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El
procedimiento prevé chicles y parches con suplementos de nicotina, que inician
con una dosis que se reduce hasta dejar de consumir la sustancia.
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En México
hay aproximadamente 15 millones de fumadores: 4.4 millones mujeres y 10.6
millones hombres.
Para atender a los
derechohabientes que sufren la adicción al tabaco, el Instituto Mexicano del
Seguro Social (IMSS) aplica terapia psicológica y farmacológica en la que se
apoya al paciente para resolver problemas emocionales, y mediante chicles y parches con suplementos de nicotina
se busca evitar el síndrome de abstinencia.
Asimismo, cuenta con
convenios de colaboración con los Centros de Integración Juvenil para quienes
quieren abandonar el hábito del cigarro: el derechohabiente acude a su Unidad
de Medicina Familiar, expone su inquietud al médico y éste lo canaliza por
medio de Trabajo Social, explicó el doctor Edgar Vinicio Mondragón Armijo.
El jefe de área de
Enfermedades Respiratorias del Seguro Social señaló que los chicles y los
parches cutáneos inician con una dosis de nicotina que se va reduciendo hasta
dejar de consumir dicha sustancia.
Asimismo, el uso de
ansiolíticos y antidepresivos ayudan a la persona y apoyan en el proceso de
dejar de fumar durante esta etapa de estrés que cursa quien quiere dejar el
tabaco, expuso.
El especialista en
neumología afirmó que por problemas relacionados con el consumo del cigarro, en
el Seguro Social se atienden alrededor de 300 mil derechohabientes al año en
consulta externa.
Comentó que una
persona se hace adicta al tabaco cuando para desarrollar sus funciones
habituales requiere del estímulo del cigarro, que contiene la nicotina
necesaria para motivarla a efectuarlas durante toda la jornada.
Resaltó que el
tabaquismo es causa de tres padecimientos crónicos fundamentales no
transmisibles: enfermedades cardiovasculares, que provocan infartos cardiacos;
enfermedades cerebrovasculares (como coágulos en el cerebro); enfermedades
respiratorias crónicas, principalmente enfisema pulmonar y bronquitis crónica.
Además, tumores
malignos, cáncer de pulmón, laringe, tráquea, esófago, estómago, mama y vejiga,
entre otros.
Indicó que las
estadísticas mundiales refieren que 17.3 por ciento de la población fuma; de
éstos, 21.9 por ciento son hombres y 12.7 por ciento mujeres. En la
adolescencia, entre los 13 y los 15 años de edad, la relación de hombres y
mujeres fumadores es uno a uno sobre todo en los países en desarrollo.
Apuntó que en el
caso de México, se tienen aproximadamente 15 millones de fumadores, de los cuales
4.4 millones son mujeres y 10.6 millones hombres, cifra que se empata uno a uno
en la adolescencia.
Aseveró que la
terapia conductivo conductual y farmacológica emplea un mes de duración, para
después enviar al derechohabiente a su Unidad de Medicina Familiar a
seguimiento y control, y tratar de reforzar que se mantengan sin fumar por
medio de llamadas telefónicas del personal de Trabajo Social.
“A las personas que
recaen no las podemos desanimar, sino estimularlas para que lo reintenten, que
no consideren que esto es un fracaso. Es una reincidencia y los tenemos que
motivar y animar para que hagan el esfuerzo nuevamente”, subrayó el doctor
Mondragón Armijo.
Destacó que se trata
de etapas de aprendizaje en las que se deben evitar por algún tiempo los lugares
y hábitos que invitan a fumar, por ejemplo, tomar café con los amigos o una
copa de vino.
Hizo un llamado a
los padres de familia para evitar que sus hijos se inicien en el hábito del
cigarro, porque se afecta su calidad de vida y vivirán menos. “Si los padres
son fumadores, eviten que los hijos los vean y traten de dejar de fumar”.
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