
De inmediato surgieron dudas sobre los alcances y propósitos de dicho programa, que en su primer año de aplicación pretende atender a 7.4 millones de mexicanos que viven pobreza y desnutrición en 400 municipios del país.
La primera duda es que la Cruzada no incluyó a los miles de habitantes de regiones que, por décadas, han padecido condiciones de pobreza extrema –incluso de hambruna–, tal y como sucedió con el Programa Nacional de Solidaridad de Carlos Salinas de Gortari (1988-1994) y Oportunidades de Ernesto Zedillo Ponce de León, que fue retomado por los presidentes panistas Vicente Fox Quesada y Felipe Calderón Hinojosa.
Las críticas supieron de tono cuando se conoció la lista completa de los 400 ayuntamientos beneficiados, de los que 190 no están en pobreza extrema.

Además, los recursos de la Cruzada en el DF fueron asignados a las delegaciones Iztapalapa, Gustavo A. Madero, Tlalpan y Álvaro Obregón, donde se concentra 48% del padrón y 49% de los votos de la izquierda.

Encima, en BC los recursos de ese programa beneficiarán a los municipios de Mexicali, Tijuana y Ensenada, que representan ni más ni menos que 80% del padrón electoral de la entidad.
Es el caso de otras cabeceras municipales, que son capitales de estados o ciudades con índices de desarrollo mayor al promedio.

Gustavo Madero Muñoz, presidente nacional del blanquiazul, explicó a la prensa que esa estructura opera en los 25 municipios más importantes de Veracruz. De acuerdo con grabaciones presentadas por Madero Muñoz, los funcionarios buscan usar el Programa Oportunidades y Sesenta y Cinco y Más con fines electorales. También tienen contemplado condicionar la entrega de silla de ruedas.

Para Veracruz, la Cruzada contra el Hambre dispuso recursos federales por 18 mil 700 millones de pesos. Este monto está dirigido a 33 municipios, entre los que se encuentran Veracruz, Boca del Río, Coatzacoalcos, Minatitlán y la capital Xalapa, que son los que tienen los más altos niveles de vida y, de nuevo, concentran la mayoría del padrón electoral.
Xalapa, por ejemplo, tiene menos de 5% de su población en condición de pobreza extrema y carencia alimentaria, aun así suma ya más de 23 mil beneficiarios por dicho programa.
El 6 de marzo, durante la comparecencia de Rosario Robles Berlanga en la Cámara de Diputados, la presidenta de la Comisión de Asuntos Indígenas, la Diputada Eufrosina Cruz Mendoza (PAN), afirmó que la pobreza es el talón de Aquiles del país, sobre todo en comunidades indígenas que no están en la Cruzada.
Por eso dijo: “La pobreza duele, pero me duele más suponer que hoy la pobreza y el hambre podrían convertirse en un botín político a favor de algún partido o de algunos servidores públicos o candidatos de algún estado. Que la Cruzada y sus propósitos no se distorsionen ni conviertan en una vía para comprar voluntades políticas de los mexicanos de cara al proceso electoral en 14 entidades”. Y ahí tiene: sus sospechas se hicieron realidad.
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