Abraham Osorio, investigador de la UAEMex, advierte que esta situación es un arma de doble filo tanto para los transportistas como usuarios
El surgimiento de autodefensas para combatir las extorsiones
al gremio transportista en el Valle de México es un arma de doble filo,
puesto que podría generar las condiciones de un enfrentamiento dentro
del sector si es que hay desacuerdo por esta decisión, además de que el crimen
organizado podría emprender acciones más drásticas en su contra, lo que
ocasione un clima de violencia más intenso.
Con esto, los principales afectados serán los usuarios, pero
además el problema podría salirse de control para las autoridades, consideró
Abraham Osorio Ballesteros, investigador de la Facultad de Ciencias Políticas y
Sociales de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMex).
El académico comentó que el surgimiento de autodefensas fue
motivado por la sensación de inseguridad de los ciudadanos, el hartazgo del
gremio transportista ante la ola de violencia que a diario les afecta, pero,
además, por la inacción que visualizaron por parte de la Fiscalía General
de Justicia de la entidad ante los hechos.
“Los transportistas apelan a la seguridad en su actividad,
pero al verla mermada, es como surgen estos grupos, que también considero hasta
cierto punto riesgoso, porque pueden llegar a derivar en un ambiente de
inseguridad, no solamente en contra de ellos como integrantes, sino también
hacia la sociedad en general”, afirmó el entrevistado.
Durante una entrevista para esta casa editorial, Abraham
Osorio consideró que el surgimiento de grupos de autodefensas también forma
parte de la presión que el gremio transportista busca ejercer hacia
las autoridades de procuración de justicia, además de evidenciar que su trabajo
no ha sido eficaz pese a la ola de violencia que a diario se vive en esa región
de la entidad.
Fiscalía, obligada a dar resultados
El investigador de la Máxima Casa de Estudios del Estado de México
expresó que la Fiscalía General de Justicia de la entidad está obligada a dar
resultados inmediatos, pues la violencia ejercida en contra del gremio
transportista no es un problema reciente, además de que no sólo la región
del Valle de México está en riesgo de padecerla.
Sin embargo, las autoridades deben ser cuidadosas al momento
de atacar el problema y evitar exponer aún más a los afectados.
“Yo no alentaría la idea de un asunto coordinación
entre transportistas y autoridades para combatir el problema, las
autoridades tendrían que reflexionar muy bien qué piden los transportistas y
qué pueden llevar a cabo, porque siempre está el riesgo latente de que estas
acciones en donde participan grupos civiles puedan derivar en detenciones de
personas inocentes, que la efervescencia colectiva en algún momento genere
pretensiones o acciones que afecten a personas ajenas.
“No es simplemente decir ‘nos unimos, nos coordinamos’, más
bien tiene que hacerse un análisis muy profundo de los alcances que puede
tener, pero también de las implicaciones negativas que se pueden generar”,
afirmó el académico de la UAEMex.
Ante las extorsiones presuntamente cometidas por miembros
del crimen organizado que derivaron en quema de unidades, transportistas del
Valle de México amenazaron con paralizar el servicio público en todas las rutas
el pasado lunes 7 de agosto.
Exigieron a la Fiscalía estatal la detención de una banda
de colombianos que opera en el municipio de Coacalco, a la cual le
atribuyen las extorsiones y hechos violentos en contra de su gremio y días
posteriores crearon grupos de autodefensas para defenderse de las agresiones.
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