La Montaña Rusa duró en pie 58 años, este 2022 inició su
desmantelamiento. Desde la década de los 60 causó sensación entre capitalinos y
visitantes, fue sitio referente de la CDMX y el mayor atractivo de la Feria de
Chapultepec
A mediados de los años 60 la zona de los Juegos
Mecánicos de Chapultepec, justo frente a la casa oficial de los Pinos y cerca
del edificio de la hoy alcaldía Miguel Hidalgo, ya era un sitio referente en la
capital.
Al pasar en automóvil sobre Parque Lira y desde parte
de Periférico, la enorme estructura de la Montaña Rusa robaba la atención de
conductores y acompañantes y hasta era posible escuchar los gritos de quienes
en ese momento disfrutaban de su altura y velocidad. Definitivamente era la
figura y atracción central de la luego llamada Feria de Chapultepec.
Al pasar de los años, varios juegos cambiaron de nombre, se
modificaron o desaparecieron, pero la Montaña permaneció ahí 58 años hasta este
2022 que se anuncia su desmantelamiento, con sus 33 metros de altura ofreciendo
variadas emociones a sus fieles fans, hombres y mujeres que de jóvenes subían
una y otra vez, seguían acudiendo ahora acompañados de sus hijos, sobrinos o
amigos.
Los Juegos Mecánicos de Chapultepec formaban parte de un
gran proyecto de ampliación del Bosque de Chapultepec impulsado por el regente
de la ciudad, Ernesto P. Uruchurtu, quien la mañana del sábado 25 de octubre de
1964 acompañó al entonces presidente Adolfo López Mateos en el recorrido de
inauguración. La tarde de aquel día todos los juegos fueron gratuitos para el
público asistente.
El entonces regente capitalino Ernesto P. Uruchurtu ( en
medio) acompaña al presidente Adolfo López Mateos (derecha), durante el
recorrido de inauguración de los Juegos Mecánicos de Chapultepec, la mañana del
sábado 25 de octubre de 1964. Archivo EL UNIVERSAL.
Tuvo un costo cercano a los 12 mdp en 1964
Según la información, al día siguiente, el domingo 26 de
octubre los capitalinos abarrotaron el Nuevo Bosque de Chapultepec, como se le
llamaba, hoy Segunda Sección de Chapultepec, para recorrer en lanchas el lago
artificial de dos metros de profundidad, las fuentes ornamentales del dios
Tláloc, el ferrocarril infantil escénico cuya vía pasaba por parte del bosque y
el Museo de Historia Natural. Era un sitio lleno de nuevas atracciones para la
época.
Las notas de EL UNIVERSAL precisaban que el costo de la Montaña
Rusa, hecha en su mayoría de madera, fue cercano a los 12 millones de pesos y
que su construcción la dirigió el señor Aurel Vatzin de la empresa National
Amusement Device Company. Su caída se describía como “vertiginosa” y alcanzaba
más de 110 kilómetros por hora y en plano entre los 60 y 70. Las cuotas por
disfrutar de estos juegos serían para el pueblo “en extremo reducidas”
“La integran dos simultáneos circuitos que tienen vías en dos
sentidos y para su manejo se cuenta con un personal experto, debidamente
preparado”; pero por órdenes del presidente Adolfo López Mateos el
aparato funcionaría en días posteriores, pues se había determinado que para
mayor seguridad de los usuarios se cambiaran los cinturones originales por
otros, similares a los que se usan en las naves aéreas.
Incluso días antes de la apertura de los juegos, se
informaba a la población de pruebas de seguridad colocando en los carros, sacos
de arena y otros bultos simulando el cuerpo humano, también se decía que desde
entonces la montaña de madera ya era visitada por miles de paseantes ansiosos
de su apertura al público.
A más de 6 meses de la inauguración, este lugar seguía
siendo motivo de variadas notas periodísticas, en donde se afirmaba que a los
visitantes de la Montaña Rusa no les importaba ni el frío, ni las lluvias
cuando hacían aquellas largas filas de tres horas, para disfrutar de tan solo
tres minutos y medio que duraba el trayecto, así sucedía al menos hasta febrero
de 1965.
Largas eran las filas, hasta de tres horas, para disfrutar
de tres minutos y medio que duraba el recorrido en la Montaña Rusa de
Chapultepec, así fueron los primeros meses luego de su inauguración
“sobresale por su
altura y su instalación majestuosa la montaña rusa, la cual se puede admirar a
muchos metros de distancia y es sin duda el aparato más solicitado…”. Era
entonces la Montaña Rusa hecha de madera más alta en Latinoamérica.
Era tal la euforia de chicos y grandes que hasta se lanzó al
mercado un juguete de jardín que emulaba a la Montaña Rusa. Una tienda
departamental, que aún vemos, anunciaba el “Novedoso Juego de Jardín Roller
Coster”, una montaña rusa en pequeño con 80 cm de altura, “muy seguro”. “Carro
que no se sale de la vía, hasta no tocar el suelo. Metal esmaltado en rojo,
verde y amarillo combinados”, a un precio de 795 pesos, reza la publicidad.
Era tal la euforia por la Montaña Rusa que los pequeños
también podían disfrutar un poco de ella. Una famosa tienda departamental lanzó
al mercado el “Roller Coster”, un juego de jardín que simulaba una pequeña
montaña rusa de apenas 80 centímetros de altura “muy seguro… el carro no se
sale de las vías hasta no tocar el suelo”, se lee en la publicidad de 1964.
En la década de los años 70 se registraron al menos cuatro
muertes por accidentes en la Montaña Rusa; sin embargo, su fama y atractivo
continuaron entre la población, pues durante décadas fue parte de gratos
recuerdos, de días enteros de diversión y emociones para varias generaciones.
Adiós al alma de la Feria de Chapultepec.
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