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jueves, 31 de marzo de 2016

Segundo mes de recortes


Enrique Quintana



El gasto público total durante los dos primeros meses del año cayó en9.8 por ciento en términos reales.

En enero la caída había sido de 11.6 por ciento y en febrero fue de 7.5 por ciento. En el primer mes del año, además, se retrasó de manera importante el desembolso de recursos previsto y en el primer bimestre lo erogado por el sector público ya está 94 mil millones de pesos por debajo de lo que aparecía en el calendario presupuestal.

Ahora sí hay recorte, no como en 2015, cuando el gasto total creció en 5.2 por ciento real, pese a que ya se había anunciado que habría de ajustarse.

La caída de casi 10 por ciento en el bimestre evidencia que esta vez no hay duda, el ajuste es notorio y visible. Para ponerlo en términos muy concretos, el sector público federal dejó de gastar 996 millones de pesos diarios durante los primeros dos meses del año, en comparación con los desembolsos para este mismo periodo en 2015.

Pero quizá lo que levanta luces de alerta es lo que pasó con la inversión. Los datos que ayer presentó Hacienda indican que hubo un retroceso de 24.2 por ciento en la inversión física realizada por el sector público. Esto equivale a una reducción de 29 mil 861 millones de pesos.

En contraste, el gasto en servicios personales, es decir nóminas, honorarios y demás, creció en 1.8 por ciento en términos reales.

¿Cuál podría ser el efecto económico de este desempeño del gasto público?

De acuerdo con las estadísticas de cuentas nacionales, el consumo y la inversión del sector público fueron equivalentes el año pasado a 16.4 por ciento del PIB.

Una caída de 9.8 por ciento en dos meses corresponde a 0.02 por ciento del PIB anual.

Pero claro, si esa tasa se mantuviera todo el año, el impacto negativo sería del orden de 1.6 puntos del PIB.

Aunque en el largo plazo se entienda que el equilibrio de las finanzas públicas sea un bien que no se puede medir pero que es de gran relevancia en la economía, para este año el recorte va a tener un impacto restrictivo en el crecimiento en la medida que va a reducir la demanda.

Es políticamente correcto aplaudir que el gasto social no se reduzca.

Pero sin duda la caída tan severa del gasto de inversión puede tener consecuencias económicas más serias en el corto plazo.

Para quienes estaban muy preocupados por el déficit público, les podemos decir que en el primer bimestre se redujo ya en 54 por ciento respecto al del año pasado, cifra equivalente a 78 mil millones de pesos.

Cuando la cobija no alcanza, hay que tener mucho cuidado en qué meter debajo de ella. Por lo pronto, creo que es de preocuparse un excesivo castigo a la inversión pública, que podría tener efectos indirectos serios en diversos sectores de la economía.

Ojalá me equivoque y veamos más ajustes al gasto corriente en lugar de recortes a proyectos productivos.

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