El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, llega
este 1 de diciembre al ecuador de su mandato con una popularidad resistente
pese al sinfín de frentes abiertos y a la imparable violencia.
Tras años en la oposición, López Obrador llegó al poder el 1
de diciembre del 2018 después de un rotundo triunfo electoral que lo erigió
como el líder del cambio en México.
Pero tres años después, la gestión del líder del
izquierdista Movimiento Regeneración Nacional (Morena) se ha caracterizado, en
buena medida, por la polarización del país y los choques con sus opositores, su
mejor arma para tapar la falta de resultados en muchos rubros.
Todo ello en medio de la crisis económica y social derivada
de la pandemia.
NARRATIVA Y POPULARIDAD
De lunes a viernes, el presidente celebra la
"mañanera", una conferencia de prensa con una duración de unas dos
horas donde explica sus programas de Gobierno y defiende sus decisiones.
"El principal logro del presidente en estos tres años
ha sido construir una narrativa creíble de que el poder político hoy en día
está al servicio del pueblo", explicó a Efe el politólogo de la
Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) Khemvirg Puente.
La "mañanera" se ha convertido en una gran
estrategia comunicativa que, sumada a sus incesantes giras por el país, han
conseguido que su popularidad continúe inusualmente alta.
Según la mayoría de encuestas, hoy más del 60 % de los
mexicanos aprueba su gestión.
"Los sondeos de opinión aprueban su mandato. Sin
embargo, me parece que en estos tres años muchos de quienes apostaron por el
cambio hubieran deseado un Gobierno más abierto al diálogo", comentó a Efe
Martha Singer, doctora en Ciencias Políticas de la UNAM.
MÚLTIPLES FRENTES
López Obrador llegó al poder apelando a la unión de todos
los mexicanos y, como ha dicho en muchísimas ocasiones, "sin afán de
venganza".
No obstante, desde su púlpito diario arremete contra sus
"adversarios", que cada vez son más variopintos: la oposición, los
empresarios no afines, los intelectuales contrarios, las ONG, los medios de
comunicación e incluso a esa parte de la clase media que ha tachado de
"aspiracionista".
En un país cada vez más polarizado, esta retórica alimenta
la popularidad del presidente.
IMPARABLE VIOLENCIA
En este clima de tensión, problemáticas tan acuciantes como
la violencia parecen quedar a menudo en un segundo plano. Y aunque el
presidente tiene una reunión de seguridad cada día, las cifras no han
disminuido sustancialmente.
México ha registrado los dos años más violentos de su
historia en los primeros dos años de mandato de López Obrador, con 34.690
víctimas de asesinato en 2019 y 34.558 en 2020.
Ello en medio de una creciente violencia de género con casi
1.000 feminicidios el pasado año, la tragedia de los desaparecidos -que suma
más de 95.000 casos desde 1964- y los ataques continuos contra periodistas y
activistas.
"Desafortunadamente no ha habido avances", lamentó
Singer, quien recordó la dura valoración del Comité de la ONU contra las
Desapariciones Forzadas en su reciente visita al país.
Además, la creación de la Guardia Nacional, un cuerpo de
seguridad conformado en su mayoría por militares, ha generado muchas críticas
en un país todavía afectado por la llamada guerra contra el narcotráfico,
impulsada por el expresidente conservador Felipe Calderón (2006-2012) junto con
las Fuerzas Armadas.
"Los fracasos son muy notables, pero en términos de
imagen pública él los compensa a través de esta narrativa en la que parece que
es creíble su afán" para acabar con la corrupción, expuso Puente.
FRAGILIDAD ECONÓMICA
El producto interno bruto (PIB) de México cayó un 8,2 % en
2020 debido a la pandemia de covid. Pero el país ya registraba una preocupante
debilidad económica tras el descenso del 0,3 % del 2019.
Según analistas, parte de ello se debió a los continuos
ataques a empresas que tacha de corruptas y a la incertidumbre de iniciativas
como la reforma eléctrica, que pretende fortalecer la eléctrica estatal en
detrimento de las compañías privadas de energías renovables.
El país espera crecer este año un 6 % en buena medida gracias
a la entrada en vigor en 2020 del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá
(T-MEC).
Pero la pobreza sigue siendo una titánica tarea pendiente y
la crisis del coronavirus dejó 3,8 millones de nuevos pobres durante 2020 hasta
representar el 43,9 % de la población.
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