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jueves, 26 de abril de 2018

Los precios de alimentos ‘castigan’ las familias rurales

La inflación y el encarecimiento de la canasta básica, los principales factores que afectan la economía de las familias que viven en zonas rurales.
El constante incremento en los precios de los alimentos cobra una cuota pesada sobre los hogares y repercute de forma directa y particular en el poder adquisitivo de las familias más pobres del ámbito rural, donde seis de cada diez personas no contaban con ingresos laborales suficientes para adquirir la canasta alimentaria al cierre de 2017.
En las zonas urbanas esta situación fue un poco mejor, al reportar que casi cuatro de cada diez personas tenían ingresos laborales insuficientes al cierre del año pasado, de acuerdo con datos del Coneval.
De 2005 a 2017 la variación porcentual trimestral del valor de la canasta alimentaria, fue mayor que la inflación promedio y en el cuarto trimestre del año pasado, el crecimiento porcentual del valor de la canasta alimentaria rural fue de 8.7 por ciento y de la urbana de nueve por ciento, tasas superiores a la inflación, de 6.6 por ciento.
“Esto evidencia que los precios de los alimentos siguen afectando el comportamiento de la inflación y, de esta manera, el consumidor debe enfrentarse, no solo al alza de los precios de los alimentos, sino al incremento de los costos de otros bienes y servicios medidos por el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC)”, expuso el Coneval.
Abandono rural
Araceli Damián, especialista en pobreza del Colegio de México, indicó que es preocupante que se haya abandonado el desarrollo de las zonas rurales y consideró que el papel del gobierno debería ser más activo para que la población pobre pueda competir en el contexto global.
“No hay desarrollo tecnológico, no hay caminos, ni sistemas de riego, ni apoyo para fertilizantes que les permita a los más pobres competir en el mercado global contra productores del norte del país y de Estados Unidos, donde sí hay subsidios agrícolas”, expuso.
Por otra parte, Héctor Rubio, coordinador de inclusión de la ONG Acción Ciudadana frente a la Pobreza, dijo que la brecha que hay en las zonas rurales en salud y educación afecta el desarrollo de las capacidades de los pobladores a lo largo de toda su vida. “Este abandono junto con la llegada de menos remesas implica más carencias de servicios, más analfabetismo, y mayores tasas de natalidad, violencia e inseguridad”.
Indicó que el proyecto de las Zonas Económicas Especiales es positivo para el desarrollo de estas zonas, aunque señaló que se podría reforzar considerando una instrumentación territorial más amplia que integre las regiones, así como un alcance mayor de las inversiones.
“Un mayor crecimiento e ingreso, y menor desigualdad con un desarrollo más incluyente, son las claves para sacar a la gente de la pobreza”, anotó.
En tanto, Damián dijo que en las comunidades más pobres de Chiapas y Oaxaca, “hay muchas zonas que ya tienen la vocación de producción pero que producen muy poco, se podría reforzar y crear un programa específico para implementar formas de producción comunitaria que pudieran canalizarse al mercado internacional en las zonas donde existe una elevada concentración de pobreza rural”, anotó.

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