Si hoy fuera la elección en EU, Kamala Harris ganaría la
contienda, pero los diarios estadounidenses están viendo que Donald Trump tiene
el momento, o sea, la oportunidad.
En 33 palabras, el presidente de The Washington Post,
William Lewis, revirtió una política editorial de casi cuatro décadas y anunció
que, a partir de esta elección presidencial, el diario dejaría de endosar a
candidatos presidenciales. El Post, que originalmente no tenía esa política,
la revirtió en 1976 cuando endosó al demócrata Jimmy Carter por “razones –dijo
Lewis– entendibles en la época”. Carter competía contra Gerald Ford, que
sustituyó a Richard Nixon, quien se enfrentó a su dueña, su director y
reporteros, espiándolos y llevándolos a tribunales por la incansable cobertura
sobre el caso Watergate, que terminó forzándolo a renunciar. Éticamente se
sentían obligados a enfrentar a Ford, pero en esta elección, los motivos están
subyacentes.
La decisión del medio propiedad de Jeff Bezos, el titán de Amazon
provocó un cisma interno. El sindicato de trabajadores y periodistas del Post la
criticó, en particular al darse a días de una elección que tendrá “inmensas
consecuencias”. El editorial que respaldaba a Kamala Harris ya estaba listo
para publicarse cuando llegó la orden de matarlo. Marty Baron, el aclamado
periodista estadounidense que dirigió el Post por casi una década
escribió en X: “Esto es una cobardía, con la democracia como la víctima.
(Donald Trump) lo verá como una invitación a futuras intimidaciones del
propietario (y a otros). Inquieta la falta de carácter en una institución
famosa por su valor”.
Días antes, en la Costa Oeste del país, una revolución
editorial en Los Angeles Times, uno de los grandes diarios de la nación,
estalló cuando su propietario, otro multimillonario, Patrick Soon-Shiong,
prohibió el editorial donde se pedía el voto por Harris. La directora del
periódico, Mariel Garza, renunció, porque, como le dijo a la revista Columbia
Journalism Review, “quiero dejar claro que no estoy de acuerdo con que nos
quedemos en silencio. En tiempos de peligro, la gente honesta necesita ponerse
de pie. Así es como me estoy poniendo, de pie”. El sindicato de trabajadores y
periodistas del Times también expresó su inconformidad con la
decisión del dueño, y le exigió respuestas frente al daño a la integridad de la
redacción.
La decisión de los dueños de los diarios muestra los miedos
que hay por las consecuencias que podría tener para ellos, no en los
periódicos, sino en sus otros negocios, apoyar a Harris y que gane Trump. Esto
recuerda el viejo debate sobre si lo que existe en el mundo es libertad de
prensa o libertad de empresa, aunque hay medios que la han logrado
armonizar. The New York Times, por ejemplo, en contraste con sus
competidores, publicó el sábado una edición impresa y digital que pasará a la
historia del periodismo.
En lo alto de su portada hizo algo inédito, sintetizar lo
que Trump haría de ganar la Casa Blanca, en sus propias palabras, algunas de
ellas casi apocalípticas para países como México, y desplegarlo en dos páginas
interiores. Junto con ello, como una toma de posición frente al Post y
al Times angelino, repitió en la apertura de su edición digital
durante el fin de semana el editorial publicado el 30 de septiembre, donde
endosaron a Harris como “la única elección patriota para presidenta”, porque no
podían “imaginar a un candidato más indigno para servir como presidente de
Estados Unidos que a Donald Trump”.
Los medios impresos más liberales de la nación, el Times y
el Post, están apuntando lo que viene en dos martes. El primero,
remachando su editorial de hace mes y medio para que no se olvide, y el
segundo, en una actitud timorata para sus estándares, sugieren que Trump tiene
serias posibilidades de ganar la Presidencia. Hoy, si fuera la elección, Harris
ganaría la contienda al ir adelante por un punto en la preferencia electoral, y
con 11 votos del Colegio Electoral por encima de los 270 que se necesitan para
proclamarse ganadora, de acuerdo con la proyección del Times. Pero lo que
están viendo los diarios y varios analistas es que Trump tiene el momento, o
sea, la oportunidad.
Lo que nadie puede predecir es quién va a ganar. La
preocupación sobre una eventual victoria de Trump se da en la forma como se ha
venido comportando el electorado en las encuestas. Un análisis en The Hill,
uno de los diarios digitales políticos más influyentes en Estados Unidos,
señala que el impulso que tuvo Harris, cuando entró a la contienda
presidencial, no se sostuvo. Trump tenía una ventaja de 48 por ciento contra
45.7 por ciento de Joe Biden cuando vino el relevo, y aunque Harris ha
mantenido un margen muy reducido sobre su adversario –el menor en términos
históricos en elecciones presidenciales–, no ha logrado ganancias.
Cuando Harris entró a la competencia rápidamente logró 50
por ciento de preferencia electoral contra 45.6 por ciento de Trump. Hoy, la
diferencia es de un punto, 48.7 por ciento contra 47.7 por ciento en las
encuestas del Times y The Hill, pero únicamente de 0.2 por
ciento en el agregador de RealClear Politics. Nate Silver, un estadístico que
se hizo famoso por sus acertadas proyecciones en el beisbol y que ha sido un
referente político por más de una década, señaló recientemente que esta
reducción puede significar un cierre adicional en la lucha por el voto popular.
Esta es una variante importante. En las seis elecciones
presidenciales en este siglo, los candidatos demócratas lograron siempre el
voto popular, aunque en tres ganaron republicanos. Hillary Clinton debió
haberle ganado a Trump en 2016, pero no entusiasmó a suficientes demócratas
para que salieran a votar por ella, pues, aunque ganó el voto popular, sólo
alcanzó 227 votos en el Colegio Electoral –que es el que decide realmente la
elección– contra 304 de Trump, que es lo que está sucediendo con Harris.
Trump está consolidando su voto duro mientras Harris ha
necesitado de la ayuda del expresidente Barack Obama para agregar votos negros
a su causa. En las apuestas, la mayoría va por Trump, una preferencia que
expresaron sin muchas sutilezas el Post y el Times angelino
al cancelar su endoso a Harris. Hay incertidumbre y miedo por lo que viene el 5
de noviembre, lo único cierto en el proceso electoral en Estados Unidos.
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