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miércoles, 15 de junio de 2022

Morena: la encuesta de uno que definirá las cosas

Los aspirantes de Morena a la candidatura para la presidencia de 2024 no están ansiosos por ganar en las encuestas, cuando lo que necesitan es solo un voto.


Enrique Quintana

El domingo pasado, Morena hizo todo un show para arrancar el proceso de definición del candidato a la presidencia del 2024.

Tres ‘corcholatas’, como ellos mismos se denominan, hicieron acto de presencia en Toluca el domingo pasado para sumarse al acto de campaña del arranque del proceso de sucesión de 2024.

La versión formal de la dirigencia de Morena es que el candidato a la presidencia habrá de definirse a través de encuestas.

Si algún extraterrestre viniera y viera el panorama político del país, pensaría que, si el candidato del partido en el gobierno va a decidirse en función de lo que diga la opinión pública, estaría en un estadio superior de la democracia.

Lamento diferir. Ni modo, somos terrícolas.

En Morena no existe democracia, como se conoce usualmente.

Su visión es diferente. Todos los morenistas podrían votar a favor de quien dijera el presidente López Obrador que es el merecedor y nunca considerarían que eso habría violado las reglas de la democracia.

Pero, de acuerdo con el arreglo democrático que se empezó a construir en México en 1994, eso no es democracia.

Para algunos de Morena que mantienen la visión radical y que siguen influyendo fuertemente en el presidente López Obrador, lo que las reglas electorales definen es la ‘democracia burguesa’, como la que en Rusia permitió la nueva Duma de 1917.

La visión de muchos en Morena es que ese sistema no sirve, hay que crear la democracia de los trabajadores, o como ahora se denomina, del pueblo.

Quienes consideran que los sistemas políticos que evolucionaron en el mundo occidental no son democracia, justifican que un líder carismático que actúa presuntamente para el interés de las mayorías viole las reglas de esa ‘democracia burguesa’ que no se reconoce.

Si esto sucede a nivel de la definición constitucional de la contienda, cuanto más en los esquemas de selección interna.

Es divertido ver cómo el dirigente de Morena, el economista del ITAM, Mario Delgado, hace todos los equilibrios para justificar la definición de la candidatura presidencial en función de la fórmula de encuestas.

Ninguno de los precandidatos presidenciales piensa realmente que para ganar vaya a requerir triunfar en las encuestas.

Se lo puedo comentar con conocimiento de causa.

Pero ninguno lo va a admitir.

Necesita seguir el libreto establecido desde las conferencias mañaneras, en las cuales el presidente López Obrador dijo que va a respaldar a quien gane.

Los aspirantes saben que ese discurso es pura pirotecnia.

El presidente va a definir a quien quiera que sea su sucesor o sucesora.

Los involucrados lo saben y ninguno tiene duda alguna de que el procedimiento va a ser el que existía en los mejores tiempos del PRI.

La diferencia es que ahora no será Don Fidel Velázquez quien vaya a expresar el respaldo de los sectores al elegido. Será ‘doña encuesta’.

El esquema va a ser un poco más complicado que en el pasado, pero Morena ya tiene práctica en hacerlo. Y si no pregunten tanto a Ebrard como a Monreal.

Muchos años de experiencia muestran cómo se pueden acomodar para que el resultado sea el que AMLO espera.

Así que, en realidad, lo que veremos en las siguientes semanas y meses será la competencia, no para obtener el respaldo popular sino “el de uno”, como en la canción de U2.

López Obrador no va a decidir solamente con el hígado. Es demasiado astuto para hacerlo.

Va a ver el entorno competitivo. Va a analizar el escenario que enfrentaría cada prospecto y a ponderar cómo quedarían él y su familia en ese caso. Va a ver quién puede seguir con sus proyectos y programas. Y va a ver quién puede ganar la elección.

Si cualquiera puede hacerlo, sus márgenes de decisión van a ser muy amplios.

Si percibe que habrá una competencia intensa, entonces su voto tendrá que inclinarse hacia el que visualice como el candidato o candidata con mayores posibilidades de ganar.

Nada está escrito por ahora pese a quienes quieren ver otra realidad.

El mundo es hoy… diferente y semejante al del pasado.

No piense que los aspirantes estén ansiosos de ganar en las encuestas cuando lo que necesitan es solo un voto.

 

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