El asesinato de su marido registrado hace cinco años en Sinaloa, señaló, ha convertido a su familia en personas desplazadas, aseguró durante su participación en un conversatorio en la UAEMéx
El Mecanismo de Protección a Periodistas y Defensores por sí solo no podrá garantizar la vida de las y los periodistas si prevalece la impunidad, si transcurren los años y los asesinatos no se resuelven, advirtió Griselda Triana, esposa del periodista Javier Valdez, asesinado hace cinco años en Sinaloa.
Tampoco podrá garantizar la integridad de las y los periodistas si la Fiscalía Especializada y las estatales no atienden, ni entienden, ni si las instituciones encargadas de procurar justicia son lentas e ineficientes en esos procesos.
Al participar en un conversatorio sobre la Libertad de Expresión, realizado en la facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMex) advirtió que las familias de periodistas asesinados y desaparecidos no ven resultados de las investigaciones de esos crímenes, mientras en México existen todas las condiciones para que los asesinatos y cualquier forma de violencia contra quienes ejercen su derecho de informar, sean posibles,
Sostuvo que da miedo ver hacia adelante porque de lo único que las familias saben es de impunidad, ya que la mayoría de los asesinatos de personas periodistas siguen si ser aclarados, y en desapariciones, del 100 por ciento están impunes.
El asesinato de su marido Javier Valdez, registrado hace cinco años en Sinaloa, señaló, ha convertido a su familia, como a otros familiares de periodistas asesinados, en personas desplazadas.
La impunidad que las y los periodistas asesinados denunciaban, afirmó, es contra la cual luchan sus esposas, esposos, hijas e hios y por eso han salido a exigir que esos crímenes sean esclarecidos y para reclamar sus derechos como víctimas indirectas, pues les rompieron sus proyectos de vida y trabajan para recuperarlos con dignidad.
En la búsqueda de justicia, señaló, muchas familias se quedan solas, son invisibilizadas, hay afectaciones severas y casi no existe el acompañamiento jurídico legal y psicosocial, salvo por la sociedad civil.
Afirmó que hay condiciones adversas para las y los periodistas, pero no se puede hablar del derecho a la libertad de expresión sino se ejerce.
También comentó que las familias de periodistas asesinados viven un largo camino lleno de obstáculos y les llevan a cuestionarse si vale la pena, sobre todo cuando saben que las posibilidades de acceso a la justicia son mínimas en el país, pero aún teniendo todo en contra aseguró que no se doblegan, pues aun cuando a sus periodistas los han silenciado, a sus familias no.
Opiniones
Durante el conversatorio, periodistas coincidieron en que existe un panorama adverso para el periodismo que en ocasiones inicia desde las redacciones.
Jan-Albert Hoosten, representante de México en el Comité para la Protección de Periodistas advirtió que no nos damos cuenta de la importancia de la libertad de expresión hasta que ya no esté y hay amenazas a medios de comunicación que terminan autocensurando y cerrando puertas de Información, pues en algunas entidades hay temas que ya no se pueden cubrir y actores dispuestos a usar la violencia extrema.
Miguel Ángel Alvarado de Viceversa Noticias señaló que la primera agresión a las y los reporteros y a trabajadores de medios se da en sus redacciones por cuestiones como violaciones a contratos de trabajo, sobrecarga de trabajo, acoso laboral y violencia psicológica que precariza la actividad y se suma a los bajos salarios.
Paula Saucedo de Artículo 19 destacó que el contexto hacia periodistas es hostil con una impunidad del 98%, pues no hay acceso a la justicia, pero sí agresiones, amenazas, violencia; por lo cual no hay libertad de expresión en México, cuando para ejercerla cuesta la vida.
La periodista Alejandra Ibarra, directora de Defensores de la Democracia señaló que una característica particular de quienes han sido asesinados es que tenían sus propios medios y consideró que si funcionaran los mecanismos de justicia la esperanza sería que dejaran de asesinar.
Miguel Ángel Alvarado añadió que asesinan porque se puede, porque existe impunidad, pues enfrentamos un Estado donde la impunidad es la norma.
Jan-Albert Hoosten consideró que lo que pasa en México es la consecuencia de la impunidad y violencia y se vive un contexto donde cualquier persona afectada en sus intereses que use la violencia extrema lo hace ante la poca posibilidad de ser detenido y mucho tiene que ver la apatía e indiferencia de las autoridades, pues hay una espiral de violencia que se ha salido de control.
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