El mandatario envía un mensaje al Consejo
Nacional de Morena, que se ha celebrado este domingo, y calma conatos de
división de militantes afines a Ebrard y Monreal. La formación realizará una
encuesta a finales de agosto e informará de la elección del candidato el 6 de
septiembre
Morena ha acordado este domingo los
lineamientos para la selección de su candidato o candidata para las
elecciones presidenciales de 2024. Los cuatro principales aspirantes han
sellado un acuerdo de unidad, producto de la intervención directa del máximo
líder del partido, el presidente Andrés Manuel López Obrador. Reunido en un
hotel de Ciudad de México, el Consejo Nacional morenista ha decidido que la
Comisión de Encuestas de la formación realizará una consulta a nivel nacional a
finales de agosto, para conocer las preferencias del electorado. Morena apoyará
la encuesta principal en otras cuatro, que serán llevadas a cabo por empresas
privadas. El resultado de la consulta, que se divulgará el 6 de septiembre,
será definitivo e inapelable.
La entrada de lleno de López Obrador en la
sucesión presidencial de su partido ha surtido su efecto principal: hacer que
las corcholatas se comprometan a apoyar al ganador de la encuesta
definitoria y conjurar intentos de rebeldía. Este domingo, el presidente del
Consejo Nacional y gobernador de Sonora, Alfonso Durazo, ha hecho notar a los
consejeros que la voluntad de López Obrador era que se aprobaran en sus
términos los lineamientos que estaba por leerles, según han confirmado a EL
PAÍS dos fuentes presentes en la reunión privada. Se trataba de cristalizar las
reglas que el mandatario ya
había establecido en la cena que tuvo el pasado lunes con los
aspirantes.
La presencia de López Obrador, invocada por
Durazo, desactivó un intento de protesta que sucedió antes del inicio de la
sesión y que fue encabezado por un centenar de consejeros afines al
canciller Marcelo
Ebrard y al senador Ricardo
Monreal. Los inconformes pedían que se abriera la discusión y el debate
durante el Consejo. Pero una vez que Durazo dijo ante todos que las hojas que llevaba
en las manos no eran sino una carta o comunicado del presidente, el disenso
desapareció. El acuerdo se aprobó por unanimidad. Y no solo eso. En un Consejo
mayoritariamente dominado por afines a la jefa de Gobierno capitalina, Claudia
Sheinbaum, todos los aspirantes fueron recibidos con aplausos, y no hubo
abucheos ni faltas de respeto para nadie, han señalado las fuentes consultadas.
Concluye así la fase preliminar del proceso
interno de Morena de cara a 2024, camino lleno de baches, roces e indirectas
cruzadas entre los aspirantes. Este domingo, todos han comparecido juntos tras
la reunión del Consejo, tratando de mostrar una unidad tutelada desde Palacio
Nacional. Sheinbaum, Ebrard y Monreal han posado frente a la prensa, regalando
sonrisas a las cámaras, junto al secretario de Gobernación, Adán
Augusto López, el diputado Gerardo Fernández Noroña y el líder del Partido
Verde, Manuel Velasco, aliado de Morena.
Al grito de unidad, las corcholatas tratan
de evitar desgastes innecesarios antes de tiempo. Ya en la tarde del domingo,
Sheinbaum ha insistido en la misma idea. La jefa de Gobierno de la capital ha
publicado un mensaje de su cuenta de Twitter, con una foto de ella y sus
contrincantes, y la misma palabra que ha gritado un rato antes, “¡unidad!”. Por
su lado, Ebrard ha subido un video para comentar los acuerdos del consejo. ”
Estoy contento porque me pareció muy bien que haya separación del cargo de
todos los que han decidido participar [...] Y que no participen gobernadores,
alcaldes, secretarios, ni nadie de la dirigencia nacional de Morena,
promoviendo a una persona”, ha dicho.
Ebrard mandaba así un mensaje a los
territorios de Morena a lo largo y ancho del país, que en los últimos días han
mostrado sus preferencias, inclinándose
mayoritariamente por Sheinbaum y Adán Augusto López. Ahora mismo, la jefa
de Gobierno lidera las encuestas entre los aspirantes, lo que significa, en la
práctica, poner pie y medio en Palacio Nacional de cara al año que viene. La
distancia entre cualquier candidato de Morena y cualquiera de la oposición
parece de momento insalvable.
La estrategia del todos gana
El acuerdo aprobado por el Consejo Nacional ha
buscado satisfacer algunas de las principales preocupaciones de las corcholatas. Por
ejemplo, para Ebrard, ha quedado establecido que los aspirantes renuncien a sus
cargos públicos antes del próximo viernes como condición para participar en la
encuesta, y que no participen en el levantamiento empresas encuestadoras que le
resultan adversas. Para Sheinbaum, que el cuestionario permita valorar los
atributos de los aspirantes mediante varias preguntas. Para Monreal, que no
hubiera cargadas de los gobernadores, y que los perdedores de la encuesta
tengan un lugar de liderazgo asegurado en el Congreso o en el gabinete el
próximo sexenio.
A las afueras del Consejo sí que hubo lugar
para la división y el disenso, a cargo de grupos de simpatizantes de Ebrard y
de Monreal. A la llegada de Sheinbaum, una turba la recibió con gritos de:
“¡Piso parejo, piso parejo, piso parejo!”, muestra de la inconformidad por el
arrollador apoyo de gobernadores y alcaldes a favor de la mandataria
capitalina. “¡Renuncia!”, le gritaron también a ella, que ha resistido al
máximo definir cuándo será su salida. Por lo pronto, ha anunciado que la tarde
del próximo jueves dará un “informe” en el Monumento a la Revolución, que
podría ser el último que dé como jefa de Gobierno. “Lo más importante para todo
el pueblo de México es que nuestro movimiento está más unido que nunca, vamos
juntos al 24. ¡Unidad, unidad, unidad!″, ha declarado a la prensa.
El secretario de Gobernación, Adán Augusto,
como se le conoce, por su nombre de pila, llegó diciendo que estaba “muy a
gusto”, su eslogan de campaña. Negó que hubiera apoyo de mandatarios a su
favor, dijo que a él solo lo quiere el pueblo, momento en el que pasó un
automovilista que le lanzó un insulto. El funcionario respondió diciendo
“gracias”, y sonrió. Más tarde se marchó en un taxi, escenificando lo que haría
cualquier ciudadano de a pie.
En el Consejo Nacional solo fueron oradores
Durazo; el dirigente del partido, Mario Delgado, y la secretaria general,
Citlalli Hernández. Los 21 gobernadores pertenecientes a Morena, incluida la
recién electa mandataria de Estado de México, Delfina
Gómez, fueron obligados por el Consejo a detener sus cargadas a favor de
alguna corcholata, como han hecho durante meses. Al final se tomaron todos
de las manos, las alzaron en señal de triunfo, lado a lado los cuatro
aspirantes de Morena, los gobernadores detrás de ellos, y gritaron al unísono
la palabra preferida del día: “¡Unidad!”. Ha sido este el mayor triunfo de
Morena, orquestado por López Obrador, que ha hecho de maestro de ceremonias:
mantener a todos en el mismo barco.
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