• Realizan Tercera Sesión de los Diálogos Adelina Zendejas Gómez, “Desigualdades sociales y actividades de cuidados en el contexto de la pandemia”.
• Coinciden
especialistas en la urgencia de redistribuir de manera equitativa las tareas
del hogar.
Toluca, Estado de México, 16 de julio de 2021. Derivado de
la crisis de la pandemia por el COVID-19, las desigualdades sociales han
acrecentado y la violencia de género se ha multiplicado; por ello, para
sensibilizar respecto a este tema, en el Estado de México se realizó la Tercera
Sesión de los Diálogos Adelina Zendejas Gómez, “Desigualdades sociales y
actividades de cuidados en el contexto de la pandemia”.
En esta sesión, Nelly Rosa Caro Luján, académica del Colegio
Mexiquense AC, e integrante del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) Nivel
1, indicó que, pese a que el papel de ocupación de las mujeres ha ido
cambiando, en la actualidad todavía es latente que el ámbito doméstico, como
las labores de cuidado, recaiga en las niñas y mujeres.
“Con base en esta desigual distribución de la división
sexual del trabajo, se les asigne a ellas este rol principal, porque aún
cargamos estas normas de género en las cuales las mujeres siguen siendo las
responsables de cuidar, de la maternidad y la crianza, mientras los hombres de
la contribución económica”, dijo.
Por lo anterior, expresó que, derivado a las crisis que han
ocurrido en el mundo, los patrones de ocupación han cambiado y las mujeres se
han incorporado al mercado laboral, sin embargo, explicó que, al recaer las
labores de cuidado en las mujeres se origina una doble o triple jornada.
En este sentido, apuntó que el trabajo que hacen las mujeres
en el hogar debe ser reconocido y valorado en la dinámica económica, ya que
tiene un valor económico el trabajo que hacen las mujeres cotidianamente, pero
no es reconocido ni por la sociedad ni el estado.
Por su parte, Arlette Covarrubias Feregrino, académica del
Colegio Mexiquense AC, explicó que, los hombres dedican más tiempo al trabajo
remunerado mientras que las mujeres dedican más tiempo al trabajo doméstico y
de cuidado, de ahí que las mujeres tienen menos tiempo para el autocuidado,
descansar, dormir, comer, entre otras actividades, es decir, 12 horas
aproximadas al día menos que los hombres, en promedio.
Ante este panorama, la especialista señaló que una persona
es pobre de tiempo si no tiene 81 horas o más a la semana para el autocuidado:
7.6 horas diarias para dormir, 0.3 para descansar, 1.2 para comer, 1.1 para
cuidados personales y 10 horas de tiempo libre a la semana.
“Si uno no tiene el suficiente tiempo para el autocuidado,
vienen problemas de salud física y mental, una de cada dos mujeres es pobre de
tiempo; México es uno de los países con mayor pobreza de tiempo, según la
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE)”, apuntó.
Las panelistas destacaron que la emergencia del COVID-19
incrementó la demanda del tiempo de cuidado en las mujeres y las niñas, además
de que el encierro significó también mayor violencia intrafamiliar.
Concluyeron que hay una tarea pendiente y urgente en
redistribuir el cuidado en el hogar a través de dos mecanismos de
redistribución: la redistribución dentro del hogar, es decir, la repartición de
tareas entre varones y mujeres, de manera de incidir en el aumento de los
quehaceres domésticos y de cuidado por parte de los varones.
Asimismo, mediante el mecanismo de participación de las
instituciones públicas y privadas en la organización social del cuidado para
hacerse parte del trabajo hasta ahora del que las familias, y por lo tanto las
mujeres, son las principales responsables.
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