Tanto que una lagrima asoma en nuestra mejilla y resbala, y a veces hasta con coraje nos limpiamos con el dorso de la mano.
Como muestra que no debemos sentir el dolor que provoca la muerte del ser humano, llámese, amigo, familiar o conocido, compañero de trabajo. No queremos mostrar debilidad ante los demás.
Pero la sensibilidad aflora y nos hace recordar la buena obra de quien se nos ha adelantado.
Y eso es lo que guardaremos en nuestra mente y alma.
Su recuerdo será el único que no se irá tan fácil de nuestra memoria y sus obras los harán, seguir viviendo en la mente y corazón, DESCANSÉN E PAZ Y LUZCA PARA ELLOS LA LUZ PERPETUA, HASTA LUEGO AMIGOS
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