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sábado, 3 de octubre de 2020

La Ciencia confirma a través de un Estudio que la Oración tiene Poder para Sanar Enfermedades

 

Mateo 18:19: "Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos".

 






En el pueblo evangélico no es un secreto que existe poder en medio de la oración, de hecho, Jesús dijo:

Mateo 18:19: “Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos”.

En esta ocasión la ciencia comprobó el gran poder que existe a través de la oración. Un científico e investigador cristiano, llegó a la conclusión que existe la curación física, y este resultado es la respuesta del poder que existe en la oración de un creyente.

El reconocido doctor Andrew Newberg, y además director de investigación del Thomas Jefferson Hospital y medical college de Pensilvania, se encargó de llevar a cabo la investigación, esto consistió en hacer diversos escáneres cerebrales de resonancia magnética, los cuales mostraron resultados que hay poder en la oración.

Este estudio revolucionó la medicina por completo, demostrando que la actividad cerebral producida por la oración, es muy parecido a la que produce un entrenamiento físico.

A la hora de experimentar, Newberg contó que varios pacientes ancianos con problemas de memoria participaron de su investigación, ellos oraron doce minutos seguidos, todos los días, por ocho semanas, tiempo que duró la investigación.

Para la investigación los médicos utilizaron un tinte radiactivo inocuo, inyectándolo a los pacientes seleccionados, mientras se encontraban en profunda oración. El tinte se traslado en diferentes partes del cerebro en donde el flujo de la sangre era bastante fuerte. Dando como resultado una enorme y evidente actividad.

Dios permitió sanar todas nuestras enfermedades, sólo basta tener fe y clamar a nuestro Dios, en el nombre de Jesús.

Isaías 53:5 dice: “Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados”.

 

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