAN a Morena.
De seis gubernaturas en juego, la oposición pudo retener
dos. En Aguascalientes la panista María Teresa Jiménez Esquivel, de la alianza
PAN-PRI-PRD, obtuvo entre 51.5 y 54.9 por ciento de los votos. Entre tanto, la
morenista Nora Ruvalcaba Gámez se quedó con una votación de 32.5 a 35.3 por
ciento.
Y en Durango, el priista Esteban Villegas Villarreal,
abanderando al PRI, PAN y PRD, logró entre 52.2 y 55.2 por ciento de los
sufragios, en tanto que la morenista Marina Vitela Rodríguez obtuvo entre 37.8
y 40.9 por ciento.
Con la pérdida de Hidalgo y Oaxaca y la victoria en Durango
con sus aliados, el PRI será gobierno sólo en tres entidades por ahora.
Coahuila y el codiciado Estado de México tendrán elecciones estatales el
próximo año.
Entrevistado al respecto, Ricardo Monreal Ávila, líder de
los senadores morenistas, consideró que, de seguir así, en 2023 el partido
guinda será imbatible en las elecciones federales de 2024.
“Morena tiene mucha fuerza popular por el presidente de la
República… su popularidad y aceptación impacta positivamente en el proceso
electoral”, dijo a El Sol de México el también presidente de la Junta de
Coordinación Política (Jucocopo) del Senado de la República.
Consideró que en las presidenciales de 2024, Morena
ratificará en las urnas el triunfo obtenido consistentemente desde 2018,
siempre y cuando se cuide la unidad del partido y los procesos internos. “Lo
único que ensombrece es el proceso interno, si hay ruptura, fisura o división,
eso es lo único que puede alejar a Morena de un triunfo; pero si hay armonía,
piso parejo, respeto por los contendientes, puede salir adelante”.
La diputada federal Yeidckol Polevnsky coincidió en que el
crecimiento de Morena en las últimas elecciones se debe a la fuerza que tiene
López Obrador.
“Todo tiene que ver, también el hartazgo de los pasados
gobernantes, y el factor principal para el éxito de Morena es el presidente
López Obrador…”
“La gente ha visto en él un cambio verdadero, porque tú
sabes que muchos políticos hablan y hacen otra cosa. Entonces eso ha hecho que
los partidos pierdan mucha credibilidad y que no se confíe ni en los partidos,
ni en muchos políticos”, consideró.
AVANCE MORENISTA
Morena se fundó el 2 de octubre de 2011 como una asociación
civil. En ese entonces López Obrador seguía militando en el Sol Azteca e
incluso un año después compitió por segunda vez como candidato presidencial de
ese partido, el PT y Movimiento Ciudadano.
Tras su derrota en las urnas frente al priista Enrique Peña
Nieto, el tabasqueño rompió con el PRD –con cuyos líderes ya había mostrado
diferencias de tiempo atrás– y decidió convertir a Morena en un nuevo partido
político que serviría como su plataforma para volver a competir en las
elecciones presidenciales de 2018.
El 9 de julio de 2014, el Consejo General del Instituto
Nacional Electoral (INE) aprobó por unanimidad su registro como partido
político.
El nuevo instituto compitió por primera vez en las
elecciones federales intermedias de 2015, con un buen resultado. Ganó 14
distritos de mayoría y 21 diputaciones por el principio de representación
proporcional, lo que le permitió controlar 35 escaños en la Cámara de
Diputados. A nivel federal obtuvo poco más de ocho por ciento de la votación,
posicionándose como la cuarta fuerza política nacional, a sólo un año de su fundación.
En la Ciudad de México quitó espacios al PRD y se quedó con
18 distritos electorales, convirtiéndose en la primera fuerza de la entonces
Asamblea Legislativa del Distrito Federal.
En 2017 Morena puso por primera vez en aprietos al priismo
en el Estado de México, una de las entidades más estratégicas por su tamaño
poblacional. Y aunque su candidata Delfina Gómez no logró la gubernatura, quedó
en segundo sitio y a menos de tres puntos porcentuales de Alfredo del Mazo, lo
que ya avizoraba la fuerza del lopezobradorismo fuera de la capital del país.
Fue en 2018 cuando Morena comenzó a cosechar las mayores
victorias a nivel nacional, tras el desgaste del PRI, en medio de escándalos de
corrupción tanto del presidente Peña Nieto y sus cercanos como de sus
gobernadores, y los problemas internos que había en el PAN y el PRD.
Esto le dio un mayor impulso a la figura de López Obrador,
quien arrasó en las elecciones presidenciales del 1 de julio de ese año, con
más de 53 por ciento de los votos.
A nivel federal, su partido logró amplias mayorías en las
cámaras de Diputados y Senadores y en los estados comenzó a cosechar sus
primeras gubernaturas: Chiapas, Tabasco, Veracruz y jefatura de Gobierno de la
Ciudad de México. También arrebató al PRD la gubernatura de Morelos, aunque con
un candidato propuesto por el extinto Partido Encuentro Social: Cuauhtémoc
Blanco.
Un año después Morena también ganó la gubernatura de Baja
California con Jaime Bonilla. Y en Puebla triunfó con Miguel Barbosa en las
elecciones extraordinarias que se celebraron luego de que la gobernadora Martha
Érika Alonso muriera en un accidente aéreo, dejando vacante la titularidad del
ejecutivo estatal.
Para las elecciones de 2021 Morena amplió aún más su control
territorial, conquistando 10 gubernaturas y ratificando su triunfo en Baja
California con Marina del Pilar Ávila. Se hizo de prácticamente todos los
estados del Pacífico: Baja California Sur, Sonora, Sinaloa, Nayarit, Colima,
Guerrero y Michoacán.
También ganó Campeche, Tlaxcala y Zacatecas, en tanto que
San Luis Potosí quedó en manos de Ricardo Gallardo, del Partido Verde, aliado
de Morena.
Tras el triunfo de Morena de ayer, sólo 10 gubernaturas
quedarán en manos de la oposición: cinco con el PAN (Aguascalientes, Chihuahua,
Guanajuato, Querétaro y Yucatán); tres con el PRI (Estado de México, Coahuila y
Durango) y dos con MC (Nuevo León y Jalisco).
No hay comentarios :
Publicar un comentario