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domingo, 26 de agosto de 2018

Histórico 1968: El diálogo avanzaba


Los estudiantes dispuestos a conversar con el gobierno dijeron que el movimiento por el ejercicio de las libertades democráticas no terminaría hasta obtener soluciones favorables a su pliego petitorio

El despacho jurídico de la Facultad de Derecho, afiliado al CNH, pudo poner en libertad a 240 vendedores ambulantes aprehendidos por inspectores de Mercados. Fotos: Archivo histórico Excélsior
CIUDAD DE MÉXICO.
El diálogo público entre el gobierno y los estudiantes estaba encaminado un día antes de la manifestación programada para el 27 de agosto de 1968. El Consejo Nacional de Huelga (CNH) hizo público en una asamblea que en principio las autoridades habían aceptado platicar con ellos.
En la nota publicada en
Excélsior el 26 de agosto de hace 50 años se lee que los líderes del CNH insistirían en que el debate entre las partes se realizara en el Auditorio Nacional, ante una audiencia de 25 mil estudiantes y representantes de la prensa nacional, o bien en el mitin que realizarían al día siguiente en el Zócalo.




El escritor José Revueltas espera que la Procuraduría termine de examinar su expediente para resolver su solicitud de libertad.

En la asamblea donde los estudiantes tomaron la decisión de ir al diálogo se informó que la comisión estaría integrada por entre 10 y 20 jóvenes, que serían asesorados por una comisión de profesores.
Los estudiantes insistieron en que los seis puntos de su pliego petitorio seguían firmes: 1. Libertad de todos los presos políticos, estudiantes y activistas detenidos por manifestarse; 2. Derogación del artículo 145 y 145 bis del Código Penal Federal, el cual regulaba los delitos de disolución social; 3. Desaparición del cuerpo de granaderos; 4. Destitución de los jefes policiacos Luis Cueto y Raúl Mendiolea Cerecero y Alfonso Frías; 5. Indemnización de los muertos y heridos, y 6. Deslinde de responsabilidades de los funcionarios involucrados en actos de violencia contra los estudiantes.
En la asamblea estudiantil, se lee en la información periodística de Jaime Reyes Estrada, se habló de continuar la lucha; se dijo que no habría pasos atrás hasta que el problema quedara perfectamente resuelto.
Hicieron notar que ellos, los estudiantes, eran los más interesados en terminar con el problema, porque querían regresar a clases para presentar los exámenes finales del año lectivo.
Dijeron también, según la nota de hoy hace 50 años, que algunos de los puntos del pliego petitorio, como la derogación de los artículos 145 y 145 bis de la Constitución, no podrían ser de inmediato, ya que eso tendría que pasar por la Cámara de Diputados, pero que estaban dispuestos a esperar el plazo que fijasen las autoridades.
Informaron los estudiantes que a primera hora volverían a contactar vía telefónica a las autoridades, para lo cual hablarían con los secretarios particulares de los titulares de Educación, Agustín Yáñez; de Gobernación, Luis Echeverría; el regente del Departamento del Distrito Federal, Alfonso Corona del Rosal; el procurador General de la República, Julio Sánchez Vargas, y el del DF, para precisar la forma en que se llevaría el diálogo, para que no perdiera el carácter público.
Mientras se detallaba cómo sería ese diálogo con las autoridades, los jóvenes realizaban festivales de carácter cultural. En Excélsior se publicó el efectuado en Zacatenco, donde se aprovechó la afluencia de muchas personas para entregar propaganda.
A su vez, la explanada principal de Ciudad Universitaria fue sede de un festival, también organizado por el CNH. Hubo familias enteras en el lugar, niños, jóvenes, intelectuales. Se cantaron canciones, se declamó poesía. Y representaciones escénicas parodiando distintas situaciones por las que había pasado el conflicto estudiantil.



Manuel Marcué Pardiñas, señalado como uno de los principales dirigentes del movimiento estudiantil.

Las tareas de pintura sobre las láminas que cubrieron por años la estatua del expresidente de México Miguel Alemán siguieron adelante.
Entonces se tuvo reporte de que hubo incontables mítines relámpago, organizados por brigadas estudiantiles en lugares como la glorieta de la Riviera, la colonia Olivar del Conde, o en lugares como la Alameda de Santa María, la Plaza de Santo Domingo, en el centro de la capital y varios barrios y colonias a las orillas de la Ciudad de México.
El mensaje que se dio en esos mítines fue que los estudiantes estaban dispuestos a dialogar con las autoridades, aunque subrayaron que el movimiento por el ejercicio de las libertades democráticas no terminaría hasta obtener soluciones favorables a su pliego petitorio.
También invitaron a toda la gente a sumarse a la manifestación del 27 de agosto.
Los miembros de la Asamblea de Padres de Familia de la Escuela Nacional Preparatoria Antonio Caso plantel 6 publicaron en
Excélsior una inserción pagada dirigida al presidente Gustavo Díaz Ordaz, informándole sobre una asamblea realizada en el auditorio de esa escuela.
En el texto le informaron al mandatario, “con todo respeto”, que se solidarizaban plenamente y hacían suyas las demandas del Consejo Nacional de Huelga y de la Coalición de Profesores de Enseñanza Media y Superior Pro Libertades Democráticas y apoyadas por el Consejo Universitario y que eran las mismas 6 del pliego petitorio.
El Frente Universitario Mexicano (FUM), encabezado por Álvaro Flores Rico y David O. Lozano, quienes firmaron los desplegados, volvió a la carga en un nuevo desplegado.
La inserción pagada fue titulada “¡Pobre Universidad!”. Arranca con el origen del conflicto estudiantil, la gresca entre las Vocacionales 2 y 5 contra la prepa Ochoterena. Sostiene el desplegado que miles de universitarios y politécnicos desean terminar sus cursos y presentar exámenes y sigue:
¿Quiénes son los dirigentes reales de la agitación? Desde luego no son los estudiantes y algunos ni siquiera conocían la Universidad o el Politécnico. Atrás de los gritones asaltacamiones, actuando como eminencias grises se encuentran Eli de Gortari, Heberto Castillo, José Revueltas y Manuel Marcué Pardiñas”.
El FUM, en ese desplegado, ofrecía datos de perfil sobre las personas a las que acusaba y que en gran medida eran compartidas por el gobierno. “Eli de Gortari es un oscuro maestro de lógica, autor de un texto de esa materia aún más oscuro que él, y que se hizo de nombre como escandaloso rector de la Universidad de Morelia, hace algunos años; se dice comunista. Heberto Castillo es profesor de la Escuela de Ingeniería y fue presidente del Movimiento de Liberación Nacional y “representante de México” en la Conferencia Tricontinental que presidió Fidel Castro en Cuba; fue profesor de Cuauhtémoc Cárdenas (ésta es la primera vez que públicamente aparece el nombre del Ingeniero Cárdenas, por quien Castillo declinó en 1988, para que Cárdenas fuera candidato presidencial). José Revueltas, no es universitario, ni lo ha sido nunca. Su trayectoria es por demás conocida. Manuel Marcué Pardiñas, tampoco es miembro de la Universidad, pasa la mayor parte del tiempo paseando por la Zona Rosa en autos deportivos importados y fue el director de la revista “política” que siempre siguió la línea cubana y maoísta”.
Los líderes del FUM terminan su desplegado así: “¡Ya basta de usar a la Universidad como trinchera contra México y a los estudiantes como carne de cañón! Ni comunismo, ni contrarrevolución”.
Por su parte, la Central Nacional de Estudiantes Democráticos (CNED) informó que, de resolverse positivamente las demandas de los estudiantes antes del 2 de septiembre, los alumnos de los ciclos medios y superior de 18 estados del país que se rigen por el calendario escolar B, se abstendrían de iniciar sus labores académicas del año lectivo 1968-69.





Un desplegado firmado por un “lic. Juan Martínez de León”, que no tiene referencia histórica, volvió a publicar un largo texto en donde señaló que los estudiantes habían “abusado” del artículo noveno de la constitución, referente a la garantía de reunión, ya que éstos, la ejercieron “en un ambiente de violencia y amenaza hacia las autoridades para obligarlas a aceptar sus absurdas peticiones, y por medio de graves injurias orales y escritas a las instituciones y funcionarios de la República”.
El despacho jurídico de la Facultad de Derecho, afiliado al CNH, pudo poner en libertad a 240 vendedores ambulantes aprehendidos por inspectores de Mercados durante los días 24 y 25, en diferentes rumbos de la ciudad. A las 20 horas, cerca de 300 universitarios y más de 200 civiles, parientes de los detenidos, se congregaron frente a la Delegación de Iztacalco, donde estaban los detenidos. Los estudiantes comisionados por el despacho jurídico de la Facultad de Derecho y el CNH eran, Manuel Lerma, Rufino Perdomo; Alfonso Bouzas Ortiz, José Luis Carmona Noguera, Jaime Gutiérrez Quiroz, Máximo García Fabregat, Ernesto Pozos Hoyos y Ezequiel Pantoja.

cva


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