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miércoles, 19 de julio de 2023

Reconocer experiencias



Comentario y Debate

 MauricioValdés

Algo que nos llama la atención en los cambios de gobierno, aquí y en cualquier parte del mundo y de la historia, es cómo se realizan en muchas partes con profesionalismo, civilidad y continuidad, pero no continuismo. Especialmente cuando el cambio de gobierno, como en el caso de nuestro Estado de México será después de 94 años del mismo grupo gobernante, cambio de grupo, no sólo distinto, hasta antagónico.

Estamos a punto de ver, o ya se ven despachos vacíos, casi con lo indispensable de mobiliario, se va retirando hasta la foto del actual gobernador, todo en espera de los nuevos huéspedes de las oficinas e instalaciones gubernamentales.

Hasta ahora con aparente discreción, naturalidad y resignación. Eso parece indicar una cultura de respeto por el ejercicio del gobierno. En las reglas para la transición, inclusive se ha determinado la presentación de las renuncias del personal de confianza, para que el nuevo gobierno determine quiénes serán los nuevos colaboradores. Porque el personal de base, lo ha reiterado la Gobernadora electa, conservará sus empleos.

No obstante, hay funciones que no se detienen y en esas se debe tener más cuidado, para evitar sobresaltos a la sociedad. Permitir que un gobierno salga y otro entre con un mínimo de afectación a los servicios públicos y conservando eficacia, al menos, y si es posible eficiencia y honestidad, sería estupendo. Son momentos difíciles para la Gobernadora electa, Maestra Delfina Gómez Álvarez, porque debe estar dando su primer gran paso, uno de los más difíciles: la integración de su equipo de colaboradores. Generalmente sujeto a la toma de decisiones inciertas, subjetivas, derivadas de presiones, aspiraciones legítimas y pretendidos cobros de “factura” frente a las expectativas de la sociedad, y especialmente de los críticos de ver un equipo lo más parecido a la corte celestial: perfiles capaces, honorables, de nuestro terruño, del mejor prestigio social y familiar, experimentados, hasta bien parecidos y más, con todas las cualidades inimaginables.

Desde luego, sin que ello signifique supermanes o supermujeres, eso sí, con vocación de servicio, actitud noble para atender a los ciudadanos y sensibilidad para enfrentar la dura realidad de gobernar. Porque la práctica nos confirma que ningún gabinete de inicio es para todo un período, muchos cambios vendrán y por múltiples causas.

Lo ideal de un nuevo equipo sería abrir espacios a las mujeres, e integrarlo por su valiosa formación, experiencia, inteligencia, actitud, lealtad, capacidad de cumplimiento, de realización, honestidad y prestigio. Y lo digo sin dar prioridad a alguna de estas características, para ciertos casos son valiosas unas y para otras las demás, porque el objetivo será colaborar con la Gobernadora para solucionar problemas y dar resultados, pronto y bien. Resultados, no pretextos, ni excusas.

 

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