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sábado, 26 de noviembre de 2016
Muere Fidel Castro a los 90 años
Muere Fidel Castro, un icono del siglo XX ATLAS
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Su funeral será el 4 de diciembre y se han declarado 9 días de duelo nacional
Desde que el 31 de julio de 2006, día en que el secretario del Comandante en Jefe, Carlos Valenciaga, anunciara que entregaba el poder en su hermano Raúl Castro, la muerte de Fidel Castro era la noticia que cada cierto tiempo sobrevolaba el mundo. Una década después se ha hecho realidad. El líder cubano Fidel Castro ha muerto a los 90 años de edad. Su hermano, el presidente Raúl Castro, en un comunicado de tan sólo seis líneas y poco más de un minuto en la televisión estatal, ha sido el encargado de anunciarlo.
"Con profundo dolor comparezco para informarle a nuestro pueblo, a los amigos de nuestra América y del mundo que hoy 25 de noviembre del 2016, a las 22.29 horas de la noche falleció el comandante en jefe de la Revolución cubana Fidel Castro Ruz", indicó Raúl Castro visiblemente emocionado.
La comisión organizadora de los funerales ha anunciado que se celebrarán el 4 de diciembre en Santiago de Cuba. A lo largo esta semana, las cenizas del ex mandatario, que previsiblemente será incinerado mañana, recorrerán el país durante cuatro días. El Gobierno de la isla ya ha anunciado que se guardará 9 días de duelo nacional en el que "cesarán las actividades y espectáculos públicos, ondeará la bandera nacional a media asta en los edificios públicos y establecimientos militares".
Anuncio de Rául Castro
"Querido pueblo de Cuba
Con profundo dolor comparezco para informar a nuestro pueblo, a los amigos de nuestra América y del mundo que hoy 25 de noviembre del 2016 a las 22.29 horas de la noche falleció el Comandante en Jefe de la Revolución Cubana, Fidel Castro Ruz.
En cumplimiento de la voluntad expresa del compañero Fidel sus restos serán cremados en las primeras horas de mañana sábado 26.
La comisión organizadora de los funerales brindará una información detallada sobre el homenaje póstumo que se le tributará al fundador de la Revolución Cubana. ¡Hasta la victoria! ¡Siempre!"
Casualidad, coincidencia o intención, Fidel ha hecho historia también con su muerte. El líder de la revolución cubana moría el mismo día en el que se celebraba el 60º aniversario de la partida del Granma hacia Cuba, el yate con el que Fidel y un grupo de exiliados cubanos desembarcaron en la isla el 2 de diciembre de 1956 marcando el inicio de las luchas guerrilleras, que culminarían con el triunfo de la Revolución Cubana, el 1 de enero de 1959.
Fue una lluviosa madrugada del 25 de noviembre de 1956 cuando el yate comenzó a navegar por las aguas del río Tuxpan, en México. Sigiloso, pues debía burlar la vigilancia de la marina mexicana, consiguieron llegar a mar abierto. El primer paso estaba hecho. Cantaron el Himno Nacional de Cuba, encendieron las luces, la Revolución estaba en marcha. 60 años después de aquella partida histórica, Fidel lo ha vuelto a hacer, transformando el 25 de noviembre en una fecha histórica que ya nadie olvidará.
Su muerte, aunque medio la esperaba, ha pillado en pijama a la mayoría de los cubanos. Marco Antonio Díaz, de 20 años, contó que estaba en una fiesta en La Habana cuando, de repente, detuvieron la música para dar a conocer la noticia. La celebración terminó abruptamente. "Regresé a casa y desperté a todo mundo: Murió Fidel. Mi mamá quedó pasmada", contó a la AFP este trabajador de un lavacoches.
En España, en la Embajada cubana en Madrid, se encuentran "destrozados y en estado de shock". "Ahora lo más importante es difundir el mensaje del presidente Raúl Castro", han asegurado a EL MUNDO.
"Yo nací con esta revolución y de verdad que tengo tristeza, porque él fue un hombre único, con sus defectos, con sus virtudes. Es una pérdida grande y es un hombre que no lo van a olvidar nunca ni los amigos ni los enemigos", declaró Micaela Consuegra, una barrendera de 55 años.
Fidel fumándose un cigarro durante la visita del senador de EEUU Charles McGovern. REUTERS
Las últimas imágenes de Fidel Castro son del pasado 15 de noviembre, cuando recibió en su residencia al presidente de Vietnam, Tran Dai Quang; y la última vez que se le vio en un acto público fue el pasado 13 de agosto, con motivo de su 90 cumpleaños en un acto en el teatro Karl Marx de La Habana.
En esa ocasión se vio a Castro con un aspecto frágil, vestido con un chándal blanco y flanqueado por su hermano Raúl y el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro.
Desde su cumpleaños ha recibido también en su domicilio a otros mandatarios como el presidente de Irán, Hasán Rohaní; el de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa; o los primeros ministros de Japón, Shinzo Abe; de China, Li Keqiang, y Argelia, Abdelmalek Sellal.
En abril, en el XVII Congreso del Partido Comunista de Cuba, Fidel Castro también reapareció y pronunció un discurso que sonó a despedida y en el que reafirmó la fortaleza de las ideas de los comunistas.
"A todos nos llegará nuestro turno, pero quedarán las ideas de los comunistas cubanos, como prueba de que en este planeta si se trabaja con fervor y dignidad, se pueden producir los bienes materiales y culturales que los seres humanos necesitan, y debemos luchar sin tregua para obtenerlos", afirmó Castro en esa ocasión.
Un padre protector, un tirano
Último de los grandes protagonistas de la Guerra Fría, Castro instauró un régimen marxista-leninista a sólo 150 kilómetros de las costas de Estados Unidos, y se alió con su enemigo acérrimo, la entonces Unión Soviética.
Con mano de hierro, gobernó 47 años la isla y siguió siendo el máximo guía del régimen después de que enfermara y entregara el mando a su hermano Raúl, cinco años menor, el 31 de julio de 2006.
Bajo su mando, Cuba protagonizó la crisis de los misiles, se convirtió en santuario de la izquierda latinoamericana, y envió a sus tropas a África para defender al gobierno izquierdista de Angola contra las fuerzas del apartheid sudafricano.
Fidel dirigió los destinos de los cubanos, para unos como un padre protector, para otros como un patrón severo y mesiánico. Bajo su gobierno nació el 70% de los 11,1 millones de habitantes de la isla.
Sus críticos le achacan haber forjado un sistema totalitario de partido único, represor de toda disidencia y con un rotundo fracaso económico. Sus admiradores, en cambio, destacan que elevó los índices de salud de Cuba al nivel de los del primer mundo, desarrolló la educación, la cultura y el deporte.
En sus últimos años, Fidel Castro, que reapareció esporádicamente en algunos actos públicos, se dedicó a analizar cuestiones de índole internacional como el peligro de una guerra nuclear, el problema de la alimentación mundial o la crisis del sistema capitalista.
En ese periodo, los cubanos asumieron su retirada del poder y, más ocupados por resolver el difícil día a día de la isla, se acostumbraron a vivir sin su tutela directa.
Ahora se sabrá qué efectos tendrá la desaparición de Fidel Castro en las próximas páginas de la historia de Cuba, que abrió una nueva etapa tras el deshielo diplomático con Estados Unidos con Barack Obama, pero que habrá que ver cómo serán las relaciones entre ambos países a partir de enero con Donald Trump en la Casa Blanca.
Simplemente Fidel
De emblemática barba y uniforme verde olivo, el "Comandante en Jefe", llamado simplemente Fidel por los cubanos, fue un líder de personalidad aplastante, omnipresente y de discursos maratonianos.
Visto en los primeros años de enfermedad solo en fotos y videos, en traje deportivo, Fidel se recuperó y reapareció en público en julio de 2010 en algunos encuentros académicos sobre temas internacionales, e incluso vistió en ocasiones de verde olivo, pero sin insignias militares para dejar claro que no retornaría al gobierno.
Nacido el 13 de agosto de 1926 en la aldea de Birán (Oriente), hijo de un inmigrante gallego devenido terrateniente y una cubana humilde, llegó al poder el 1 de enero de 1959 al derrocar a la dictadura de Fulgencio Batista, tras 25 meses de lucha guerrillera en la Sierra Maestra.
Enfrentó a 11 presidentes de Estados Unidos, a la invasión de Bahía de Cochinos organizada por la CIA en 1961, a la crisis de los misiles de 1962, al embargo impuesto por Washington casi desde el inicio de la Revolución, a la caída del muro de Berlín y a la desintegración de la Unión Soviética.
Bajo su gobierno, más de un millón y medio de cubanos abandonaron la isla por razones políticas y económicas, y se radicaron principalmente en Miami (Estados Unidos), desde donde los más feroces anticastristas organizaron o apoyaron conspiraciones y planes de asesinato en su contra, a veces en complicidad con la CIA.
A lo largo de 40 años (1958-2000) escapó a 634 complots asesinos, según escribió Fabián Escalante, ex jefe de inteligencia cubano, en Cubadebate.
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