· "Lo que no ves con tus ojos, no lo inventes con tu boca"
· Hay
quienes se recrean diseminando rumores falsos
· Pueden
dañar la reputación de los otros y su propia imagen
Por Miguel Ángel Cristiani González
Ahora que estamos en el llamado período de
la veda electoral, en que ya no se puede publicar ni comentar nada de los
candidatos y las tendencias o posibles resultados de las votaciones del próximo
domingo, como debemos de dedicarnos a meditar, sobre todo lo que estuvimos
recibiendo como mensajes de los políticos y sus partidos, resulta interesante
una reflexión que nos hizo llegar un querido amigo y lector de esta columna,
que compartimos también con nuestros amables leyentes.
Todo esto puede servir -en este período de
veda y reflexión- para descontaminarnos de los miles y hasta millones de spots
que estuvimos recibiendo por todos los medios de comunicación.
Sirven también para quienes gustan
compartir memes y videos por las redes sociales, sin detenerse a veces a
leerlos o escucharlos, simplemente los comparten. Por eso, hay que ver con
detenimiento lo siguiente:
"Lo que no ves
con tus ojos, no lo inventes con tu boca"
Hay personas que cometen el error de
inventar con la boca, lo que no han visto con sus ojos. Es decir, difunden
rumores de los que no están seguros, y que en muchos casos terminan generando
un estado de confusión y malestar. De hecho, algunos chismes pueden causar malentendidos,
destruir vidas, separar parejas y amigos, así como provocar peleas, odio,
rencor y resentimiento.
Aun así, hay
quienes se recrean diseminando rumores y chismes, conscientes o no del mal
que pueden causar. Estas personas toman pequeñas pistas del medio y las
tergiversan, llegando a conclusiones erróneas que comparten con todos aquellos
que estén dispuestos a escucharla.
Sin embargo, de esta forma no solo pueden
dañar la reputación de los otros, sino que, a la larga, su propia imagen se ve
afectada ya que con el tiempo irán perdiendo credibilidad. Al final, el
chismoso se queda solo.
¿Qué motiva a una persona a inventar
rumores sin tener pruebas?
– Mala interpretación. Los rumores suelen
ser el fruto de una mala interpretación; es decir, la persona escucha tambores,
pero no sabe de dónde proviene el sonido. Sin embargo, rellena la información
que le falta recurriendo a su imaginación, ata cabos inconexos y llega a
conclusiones falsas.
– Demasiados estereotipos. En la base de
los rumores también se suelen encontrar las ideas preconcebidas y los
estereotipos. De hecho, los estereotipos se convierten en un sesgo, es como
llevar anteojeras que nos permiten ver solo una parte de la verdad. Los
estereotipos hacen que las personas se formen una idea distorsionada de la
realidad, y alientan los rumores.
– Falta de objetividad. Muchas personas no
se dan cuenta de que su estado de ánimo, expectativas, estereotipos y, en
sentido general, su interpretación del mundo, permean la visión que tienen de
la realidad. Por tanto, dejan de buscar pruebas imparciales y objetivas, se
limitan a explicar las cosas a través de su forma de sentir, pensar y hacer.
Estas personas adaptan el mundo a su imagen y semejanza. Y todo lo que no
encaje, lo eliminan.
Cotillear puede ser signo de baja
autoestima y necesidad de aceptación
En algunos casos, los rumores o chismes no
son simples equívocos en la forma de pensar sino la señal de algo más grave. De
hecho, las personas chismosas lo que buscan es llamar la atención de los demás
para que estos se interesen por ellos, necesitan imperiosamente ser escuchados,
y no les importa si para lograrlo tienen que inventar algo que no es cierto.
En estos casos hablamos de una distorsión
de la conducta que se manifiesta a través de un complejo. El rumor y el chisme
son las herramientas que le brindan la oportunidad de convertirse en una persona
importante.
Por tanto, el chisme puede ser motivo de
preocupación cuando se convierte en un hábito, cuando es una forma de vida y la
persona lo utiliza para introducirse en los grupos porque no es capaz de
utilizar otras herramientas. En estos casos, es necesario solicitar la ayuda de
un psicólogo ya que, a la larga, esa persona no es feliz, sino que vive por y a
través de los demás, dejando que se le escape su propia vida.
¿Por qué los chismes se difunden tan
rápido?
Todos los rumores no se difunden con la
misma rapidez. Afortunadamente, algunos nacen y mueren rápidamente. El hecho de
que un rumor se difunda depende de su importancia y del grado de ambigüedad.
Para que una información inexacta o
incierta corra es necesario que satisfaga la curiosidad de muchas personas y
que, de cierta forma, les sirva para ratificar su visión del mundo y de los
demás.
Por tanto, los rumores deben ajustarse a la
visión de las personas que lo difunden.
Por eso, cuando contribuimos a difundir un
chisme, no nos limitamos a repetir algo que hemos escuchado, sino que ese acto
dice mucho de nosotros, desvela que, en el fondo, creemos en alguna medida en
ese rumor o lo utilizamos para demostrar algunas de nuestras creencias.
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