“Santos atropellos a los derechos humanos, Batman;hagamos una huelga de hambre”
Es cierto; hoy, a primeras horas del día, en protesta por la cerrazón del gobierno municipal, que no ha procurado el bienestar de los jóvenes, sino que, por el contrario, los ha criminalizado y tratado como delincuentes, Juan Carlos Valenzuela Checa (El niño maravilla) iniciará un ayuno de 100 horas.
Y uno se pregunta: ¿Qué es lo que impulsa a un joven de apenas 26 años a someterse a una prueba tan severa, con la que pone en riesgo su salud? ¿Vale la pena? Para los viejos, no; para los que han envejecido, en cuanto a metas y objetivos, no. Lo verán como un simple capricho de adolescente o ganas de ser protagonista en tiempos electorales. Pero Checa tiene sus razones y llevará a cabo su decisión, hasta las últimas consecuencias.
Lo que pide, no es nada del otro mundo, pero tampoco es cosa menor. En un municipio como éste, en el que no hay oportunidades para la juventud, ni de estudio, ni de empleo, ni de cultura, ni de esparcimiento, ni para practicar algún deporte, y sólo se les empuja a convertirse en NINI’S, la intención del joven Checa, cobra dimensiones inauditas, porque pone en entredicho a los poderes todos, y en todos los niveles, a pesar de ser un conflicto local que no requeriría mayor sacrificio; problema doméstico, dirán algunos.
Sin embargo, la ineficiencia de algunos funcionarios y encargados de despacho, su indolencia, su falta de oficio, su arrogancia, provocan que, un pequeño conflicto, se convierta en una inmensa bola de nieve que, al final, cuando lo pretendan, ya no podrán detener y los aplastará irremediablemente. Bien merecido se lo tendrán.
Independientemente del resultado que arroje el ayuno de Checa, para él y para muchos jóvenes como él, tendrá buenos dividendos, por el hecho de atreverse a desafiar a la autoridad, personificada en individuos sin vocación de servicio; por cuestionarla en sus pobres acciones, por sus promesas no cumplidas: en su territorio y sin quebrantar la ley.
Si, de lo que se trataba, era de sacar a Checa de la contienda electoral, también fue otro error, ya que, por azares del destino, no será candidato a nada y tendrá que esperar otro proceso electoral, pues en éste, como se dice comúnmente, los astros no le favorecieron.
Por otro lado, lo menos que podemos esperar es que los dirigentes y miembros de su partido, el PRD, estén presentes y pasen a visitarlo. Es de dudarse. En un partido tan desgastado y dividido, sobrarán razones para no apoyar a ese muchacho; primero, los altos líderes, habrán de realizar una valoración objetiva, acerca de lo conveniente o no, de asistir y, con su presencia, fortalecer la imagen de un chamaco de 26 años, que ha sido agraviado y violentado en sus más elementales derechos.
Los viejos perredistas, no asistirán; ésos que, a pesar de no peinar canas, envejecieron muy de prisa y se limaron las uñas al amparo de su pírrico poder. Razones les sobran. En un análisis, tibio y rascuache, algo les indicará que no deben asistir, por las mismas razones por las que, años atrás, asistían a todas las actividades y no se perdían ninguna.
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