De la lista de Forbes a la lista de Pandora: 14 multimillonarios de México y sus familias aparecen en la nueva filtración de documentos sobre paraísos fiscales
Germán Larrea compró un penthouse en el Waldorf Astoria de
Chicago por 11.7 millones de dólares, Fernando Chico Pardo adquirió un yate de
11 millones de dólares, y María Asunción Aramburuzabala se hizo de dos jets
privados y propiedades en Estados Unidos. Todo a través de sociedades offshore
establecidas en paraísos financieros que prometen el anonimato y privilegios
fiscales.
En los Pandora Papers, la mayor filtración de documentos
financieros confidenciales que se haya publicado hasta la fecha, 25 mexicanos
de los miles que figuran en los registros movieron alrededor de 1,270 millones
de dólares a jurisdicciones offshore.
La filtración detalla cómo algunas de las familias más
acaudaladas de México han llevado su patrimonio a paraísos fiscales, ya sea
para proteger sus fortunas y traspasar herencias, adquirir embarcaciones y
aviones, mantener sus casas de verano o para comprar acciones y seguros de
vida, gestionar inversiones, abrir cuentas bancarias o pagar menos impuestos.
Al menos 14 multimillonarios mexicanos de la lista de Forbes tienen
alguna conexión, ya sea directamente o a través de familiares, con los
despachos dedicados a crear empresas offshore en lugares como Panamá, las Islas
Vírgenes Británicas, Nueva Zelanda, Escocia o Delaware, donde la identidad de
los propietarios reales permanece oculta.
Los negocios y fortunas ubicadas en los paraísos fiscales
más secretos del planeta tienen nombre y apellido: María Asunción
Aramburuzabala, Fernando Chico Pardo, Alberto Baillères, Germán Larrea,
familiares de Salinas Pliego, Leopoldo Espinosa Abdala, los herederos
Azcárraga, la nieta del fundador de Arca Continental y Olegario Vázquez Raña y
su familia.
Todos ellos contrataron los servicios de ejecutivos
bancarios, intermediarios y firmas legales, atraídos por las capas y barreras
de protección que ofrecen las empresas de papel y los fideicomisos opacos para
trasladar sus fortunas a jurisdicciones offshore.
Esto sale a la luz a partir de una filtración de 11.9 millones de archivos que obtuvo
el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) y que recoge
el trabajo de 14 despachos financieros offshore. Esta masa de información ha
sido revisada y contrastada por un equipo de 600 periodistas de 150 medios en
el que participó Quinto Elemento Lab, junto con The Washington Post, El
País, Proceso, The Guardian, la BBC, Univision y numerosos
medios locales.
Aunque tener una sociedad offshore no es un delito, a menudo
los paraísos fiscales ayudan a políticos, empresarios o incluso a criminales a
mantener sus actividades fuera del radar de las autoridades hacendarias y de
las agencias reguladoras.
La filtración de los Pandora
Papers ofrece un panorama de cómo el dinero oscuro fluye en el sistema
financiero global, mermando los recursos que deberían llegar a las arcas
públicas de las regiones más desiguales del mundo. Una de las consecuencias de
las maniobras offshore es que se recolecten menos impuestos en naciones como
México, donde históricamente los más ricos han sido favorecidos con
condonaciones y privilegios fiscales que no están al alcance de un ciudadano
común.
Las autoridades fiscales mexicanas calculan que grandes
contribuyentes evaden y eluden impuestos por unos 700 mil millones de pesos
anualmente, equivalentes al 3 por ciento del Producto Interno Bruto. Estas
pérdidas son causadas por planeaciones fiscales agresivas y deducciones
indebidas, según el Servicio de Administración Tributaria (SAT).
A esas planeaciones y deducciones, habrá que añadir el
dinero que miles de mexicanos mueven a paraísos fiscales, una práctica que
también puede mermar los ingresos tributarios y que no está cuantificada por
las autoridades. “En los sistemas institucionales no se encuentra un apartado
que permita identificar a los contribuyentes que utilizan entidades offshore”,
informó el SAT.
Una revisión de los Pandora Papers descubrió que al menos
3,047 mexicanos o residentes de este país movieron parte de su patrimonio a más
de 20 lugares en el mundo que ofrecen tasas impositivas más bajas o nulas, a
través de la creación de 1,913 empresas, fundaciones y fideicomisos difíciles
de rastrear.
Las Islas Vírgenes Británicas fueron el destino predilecto
de los mexicanos en la filtración. Una solicitud de información a la Fiscalía
General de la República da cuenta que desde 2010 solo se ha atendido una
petición de colaboración e intercambio de información judicial entre el
archipiélago y las autoridades mexicanas, dos siguen en trámite desde
2018.
Germán Larrea, dueño de la segunda mayor fortuna de México
valuada en 27 mil millones de dólares, figura como beneficiario, accionista y
director de nueve compañías afincadas en las Islas Vírgenes Británicas, un
oasis en medio del Caribe donde los mexicanos han creado cerca de 800
sociedades offshore en las últimas décadas.
Un nutrido y opaco elenco de sociedades pantalla fue creado
por este empresario entre 2013 y 2016 con una misión secreta: comprar
propiedades y residencias en Estados Unidos con un valor conjunto de 36.9
millones de dólares a través de otras firmas establecidas en ese país pero
controladas desde las Islas Vírgenes.
El despacho Trident Trust diseñó la estructura para guardar
los tesoros de Larrea, quien no respondió a las peticiones de comentario.
El dueño de Grupo México, quien recientemente obtuvo un
contrato millonario para construir uno de los tramos del Tren Maya, se hizo de
una propiedad en Vail, el famoso destino de esquí en Colorado, con un valor de
6.2 millones de dólares a través de su offshore Albermarle Overseas Limited,
creada en 2013, según los Pandora Papers.
A finales de ese año compró un apartamento en el legendario
edificio de 40 pisos del Ritz-Carlton, en el corazón del distrito comercial de
Chicago, a un costado de restaurantes de autor y boutiques de diseñador. La
propiedad de 4 millones de dólares fue adquirida a través de First 38 LLC, una
empresa registrada en Chicago, controlada por Kinnardway Overseas Limited, otra
de las offshores que registró Larrea en las Islas Vírgenes.
Cinco años después de la compra del apartamento, Larrea puso
en venta la propiedad por 8 millones de dólares, el doble del precio que pagó
en 2013, según notas de prensa y publicaciones del sector inmobiliario.
En el verano de 2016 el empresario mexicano utilizó a otra
de sus offshore para comprar un penthouse en el icónico edificio del hotel
Waldorf Astoria, en el barrio Gold Coast de Chicago. La residencia, ubicada en
el piso 52, fue comprada por Erie International LLC, una compañía asentada en
Chicago controlada entonces por Quivery Ventures Limited, otra de las
sociedades del mexicano.
La adquisición no pasó desapercibida en la prensa local y en
los sitios de bienes raíces de Estados Unidos. La lujosa residencia con una
sala de cine y alberca en interiores adornada con un acuario, adquirida en 11.7
millones de dólares, fue catalogada como la operación inmobiliaria más costosa
que ocurrió ese año en Chicago. Los registros de la propiedad a los que tuvo
acceso Quinto Elemento Lab, confirmaron la compra del inmueble.
EU, la nueva escalera al paraíso fiscal
Por muchos años el sistema offshore estuvo concentrado en un
grupo de islas lejanas y dispersas, cubiertas de palmeras. La revisión
realizada a los Pandora Papers encontró que la maquinaria del dinero offshore
ahora opera en todos los rincones del mundo. Pero también, que en la última
década Dakota del Sur, Nevada y más de una docena de otros estados de la Unión
Americana se han transformado en líderes de la industria del secreto
financiero.
Al tiempo que las naciones más poderosas han mantenido su
atención, y la de sus autoridades, en los paraísos fiscales “tradicionales”,
como las Bahamas, las Islas Caimán y otras islas paradisíacas, Estados Unidos
se convirtió uno de los actores más pesados en el mundo offshore.
De acuerdo con la investigación internacional de ICIJ,
Estados Unidos se negó en 2014 a sumarse a un acuerdo apoyado por más de 100
jurisdicciones –incluyendo Islas Caimán y Luxemburgo—que hubiera obligado a las
instituciones financieras estadounidenses a compartir la información que tienen
sobre los bienes de personas del extranjero.
Para los mexicanos no pasó desapercibida la secrecía
financiera impulsada por Estados Unidos: con base en los documentos de Pandora
Papers, los medios aliados mexicanos identificaron que EU se encuentra en el
top 10 de las jurisdicciones favoritas de los mexicanos para afincar sus
empresas y fideicomisos offshore.
María Asunción Aramburuzabala, nieta del fundador de la
cervecería Modelo y exaccionista de Televisa, utilizó entidades offshore en
Estados Unidos para adquirir lujosas propiedades. En 2006 compró una mansión de
6.8 millones de dólares, con seis habitaciones, una sala de cine, una cava y un
spa, en el exclusivo condominio The Colony de Park City, en el destino de esquí
de Utah, a través de la firma DC 16 Inc., basada en Delaware, un estado al este
de la Unión Americana que se ha convertido en un destino atractivo para quienes
buscan llevar su dinero al extranjero.
La propiedad de mil metros cuadrados fue vendida en 2019 y
ese mismo año la empresa en Delaware se hizo de un apartamento de 1.7 millones
de dólares en Park Avenue, un lujoso rascacielos con vistas a Central Park en
el corazón de Manhattan, según los registros de la propiedad de Nueva York.
En 2008, la heredera mexicana sumó a sus inversiones
inmobiliarias otra propiedad de un millón de dólares nuevamente en el
fraccionamiento The Colony de Park City. El terreno fue comprado a través de
White Pine 16 Inc, basada también en Delaware, pero solo lo conservó seis años
y luego disolvió la compañía.
Las empresas de papel de Aramburuzabala, quien no atendió a
las peticiones de comentarios, han sido encabezadas por “directores nominales”
usados en el negocio offshore para actuar en lugar de la persona que realmente
está detrás de una compañía.
Aramburuzabala, con una fortuna de 5 mil 800 millones de
dólares y la única mexicana en la lista Forbes, también es beneficiaria, junto
con su hermana, de Sky Chariot Trust, un fideicomiso en Nueva Zelanda que fue
creado en 2008 por su madre, Lucrecia Larregui González, con recursos
procedentes de la venta de Grupo Modelo, según los registros del despacho
Asiaciti Trust Group filtrados en los Pandora Papers.
Entre 2010 y 2013 el fideicomiso de la familia movió en
secreto 40 millones de dólares a las cuentas de Sky Chariot LLC, una compañía
fachada creada por Larregui González en Delaware.
A través de Sky Chariot, Aramburuzabala se hizo de un jet en
2014 valuado entre los 45 y 60 millones de dólares con motores Rolls-Royce y
acabados de lujo; una aeronave Gulfstream G550, modelo que se ha convertido en
el favorito de personajes como el rey emérito español Juan Carlos I y el
cantante Julio Iglesias. La familia de Aramburuzabala sólo conservó el
Gulfstream durante cinco años, después lo vendió y en 2019 adquirió un jet
Bombardier Challenger 350, con un valor comercial de hasta 26 millones de
dólares.
Chuck Collins autor de Los acumuladores de riqueza: cómo los
multimillonarios pagan millones para ocultar billones, aseguró que los ultra
ricos buscan resguardar y mantener el valor de la riqueza para poder
transferirla a la siguiente generación con la menor carga fiscal. “Puedes
comprar bienes raíces y ponerlos a nombre de otros miembros de la familia,
típicamente los multimillonarios están pensado en un plazo bastante largo en
términos de su planeación y tienen activos en múltiples jurisdicciones”.
“En Estados Unidos nadie vendrá a confiscar tu propiedad sin
el debido proceso. Las inversiones inmobiliarias tienen todo tipo de ventajas”,
dijo en entrevista Collins, director del programa de desigualdad en Institute
for Policy Studies en Washington D.C. “Puedes pretender que estás perdiendo
dinero cuando en realidad estás ganando dinero. Los bienes raíces son
atractivos por razones fiscales”.
Para el experto en políticas públicas los millonarios
invierten en bienes raíces no necesariamente para ocupar las propiedades y
vivir en ellas sino para distribuir los activos en diferentes clases. “Si
tienes cien millones de dólares, no los querrás tener en el mismo sitio. No los
quieres en el mercado de valores: los quieres diversificar, entonces el arte,
las joyas y las criptomonedas se convierten en una clase de activo. No quieres
tener todos tus huevos en la misma canasta, los bienes raíces son muy
atractivos porque puedes tener propiedades en muchos lugares diferentes”.
Otros hombres de negocios que han usado las offshore para
comprar propiedades, son la familia de Olegario Vázquez Raña, del Grupo
Empresarial Ángeles. Aparecen en los Pandora Papers como directores y
accionistas de 8 compañías incorporadas en 2010 y 2011 en las Islas Vírgenes
Británicas.
Las sociedades de papel se disolvieron en el verano de 2016,
y aunque las órdenes de liquidación refieren que las firmas nunca fueron
utilizadas, esta investigación descubrió lo contrario.
En abril de 2014, Olegario Vázquez Aldir y su esposa
adquirieron a través de Northstar Corporation un apartamento en Vail, Colorado,
de 4.7 millones de dólares en las lujosas residencias del Ritz-Carlton, situado
al borde de las montañas rocosas, cerca de restaurantes de autor, galerías de
arte y boutiques de diseñador. A finales de ese año la propiedad cambió de
dueño y fue vendida a Berlioz Ltd, una firma de papel en la que participa como
director Ernesto Rivera Aguilar, director general de Grupo Imagen.
Northstar Corporation adquirió en octubre de 2014 otra finca
de 5.3 millones de dólares en Forest Road también en Vail, la cual fue vendida
dos años después al propio Vázquez Aldir y su esposa tras liquidar la offshore.
“Las operaciones de compraventa de los bienes inmuebles se
realizaron a precios de mercado, cumplen absolutamente con todas y cada una de
las obligaciones legales y fiscales tanto en Estados Unidos como en México”,
dijo un representante de la familia Vázquez.
Olegario Vázquez Raña, su esposa y sus tres hijos
sostuvieron acciones en otras compañías offshore creadas con el propósito de
comprar embarcaciones y jets privados.
Fernando Chico Pardo, quien arrancó su primera compañía a
los 27 años y hoy es dueño de un emporio que controla aeropuertos, hoteles,
puertos y ferrocarriles, utilizó tres empresas de papel para comprar el yate
“Piccolo” con un valor de 11 millones de dólares, según el acuerdo de
compraventa de la embarcación fechado en marzo de 2010.
Con la empresa Piccolo LLC en Delaware y con las sociedades
Olocip Ltd y Piccolo 34 Limited en las Islas Vírgenes, armó una estrategia
financiera para adquirir el yate de la marca británica Sunseeker, modelo 2010.
Un año después, esa embarcación se vio envuelta en un accidente que dañó
arrecifes en la Riviera Maya. Un portavoz del empresario dijo que Chico Pardo
ya ha vendido el yate, aunque no ofreció más detalles.
Otro de los empresarios de la lista Forbes que
saltó a los Pandora Papers es Alberto Baillères González, quien se jubiló hace
unos meses a los 89 años después de más de cinco décadas al frente de Grupo
Bal, un conglomerado que concentra a la mina de plata más rica del mundo y
extensos yacimientos de oro, a los almacenes El Palacio de Hierro, la
aseguradora GNP, una casa de bolsa y otros negocios.
De acuerdo con documentos del despacho panameño Alcogal, el
cuarto hombre más rico del país fue durante tres años accionista y director de
la sociedad panameña Balelatina SA, fundada por la artista cubana Alina Menocal
Johnson, dueña de una galería de arte contemporáneo ubicada en el corazón de la
colonia Roma. Los documentos de la filtración no ofrecen más detalles acerca de
las actividades de la empresa.
La sociedad panameña fue registrada por Alcogal en diciembre
de 2006 pero fue hasta agosto de 2009 cuando Baillères González, conocido como
el rey Midas mexicano, se incorporó a la empresa como dueño de dos mil acciones
tras realizar una aportación de 72 mil dólares al capital de la compañía, que
se disolvió a finales de 2012. La oficina del empresario no respondió a las
peticiones de comentarios.
Para los herederos de Hugo Salinas Rocha el mundo offshore
es, desde hace décadas, algo bien conocido: entre 1992 y 2016 movieron en
secreto al menos 25 millones de dólares a través de 27 fideicomisos y empresas
creadas en Islas Vírgenes, Delaware, Panamá e Inglaterra, según los Pandora
Papers.
El abuelo de Ricardo Salinas Pliego, de Grupo Salinas y TV
Azteca, echó a andar una intrincada maquinaria de sociedades en paraísos
fiscales en beneficio de cinco de sus hijos y otros familiares, utilizados para
mover dinero desde Suiza y Estados Unidos, para pagar pólizas de seguros de
vida, comprar y mantener exclusivas residencias en la Riviera Maya, invertir en
proyectos de hotelería o realizar donaciones.
Roberto Salinas León, representante de la familia Salinas en
algunas de las sociedades offshore, no respondió a la solicitud de
comentarios.
No todos los empresarios contratan los servicios de
despachos para abrir entidades de papel con el propósito de comprar propiedades
o proteger su patrimonio. También hay quienes recurren a estos bufetes para
llevar la representación legal de sus filiales en el extranjero.
“Representamos a Ideal Panamá SA una subsidiaria de la
compañía de desarrollo de infraestructura de Carlos Slim, así como también a
Cilsa Panamá SA, una subsidiaria de Grupo Carso”, presume el despacho panameño
Alcogal en sus folletos y presentaciones. Alcogal es el proveedor que más
entidades ha creado en favor de mexicanos en los últimos años, según la
filtración de los Pandora Papers.
“El ingeniero Carlos Slim Helú no tiene relación alguna con
el despacho referido, toda la relación es institucional a través de las
empresas”, informó un portavoz del Grupo Carso, quien detalló que las empresas
Ideal Panamá SA y Cilsa Panamá SA contrataron los servicios de Alcogal como
asesor legal.
Para Alejandro Aboumard, sobrino político de Slim y director
general de Impulsora del Desarrollo y el Empleo en América Latina (Ideal), el
uso de Alcogal fue diferente puesto que el bufete le apoyó en la compra de un
departamento en Vail, a través de una sociedad en Colorado.
La investigación de los Pandora Papers ofrece un asomo
inédito a las estrategias que utilizan los mexicanos para proteger su
patrimonio y resguardar su riqueza fuera del país. Para los estratos más altos
de la sociedad el pagar menos impuestos no es la única razón para llevar su
dinero a los paraísos fiscales, otros de los motivos por los que recurren al
sistema offshore son por la inseguridad y la falta de certeza jurídica en el
país.
Luis Pérez de Acha, abogado especialista en materia fiscal,
afirmó que la protección patrimonial es una de las principales razones de las
élites para usar entidades offshore. “Se sienten seguros de que terceras
personas no puedan tener conocimiento de esas fortunas” dijo. “Son pantallas
que bloquean la riqueza para que no la conozcan otras personas; les permiten
sentirse seguras en lo personal y en lo familiar”.
En una era de expansión de la desigualdad, la mayor
filtración que se ha publicado sobre paraísos fiscales hasta la fecha, revela
que los protagonistas mexicanos que figuran en los registros movieron en
secreto miles de millones de dólares a jurisdicciones offshore.
Las autoridades hacendarias dicen tener en la mira a los
sectores más poderosos para hacerlos pagar su parte de impuestos. “Lo que se
está buscando es justicia fiscal y que todo mundo pague lo que tenga que pagar,
ni más ni menos, lo que es justo conforme a su nivel de ingresos”, ha dicho la
titular del SAT, Raquel Buenrostro, quién se rehusó a ser entrevistada para
esta investigación.
El sistema offshore, no obstante, no ha dejado de prosperar
y esta investigación ha puesto al descubierto que más de 3 mil clientes
mexicanos o residentes en el país han empleado en las últimas décadas una
madeja de fideicomisos opacos y sociedades de papel para evitar el escrutinio
público de una parte de sus bienes.
“Estamos sacando del país la riqueza de México. No pagamos
impuestos o no pagamos tarifas suficientes. Y eso está socavando la propia
capacidad del estado para hacer inversiones públicas y para tener una mejor
sociedad”, apuntó Collins. “Necesitamos la riqueza de los ricos, necesitamos
que los ricos paguen lo que les corresponde en impuestos”.
Elías Camhaji (El País), Mathieu Tourliere (Proceso),
Peniley Ramírez y Claudia Ocaranza (Univision) participaron en la elaboración
de este reportaje. Ilustraciones: Carlos Álvarez
Este reportaje forma parte del especial Pandora Papers, una
investigación liderada por el Consorcio Internacional de Periodistas de
Investigación (ICIJ, en la que participamos más de 600 periodistas de 150
medios alrededor del mundo.
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